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Villarejo espió a El Confidencial y las llamadas de varios de sus periodistas
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informe de asuntos internos a la audiencia

Villarejo espió a El Confidencial y las llamadas de varios de sus periodistas

Los móviles espiados corresponden, entre otros, a Jorge Zuloaga, hoy adjunto al director de El Confidencial, y a José Antonio Navas, en 2016 adjunto al director de este diario

Foto: Villarejo espió a El Confidencial y las llamadas de varios de sus periodistas. (EC)
Villarejo espió a El Confidencial y las llamadas de varios de sus periodistas. (EC)

Las llamadas telefónicas del entonces adjunto al director de El Confidencial, José Antonio Navas, y las del hoy adjunto, Jorge Zuloaga (entonces en 'Expansión'), junto a las del periodista de 'El País' Íñigo Barrón, fueron objeto de espionaje por expolicías fieles al comisario José Manuel Villarejo dentro del caso Tándem.

Así lo acaba de acreditar la Audiencia Nacional, según una información adelantada por 'El Mundo'. Esos policías investigaron para Villarejo el tráfico de llamadas de periodistas sin que mediara autorización judicial alguna. Asuntos Internos ha enviado un informe al Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid con el material intervenido al socio de Villarejo, el abogado Rafael Redondo, donde se encuentra un archivo enviado por el expolicía Antonio Bonilla. En dicho archivo se detalla un listado de llamadas de al menos tres periodistas de información económica, dos de ellos —Navas y Zuloaga— relacionados con este diario.

Las llamadas tuvieron lugar en julio de 2016 y habían sido facilitadas a Bonilla por el policía en activo Constancio Riaño, del área de Relaciones Institucionales de la Comisaría General de Información y excompañero de Bonilla en la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO). Según informa 'El Mundo', no es la primera vez que figura el nombre de Riaño como suministrador de información privilegiada de la Policía a Villarejo, ya que apareció también en la investigación del BBVA.

Los móviles espiados corresponden, entre otros, a Jorge Zuloaga, hoy adjunto al director de El Confidencial, y a José Antonio Navas, entonces adjunto al director de este diario. El terminal de este último estaba registrado a nombre de Titania, la sociedad editora de El Confidencial. Todo el tráfico de llamadas espiadas fue hallado por la Policía en el ordenador de Rafael Redondo en su casa de Galapagar. Estaban ocultas en archivos encriptados que la Policía acaba de descifrar.

La información sobre las llamadas de los periodistas —tanto de salida como de entrada a sus terminales móviles— estaba archivada junto a otros datos confidenciales de terceras personas, y la Unidad de Asuntos Internos asegura que la búsqueda de datos del inspector que facilitó la información con la logística de la Comisaría General de Información era masiva y afecta a numerosas personas.

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No es la primera vez: espiados por los Mossos

El espionaje a periodistas de El Confidencial por parte de los agentes cercanos a Villarejo no es un caso aislado. Con motivo del 'procés' y de las informaciones que este diario estuvo facilitando en los meses anteriores al 1-O, varios de sus miembros fueron objeto de 'informaciones' y 'averiguaciones' por parte de los Mossos, y así se acreditó entre los papeles que algunos de sus efectivos intentaron destruir en los días previos a que entrara en vigor el 155.

La Policía Nacional descubrió que los Mossos investigaron a directivos y periodistas de El Confidencial porque consideraban que este medio podía representar una amenaza por su "carácter constitucionalista y no afín al proceso independentista que llevaba a cabo el Gobierno de la Generalitat de Cataluña". La policía autonómica volcó los datos en un dosier de cuatro páginas sin membrete y que mantuvieron oculto hasta el 26 de octubre de 2017, solo unas horas antes de que entrara en vigor el artículo 155 de la Constitución, e intentaron destruirlo junto a otros documentos de inteligencia confeccionados sin ningún control judicial. Agentes de la Comisaría General de Información de la Policía los encontraron en una incineradora de Sant Adrià de Besòs (Barcelona) cuando estaban a punto de ser lanzados al fuego.

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El documento repasaba la trayectoria de El Confidencial y la experiencia de varios profesionales, con especial atención a los periodistas que trabajan en la delegación en Cataluña de este medio. Entre los que fueron investigados se encuentran el editor y consejero delegado, José Antonio Sánchez, el director general, Alberto Artero, y el subdirector, Alberto Pérez Giménez. Detalla sus respectivas carreras profesionales, formación académica, datos personales y la responsabilidad que tenían en el medio en el momento de la redacción del informe.

El informe se volvía más detallado en el análisis de la delegación territorial de Cataluña. Se centraba en los dos periodistas de El Confidencial en la comunidad autónoma, Antonio Fernández y Marcos Lamelas. En ambos casos, los Mossos recopilaron sus trayectorias laborales. Además, en lo que afecta a Antonio Fernández, reflejaron datos de seguimientos, incluyeron su fotografía y otras referencias de carácter personal como su DNI, teléfono móvil y domicilio.

Las llamadas telefónicas del entonces adjunto al director de El Confidencial, José Antonio Navas, y las del hoy adjunto, Jorge Zuloaga (entonces en 'Expansión'), junto a las del periodista de 'El País' Íñigo Barrón, fueron objeto de espionaje por expolicías fieles al comisario José Manuel Villarejo dentro del caso Tándem.

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