Rufián refuerza la 'pinza' a Podemos con Barcelona como moneda de cambio

ERC ha abierto juego en las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez, inclinándose por favorecer un Gobierno de los socialistas en solitario, al entender que "Podemos no está legitimado para pedir ministerios". Así lo aseguraba este jueves el portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián, tras reunirse con su homóloga del PSOE, Adriana Lastra, evitando expresar líneas rojas y limitándose a exigir diálogo sin mencionar la exigencia de un referéndum, ni siquiera concretar el formato de estas conversaciones. La disposición de ERC, que ya viene manifestando desde pasadas las elecciones generales, desmarcándose de los neoconvergentes JxCAT, y la vocación del PSOE de gobernar en solitario se convertirían en una suerte de pinza a Podemos, que aspira a entrar en un Ejecutivo de coalición.

No se trata de un cambio de estrategia, pero esta posición ha ido acompañada de una amenaza velada: el Ayuntamiento de Barcelona como moneda de cambio. "Cada día pasan cosas, hay que ver qué pasa el sábado, hay que ver si Ada Colau es alcaldesa con los votos de un señor que deportó a miles de personas”, respondía Rufián en referencia a Manuel Valls tras ser preguntado sobre si garantizaba la abstención de su grupo en la investidura para permitir a Sánchez revalidar la presidencia del Gobierno.

Más allá de que ERC prefiera un Gobierno débil y con Podemos y los 'comuns' —rivales políticos con quienes comparte una nada desdeñable bolsa de votantes— alejados de las instituciones para que no las capitalicen electoralmente, se trata de un último intento para conquistar la alcaldía de la capital de Cataluña y, por ende, que el independentismo mantenga también la Diputación de Barcelona. La única opción para ello es que el socialista Jaume Collboni retire su oferta de acuerdo con Colau.

Las bases de Barcelona en Comú votarán hasta mañana si optan por que Colau se presente a la investidura con un acuerdo con el PSC, o por apoyar al republicano Ernest Maragall, quien obtuvo los mismos concejales que los 'comuns'. La alcaldesa en funciones espera que las bases respalden su paso adelante después de que no consiguiese romper la política de bloques impulsando un 'tripartit' junto a republicanos y socialistas.

La voladura de los puentes entre Podemos y ERC se inició con el rechazo de estos a los PGE y ahora se consuma con el no de Colau a pactar con Maragall

El proceso no ha estado exento de debate interno, con los sectores más soberanistas por un lado y por otro los más federalistas, representados por ICV, cada vez con más poder interno. Consciente de ello, Rufián redundó en uno de los temores que planean en este debate, al afirmar que si se impone la opción defendida por Colau, "ICV acabará fagocitando este espacio político".

La voladura de los puentes entre Podemos y ERC se inició con el rechazo de los republicanos a los Presupuestos Generales del Estado que Sánchez pactó con Iglesias, se profundizó durante la campaña electoral y ahora se ha consumado con la decisión de Colau de priorizar al PSC frente a los independentistas para cogobernar Barcelona. Con las elecciones catalanas a la vista, que previsiblemente se adelantarán al otoño una vez que se produzca la sentencia del juicio del 'procés', las estrategias electorales se imponen a la búsqueda de colaboración parlamentaria con el único grupo estatal del congreso que defiende la libertad de quienes considera "presos políticos".

En Podemos siempre reconocieron ser conscientes del rechazo de ERC a que formen parte de un Gobierno de coalición, pero el posicionamiento público de Gabriel Rufián han acabado por romper las relaciones. "ERC quiere hacer un cambio de cromos con el PSOE en España a costa de los derechos de la gente. Quiere un Gobierno del PSOE sin la única fuerza estatal que reclama la plurinacionalidad y la libertad de los presos políticos", lamentaba el portavoz de Catalunya en Comú, Jaume Asens. Y concluía a través de las redes sociales: "Más que pactar con los 'comuns', ERC siempre ha querido destruirlos".

Asens (Catalunya en Comú): "Más que pactar con los 'comuns', ERC siempre ha querido destruirlos"

Si el pasado martes el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, se abría a asumir la potencial abstención de los independentistas, ayer Gabriel Rufián avanzaba que no vienen "con intención de bloquear absolutamente nada", aun matizando que este "no bloqueo no es un cheque en blanco a Pedro Sánchez". Al margen de las referencias sobre lo que suceda este sábado en la constitución del Gobierno municipal de Barcelona, el portavoz de los republicanos reclamaba "diálogo, diálogo y diálogo" para abordar el conflicto catalán "sin togas ni porras".

Tras las elecciones generales, ya se adelantaba desde la dirección del grupo republicano, que ha prescindido en su denominación del apelativo 'esquerra', que por ellos "no será". Se vislumbraba pues un Ejecutivo en solitario de los socialistas que vaya tejiendo su estabilidad a partir de una geometría variable. En esta línea, Rufián afirmaba que le parecía "irresponsable hablar de repetir las elecciones generales, y esto es una interpelación directa a Podemos". Frente a la demanda de los morados para formar un Gobierno conjunto, los conminaba a "hacer una reflexión interna" y concluía que sus resultados electorales "no dan tanto como para pedir ministerios". La pinza de ERC y PSOE a Podemos toma forma.