Espinar abre la vía de la rebelión contra Iglesias a Kichi y otros barones críticos
"Su aportación va en el sentido de que se abra un debate colectivo", explica un antiguo colaborador de Espinar y que se identifica con su objetivo de convocar un nuevo Vistalegre
Marcando distancias con las tesis de Íñigo Errejón —que está poniendo en marcha su propio proyecto político— y sumándose a las posiciones de Podemos Andalucía, que trata de liderar la oposición interna en Podemos, Ramón Espinar ha abierto el debate de cara al próximo Consejo Ciudadano Estatal (CCE) de este sábado. "Su aportación va en el sentido de que se abra un debate colectivo", explica un antiguo colaborador de su equipo y que se identifica con su objetivo de convocar un nuevo congreso del partido: "Es una cuestión que, si pones los pies en la tierra, verás que mucha gente pide, pero obviamente los que están metidos en las dinámicas de partido quieren seguir en ellas". Espinar sigue la hoja de ruta preestablecida tras su dimisión como secretario general en Madrid y lo hace con nuevos aliados circunstanciales más allá de Madrid, buscando sumar a otros líderes territoriales críticos con el liderazgo de Pablo Iglesias tras el 26-M.
El objetivo es aunar una posición común en la reunión del máximo órgano de dirección entre asambleas, después de que Espinar haya situado en la agenda mediática, con un artículo de opinión en 'eldiario.es' y posteriores apariciones televisivas, la demanda de celebrar un nuevo congreso del partido, reconstruir el espacio político y renovar los liderazgos. El alcalde gaditano, José María González 'Kichi', refrendaba casi al unísono estas mismas posiciones en una entrevista con el 'Diario de Cádiz', donde pedía a Pablo Iglesias que asumiese responsabilidades tras los resultados electorales y apelaba a que su futuro como secretario general se decidiese en "la asamblea de Vistalegre".
El secretario general manchego, José García Molina, dimitido tras dejar a su formación sin representación parlamentaria, impulsó en febrero una suerte de dirección colegiada bajo la denominada 'Declaración de Toledo'. A ella logró sumar una decena de líderes territoriales. Se articulaba un cónclave paralelo para forzar una mayor descentralización de los territorios, como se exige ahora desde Andalucía, al tiempo que se recriminaban las dinámicas internas que supuestamente se habían materializado en la escisión liderada por Errejón.
No se espera que se reproduzca este mismo grupo de críticos en el CCE del sábado, puesto que muchos han tenido unos resultados que distan de legitimar su gestión (del 14,3% en las generales se ha pasado a un 6,52% de media en las autonómicas), además de que varios de ellos habían sido afines a Errejón y la vía crítica ahora la encabeza el único territorio que dirige el sector anticapitalista, con Teresa Rodríguez al frente. Con todo, confían en coincidir en unos mínimos para abrir una reflexión interna, dejando a un lado sus diferencias.
El peso de Espinar, más allá del ruido mediático, es escaso, al no tener cargos orgánicos, y apenas lo secundan, por el momento, algunos antiguos miembros de su ejecutiva. Desde su entorno, en cambio, conceden que tras haber lanzado su propuesta, "todo el mundo se está posicionando" y, al contrario de lo que plantea la dirección —centrada ahora en las negociaciones para la investidura—, "entendería que se abra un proceso de reflexión" porque, argumentan, "es de sentido común".
El alcalde de Cádiz, el único de los 'ayuntamientos del cambio' donde Podemos conservará el bastón de mando, fue el único en recoger el guante de forma pública. Desde la dirección de Podemos Andalucía, confirmaban poco después que este sábado reclamarán en la reunión del consejo la apertura de un debate interno que analice y corrija los "errores cometidos" en las recientes citas electorales, de cara a "repensar el proyecto". Con base en ello, se plantearían abordar la continuidad de Iglesias, según declaraciones en rueda de prensa del secretario político de Podemos Andalucía, Pablo Pérez Ganfornina, recogidas por la agencia EFE.
El secretario general de Podemos Aragón, Nacho Escartín, se lanzaba la semana pasada a reivindicar un "perfil propio" y desembarazarse de la marca Podemos. Marcaba así distancias con la dirección estatal para adoptar posiciones como las de Kichi en Andalucía "o Joan Ribó, Ada Colau o Manuela Carmena". Sin embargo, el secretario general aragonés no tiene el suficiente apoyo entre su propia ejecutiva para transformar estas críticas en una posición colectiva con la que acudir al Consejo Ciudadano Estatal de este sábado. Los críticos miran a otros territorios como Asturias o Valencia, en ocasiones críticos con Iglesias pero donde se siguen dinámicas propias y habitualmente alejadas de posiciones frentistas o de corriente.
Desde la dirección de Podemos, se apuesta por realizar los debates en los órganos, en lugar de en los medios, y se recuerda que la prioridad ahora son las negociaciones para la formación de Gobierno, donde Pablo Iglesias quiere hacer valer el peso de los escaños del grupo confederal para formar un Ejecutivo de coalición con los socialistas. Las hojas de ruta de los críticos que ahora se ponen sobre la mesa no cogen por sorpresa a los dirigentes de la formación. Ya el pasado mes de marzo, Irene Montero se anticipaba a cerrar la puerta a terceras vías, avanzando que la persona que sucediese a Pablo Iglesias en la Secretaría General de la formación será una mujer y que eso ocurrirá "pronto". Declaraciones que se realizaban en un contexto en el que Espinar ya había hablado de "reconstruir el espacio político" de Podemos en su primera intervención pública tras dimitir y García Molina, por entonces vicepresidente del Gobierno manchego, se había prestado a liderar la oposición interna.
Al mismo tiempo, otras voces hablaban de refundación, como la del exdiputado Manolo Monereo, considerado padre político de Pablo Iglesias. Tras la debacle electoral, se han reforzado en estas tesis, cuyo peso dependerá, por un lado, del resultado de las negociaciones para la investidura, y, del otro, de la capacidad de sumar líderes territoriales con una fuerza institucional en caída libre, tras quedar en los comicios autonómicos muy por debajo de lo obtenido por Pablo Iglesias en las pasadas elecciones generales.
Marcando distancias con las tesis de Íñigo Errejón —que está poniendo en marcha su propio proyecto político— y sumándose a las posiciones de Podemos Andalucía, que trata de liderar la oposición interna en Podemos, Ramón Espinar ha abierto el debate de cara al próximo Consejo Ciudadano Estatal (CCE) de este sábado. "Su aportación va en el sentido de que se abra un debate colectivo", explica un antiguo colaborador de su equipo y que se identifica con su objetivo de convocar un nuevo congreso del partido: "Es una cuestión que, si pones los pies en la tierra, verás que mucha gente pide, pero obviamente los que están metidos en las dinámicas de partido quieren seguir en ellas". Espinar sigue la hoja de ruta preestablecida tras su dimisión como secretario general en Madrid y lo hace con nuevos aliados circunstanciales más allá de Madrid, buscando sumar a otros líderes territoriales críticos con el liderazgo de Pablo Iglesias tras el 26-M.