El exjefe electoral de Trump cenó en Madrid en 2017 con Villarejo por el caso Pérez-Maura

Los investigadores del caso Villarejo han descubierto que el comisario cenó en Madrid con Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para cerrar la implicación del asesor en el llamado proyecto PIT, la operación que puso en marcha el policía para evitar la extradición a Guatemala del naviero español Ángel Pérez-Maura y desactivar las investigaciones por corrupción abiertas en ese país contra su compañía. El encuentro se produjo el 21 de marzo de 2017 y tuvo lugar en la casa del industrial Adrián de la Joya, socio y amigo de Villarejo e investigado también en esta pieza del procedimiento.

La reunión en la capital de España habría venido precedida de al menos dos citas en Nueva York entre Villarejo y Manafort en las que también participaron supuestamente De la Joya, el expresidente de Telefónica Juan Villalonga, un socio del asesor estadounidense, el puertorriqueño Héctor Hoyos y el exembajador de Guatemala en Washington Julio Ligorría. El propio comisario dejó constancia de esos encuentros, celebrados entre el 7 y 10 de febrero de 2017, en su agenda personal, localizada por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional en los registros de noviembre de 2017 de la llamada operación Tándem.

Villarejo ya conocía a Manafort. Como adelantó este diario el pasado octubre, el comisario había mediado en 2016 para que los máximos accionistas de Banca Privada de Andorra (BPA), los hermanos Ramón e Higini Cierco, inyectaran 16 millones de dólares en una compañía de encriptación de teléfonos móviles participada por Hoyos y el exasesor de Trump con la intención de que el presidente de la mayor potencia del mundo ayudara a los banqueros en sus litigios por la intervención de su entidad en 2015.

El proyecto PIT llegó después y tuvo casi los mismos actores. Según señalan los agentes en varios informes incorporados al sumario, a los que ha tenido acceso El Confidencial, Villarejo planteó abiertamente en esas citas de 2017 en suelo estadounidense que en esos momentos estaba trabajando para evitar que España entregara a Guatemala a Pérez-Maura y la Justicia del país centroamericano sobreseyera las diferentes causas que afrontaba su grupo naviero por el presunto pago de un soborno al expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina de 30 millones de dólares. El instructor del caso, el magistrado Manuel García Castellón, acusa ahora a Villarejo de haber cobrado a Pérez-Maura por esas gestiones extrajudiciales más de siete millones de euros.

El 7 de febrero de 2017 todavía no habían empezado los problemas para Villarejo. El comisario anotó ese día en su dietario que había hablado con Manafort “sobre varios temas”. “Muy positivo”, escribió. La reunión se habría producido en un lujoso hotel de cinco estrellas de Manhattan. En un apunte posterior, efectuado entre el 9 y 10 de febrero, después de un segundo encuentro en Nueva York, Villarejo añadió que el todopoderoso y oscuro lobista estadounidense —llevó la campaña presidencial de Trump entre marzo y agosto de 2016 y está condenado a cuatro años de prisión por delitos fiscales— había dado su aprobación a entrar en la operación de Guatemala. “[Héctor] Hoyos”, escribió el comisario en su agenda, “se encargará de estructurar todos los proyectos que Paul [Manafort] ha dado el Ok”.

Un posterior viaje de Manafort a Madrid habría servido para cerrar su incorporación al proyecto PIT, lo mismo que supuestamente intentó con el exjuez Baltasar Garzón y la actual ministra de Justicia, Dolores Delgado, que en aquel momento era fiscal de la Audiencia Nacional, el órgano que debía decidir sobre la extradición de Pérez-Maura. Según el informe de Asuntos Internos, Villarejo escribió en la misma agenda el 2 de marzo de 2017 que ese día había cenado en casa de “Joy”, el nombre en clave de Adrián de la Joya, con el lobista norteamericano y su socio puertorriqueño. “Cena interesante en su casa con Paul Man., Héctor y otros. Todo muy bien”.

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Los apuntes, incluidos en el procedimiento como otro indicio acusatorio contra la decena de investigados por cohecho y tráfico de influencias en esta pieza de Tándem, revelan que los contactos del comisario llegaban a las puertas de la Casa Blanca. En esas mismas conversaciones con Manafort, habría barajado incluso promover a Ligorría como candidato a la presidencia de Guatemala para que, una vez en el cargo, allanara el futuro judicial de Pérez-Maura.

La agenda de Villarejo indica que el comisario también tenía otros planes. En octubre de 2017, no había logrado ningún avance en la situación del naviero ni de su grupo empresarial. Pérez-Maura empezaba a sentirse estafado después de pagar más de siete millones de euros. El 5 de septiembre de 2017, apenas dos meses antes de que fuera detenido, el comisario escribió de su puño y letra el nombre de varias personalidades a las que también podía recurrir para alcanzar algún éxito en el proyecto PIT, por pequeño que fuera.

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Villarejo escribió “Felipe González 'lobby' Guatemala”, en referencia al expresidente del Gobierno y, una línea más abajo, “Antonio Guterres”, junto a las palabras “amigo de” seguidas de una flecha que apuntaba a González. El Guterres de la agenda es el primer ministro socialista de Portugal entre 1995 y 2002 y actual secretario general de Naciones Unidas, el organismo del que dependía la Fiscalía especial que ejercía la acusación en Guatemala contra Pérez-Maura y su empresa. No hay ningún otro indicio de que Villarejo efectivamente contactara con ellos para que intercedieran en favor del naviero.