Ada Colau deshoja la margarita entre ERC y PSC con la vista puesta en las autonómicas

Jornada de perfil bajo a nivel mediático de los 'comuns'. La discreción se impone en unas negociaciones para la formación del Gobierno municipal de Barcelona después de que Manuel Valls patease el tablero tras ofrecer su apoyo, sin condiciones, para que gobiernen Barcelona en Comú y PSC, priorizando así que no se haga con el bastón de mando Ernest Margall, el cabeza de lista de ERC. "Seguimos en ese largo compás de espera", explicaban anoche desde el equipo de la alcaldesa en funciones, que de momento ni ha aceptado ni tampoco rechazado la vía abierta por Valls, enfrentándose con ello a la dirección de Ciudadanos, que como derivada ha obligado también a los republicanos a valorar una coalición con los 'comuns'. Existe un fuerte debate en el seno de los 'comuns', y aunque hay numerosos elementos que podrían hacer decantar la balanza hacia un acuerdo con los socialistas, la inminencia de unas elecciones autonómicas en otoño dificulta la decisión, pues modificaría la estrategia electoral del partido.

Ada Colau sigue deshojando la margarita y valorando pros y contras. De aceptar el ofrecimiento del exministro galo, los republicanos tendrían media campaña hecha contra su rival a la izquierda, que por su componente soberanista se pelea con ERC por un considerable nicho de votantes. Lo mismo ocurre con el PSC, que además ha recuperado el pasado domingo su hegemonía en los barrios obreros del cinturón rojo que en las municipales de 2015 se habían decantado a favor de los 'comuns'. La decisión no es sencilla y, sabedores de ello, el 'pressing' en la esfera digital ya funciona a pleno rendimiento. Se vincula un acuerdo con el PSC, gracias al apoyo desde fuera de la candidatura avalada por Ciudadanos, a un pacto "con los defensores del 155".

Esta dualidad ya condicionó los debates orgánicos de los 'comuns', acabando imponiéndose en la vía federalista de ICV y la escisión de Sobiranistes

Hasta la fecha, solo ha trascendido una reunión entre Colau y Maragall, quien obtuvo los mismos concejales que la actual alcaldesa pero fue la lista más votada, al superarla en cerca de 5.000 votos. Si no hay acuerdo, el alcalde de Barcelona sería el cabeza de lista de la formación independentista. A Maragall tampoco le complace la idea de repartirse el bastón de mando con la líder de los 'comuns' durante dos años cada uno. Una opción que tildó como “la peor de las soluciones y el peor de los inventos”.

Mientras se produce el debate interno y hay discretos tanteos, Barcelona en Comú sigue apostando en público por un acuerdo tripartito junto a ERC y PSC. Una opción que ni siquiera valoran republicanos y socialistas, pero con la que Colau busca ganar tiempo en este "largo compás de espera" para seguir retrasando la decisión sobre su posicionamiento. Quedan todavía dos semanas de por medio hasta que el próximo 15 de junio se constituya el nuevo gobierno municipal.

Soberanismo o socialismo, ERC o PSC. Toca elegir y, por tanto, abandonar una suerte de transversalidad que los 'comuns' habían mimado desde sus inicios. Una tradición, la de 'un sol poble', que trata de seguir la herencia del PSUC, no sin haber generado diversos conflictos internos. Los federalistas de ICV, por un lado, y los más soberanistas, por otro. Esta dualidad ya ha condicionado los debates orgánicos, acabando imponiéndose en el último congreso la vía federalista de ICV y otros aliados.

Pablo Iglesias coincidirá con el 'vicepresident' de la Generalitat y dirigente de ERC Pere Aragonès, este viernes, en el Cercle d'Economia

Unos pocos meses después de haberse reconfigurado el poder orgánico con estas posiciones, el portavoz en el Congreso de los Diputados, Xavier Domènech, acabó abandonando todos sus cargos y retirándose de la primera línea política. Ya entonces se habían agudizado las divisiones internas por el histórico debate de prioridades no resuelto y los diputados autonómicos Elisenda Alamany y Joan Josep Nuet fundaron la corriente interna Sobiranistes. Una corriente que se transformó en escisión y la posterior integración de sus líderes en ERC.

Alamany ha acabado como la número dos de Maragall en las elecciones municipales en Barcelona y Nuet en la lista de las generales liderada por Gabriel Rufián, obteniendo acta de diputado en el Congreso. Es por ello que tras la ruptura propiciada por la corriente Soberanistes, diversas fuentes señalan que no generaría demasiado conflicto un pacto solo con los socialistas, como sí podría haberlo hecho con total seguridad en el pasado, antes de que se produjeran las mencionadas escisiones.

Los comicios municipales solo son una parada en el camino del ciclo electoral catalán, que está previsto que se extienda hasta otoño con un anticipo de las autonómicas, previsiblemente en noviembre. De ahí la importancia estratégica de cómo se resuelva la partida de ajedrez en la capital catalana tras el 26-M. Las declaraciones públicas no dejan de sonar a eslóganes electorales, con los 'comuns' haciendo hincapié en la inclinación de ERC por echarse en manos de la 'derecha pujolista', que ahora reencarnaría la neoconvergente Elsa Artadi, y los republicanos deslizando que los 'comuns' hagan lo propio con quienes promovieron la aplicación del 155. Por si faltaran elementos, este viernes Pablo Iglesias acudirá a Sitges, para participar en la XXXV Reunión Cercle d'Economia, donde acto seguido también intervendrá el 'vicepresident' de la Generalitat y dirigente de ERC, Pere Aragonès.