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Las afiliaciones masivas de Vox tocan techo: de 4.000 a la semana a solo 200
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LA FORMACIÓN CUENTA YA CON 49.481 'SOCIOS'

Las afiliaciones masivas de Vox tocan techo: de 4.000 a la semana a solo 200

El 'boom' de apoyar al partido emergente ha pasado página; en enero, los de Abascal registraban 20 veces más afiliados que en la actualidad

Foto: Jóvenes partidiarios de Vox, durante la noche electoral del 28-A. (Reuters)
Jóvenes partidiarios de Vox, durante la noche electoral del 28-A. (Reuters)

Que Vox no se encuentra en la misma situación que en la campaña de las pasadas elecciones generales parece claro. No hay mítines masivos que atraigan el interés de los medios ni de los sociólogos. Eran la seña de identidad del partido, que sacaba pecho por las redes sociales de los llenos absolutos que lograba en cada ciudad, pero la dirección prefirió cambiarlos por actos más cerrados y "simbólicos". Tampoco los de Santiago Abascal son ahora los que marcan la agenda política. Sus novedosos enfoques de asuntos tan espinosos como la violencia de género, la inmigración o las armas ya no obligan al resto de candidatos a posicionarse.

Pero hay otro dato que muestra que la formación ha frenado su crecimiento o al menos podría encontrarse cerca de alcanzar su techo de respaldo popular. El ritmo de crecimiento de las afiliaciones al partido se ha reducido drásticamente. El partido comenzó con una base muy limitada de militantes que notó fuertes subidas de respaldo popular a raíz del referéndum catalán del 1 de octubre de 2017, debido a los postulados radicales de la formación de Abascal en este terreno, y a mediados de 2018, durante la moción de censura que sufrió Mariano Rajoy el 1 de junio de 2018 y la elección de Pablo Casado como nuevo líder del PP el siguiente 21 de julio.

Sin embargo, el gran despegue social llegó en diciembre. La euforia desatada tras los 12 escaños conseguidos por Vox en los comicios andaluces celebrados el día 2 de ese mes derivó en un extraordinario incremento del número de afiliaciones. En apenas una semana —la que siguió a las elecciones autonómicas—, la formación registró a casi 5.000 nuevos 'amigos' dispuestos a abonar su cuota regularmente, una cifra histórica que marcaba la cúspide de popularidad del fenómeno político del momento.

El elevado ritmo de crecimiento, además, se extendió en el tiempo. La mencionada cifra de suscripciones semanales se mantuvo durante todo el mes siguiente. Entre el 14 y el 21 de enero, por ejemplo, 4.000 personas decidieron asociarse a Vox. Durante el Puente de la Constitución y de la Inmaculada, el sistema informático del partido se colapsó porque no estaba preparado para asumir la ola de peticiones que estaba experimentando la formación, un incidente que daba cuenta de que ni siquiera la propia cúpula se esperaba el resultado de las elecciones regionales, y mucho menos las consecuencias que este tendría. Desde el partido, aseguraban tener 1.000 afiliaciones diarias.

A través de un comunicado de prensa, en concreto, Vox anunció que había sobrepasado los 20.500 afiliados gracias al "éxito electoral" y que el sistema para registrarse 'online' a través de la web oficial del partido ya no admitía más solicitudes, que se encontraban en "operaciones de mantenimiento". Los técnicos trabajaron a destajo durante todo ese fin de semana para solucionar el problema y poder seguir admitiendo a toda esa masa de ciudadanos que pedían formar parte del proyecto político liderado por Abascal, Javier Ortega Smith, Iván Espinosa y Rocío Monasterio.

placeholder Abascal, en un mitin en Almería. (EFE)
Abascal, en un mitin en Almería. (EFE)

Sin embargo, a partir de marzo, cuando Abascal anunció en Twitter que el partido alcanzaba los 40.000 afiliados, la cadencia disminuyó considerablemente. Fue en ese momento también cuando el máximo responsable del partido concedió a la revista especializada 'Armas.es' una polémica entrevista en la que defendió el uso de armas de fuego. "Hace falta un cambio radical urgente en la ley, no solo para que los españoles sin antecedentes y en pleno uso de sus facultades mentales puedan disponer de un arma en su casa, sino para que puedan usarla en situaciones de amenaza real para su vida sin tener que enfrentarse a un infierno judicial, a penas de cárcel o incluso a indemnizaciones a los familiares de los delincuentes que les asaltaron", dijo literalmente Abascal, que abría de este modo un debate que hasta entonces no existía en España.

El descenso de peticiones fue cada vez más acusado en un momento clave para el partido, que se dirigía de cabeza como el resto a la cita con las urnas del pasado 28 de abril. Las encuestas daban un máximo del 13% a los de Abascal, Ortega Smith y compañía, que sin embargo se dedicaban a destrozar la credibilidad de los sondeos durante sus mítines. Argumentaban que estos ya se equivocaron en Andalucía —donde apenas anunciaban uno o dos escaños y luego sacaron 12— y que volvería a pasar en las generales. Pero los que erraron el tiro fueron los del mitin de Colón. Los sociólogos acertaron esta vez y Vox se quedó en 24 diputados en el Congreso. "Hicieron creer a su electorado que sacarían 70 escaños", critica hoy el responsable de GAD3, Narciso Michavila, que prácticamente clavó los resultados del partido en estos últimos comicios.

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El juego de las expectativas, por supuesto, se vio reflejado en el respaldo popular. Si tras las andaluzas —cuando Vox reventó los sondeos— la formación experimentó una oleada de peticiones de afiliación, después de las generales se pinchó el suflé. El ritmo se redujo hasta niveles previos a los comicios andaluces. En concreto, entre el 6 y el 20 de mayo de 2019 (dos semanas), apenas 380 se afiliaron al partido, una cantidad similar a la que registró el partido justo un año antes. Entre el 1 de abril y el 1 de mayo de 2018, los de Abascal lograron 740 nuevos socios; es decir, 370 en la primera quincena y otros tantos en la segunda.

Vox cuenta hoy con la llamativa cifra de 49.481 afiliados, pero lejos quedan los ritmos de crecimiento del pasado enero, cuando en la mitad de tiempo el partido registraba 10 veces más afiliados. Esta reducción va aparejada a otros elementos que ayudan a mostrar el menor apoyo popular. En las últimas encuestas, los sociólogos observan un escaso recuerdo de voto del electorado de Vox. Dicho de otra forma, son pocos los que admiten haber votado a la formación en las pasadas elecciones, cosa que no pasó en las andaluzas, cuando todos estaban dispuestos a manifestar su opción política. "Cuando tu equipo pierde, no te apetece decir que es tu equipo", argumenta Michavila, que confirma que ahora ese recuerdo de voto "está por debajo de lo que debería ser", y que vaticina que el partido bajará en las próximas municipales, pero "no se hundirá".

Otro sociólogo, Ignacio Varela, observa igualmente otro fenómeno que da cuenta de la deriva bajista de Vox. Asegura, en relación con su última encuesta referida al Ayuntamiento de Valencia, que "la lealtad del electorado del partido es muy baja". "Alrededor de un tercio de los que votaron a Vox en las generales ahora no repiten y regresan al PP", apunta Varela, que explica que se trata de personas que tradicionalmente han votado a los populares y que en los pasados comicios prestaron su papeleta a Vox temporalmente.

Que Vox no se encuentra en la misma situación que en la campaña de las pasadas elecciones generales parece claro. No hay mítines masivos que atraigan el interés de los medios ni de los sociólogos. Eran la seña de identidad del partido, que sacaba pecho por las redes sociales de los llenos absolutos que lograba en cada ciudad, pero la dirección prefirió cambiarlos por actos más cerrados y "simbólicos". Tampoco los de Santiago Abascal son ahora los que marcan la agenda política. Sus novedosos enfoques de asuntos tan espinosos como la violencia de género, la inmigración o las armas ya no obligan al resto de candidatos a posicionarse.

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