De Al Qaeda al Daesh: el único español condenado por el 11-S vuelve a la cárcel
Se convirtió al Islam en 1991, pero antes se afilió al PSOE madrileño y en 1989 dio un giro de 180 grados para ejercer como interventor de Herri Batasuna en las elecciones al Parlamento Europeo
Luis José Galán González cambió su nombre por Luthfalah Yusuf en 1991. Y veinte años después, a Al Qaeda por el Estado Islámico. En 2005 se convirtió en el primer condenado de España por los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, época en la que formaba parte de una célula del grupo terrorista liderado por Osama bin Laden que operaba en la península ibérica. Tras salir de prisión en mayo de 2011, Galán continuó con su actividad de difusión de la doctrina yihadista en internet bajo el paraguas del Estado Islámico, por lo que la Audiencia Nacional lo condenó esta semana a otros ocho años de cárcel por un delito de participación en organización terrorista. La sentencia de la Sección Cuarta de la Sala Penal no deja lugar a dudas: Galán es uno de los "soldados virtuales" del Estado islámico.
Antes de convertirse al Islam en 1991, su vida estuvo marcada por los bandazos políticos. Se afilió al PSOE madrileño en 1977, pero en 1989 dio un giro de 180 grados y ejerció como interventor de Herri Batasuna en las elecciones al Parlamento Europeo. Tras su salida de prisión en 2011, Galán concedió entrevistas a diversos medios, llegando incluso a afirmar ese mismo año a la publicación 'Islam en Murcia' que era un "criminal porque así lo quisieron jueces y policías", subrayando en este sentido su "compromiso por la justicia y por la paz". En su último juicio ante la Audiencia Nacional repitió esta idea: "Soy un defensor de los Derechos Humanos".
En 1991, Galán se convirtió al Islam y pasó de llamarse Luis José Galán González a adoptar el nombre de Luthfullah Yusuf Galán González. Para entonces llevaba ya cinco años trabajando en Seur, puesto que mantuvo hasta enero del 2000. Pero según se confirmó en el juicio contra la red española de Al Qaeda celebrado en 2005, en aquella época viajó a Indonesia para recibir entrenamiento militar, experiencia que no le impidió seguir vendiéndose en redes sociales como un pacifista. "Experto profesional en derechos humanos y religiones en España" e interesado en asociaciones como la de 'periodistas por los derechos humanos', aseguraba en su perfil de Instagram.
En el juicio de 2005, que terminó con una condena de nueve años de cárcel para él, Galán protagonizó además varias declaraciones polémicas. En su línea de presentarse como un pacifista, aseguró que condenaba "todo tipo de atentados", pero el presidente del tribunal le preguntó entonces si esto incluía los perpetrados por ETA. "Prefiero no contestar", respondió. Tras comparecer de nuevo ante los magistrados el pasado abril, el yihadista optó en esta ocasión por no responder a las preguntas de la Fiscalía, por lo que pudo así insistir en que las imágenes violentas que publicaba en redes eran para denunciar "abusos" en lugares como Palestina, el Kurdistán o Cachemira, mientras que las entrevistas y reportajes a yihadistas tenían "interés informativo".
Pero la Sección Cuarta de la Sala Penal de la Audiencia Nacional no ha comprado su versión de los hechos. En la sentencia que le condena a ocho años de cárcel, 18 de inhabilitación para realizar funciones docentes y otros ocho años de libertad vigilada por participación en organización terrorista, los magistrados sostienen que, tras su salida de prisión en 2011, continuó con su actividad de difusión e instrucción de la doctrina yihadista. Lo hizo "adaptándose a la nueva estrategia diseñada por el Estado Islámico, desarrollando su actividad terrorista desde las plataformas digitales creadas por dicha organización terrorista, a las que se encontraba permanentemente conectado, siendo significativo que tuviera un blog con 113.569 seguidores, y perfiles en Facebook con 2.393 seguidores".
En la investigación que desencadenó su arresto en 2017, la Policía subrayaba además que junto a este adoctrinamiento intelectual que llevaba a cabo a través de las redes sociales, "otro pilar fundamental en su estrategia delictiva era realizar el adiestramiento operativo en técnicas de combate de otras personas", para lo que publicaba vídeos en plataformas como YouTube enseñando el manejo de espadas y cuchillos. "Yusuf Galán, artes marciales para todos", escribía bajo uno de los vídeos que publicó en 2015, grabación en la que se le puede ver enseñando el manejo de una katana.
La Sala, sin embargo, le ha absuelto de los delitos de integración en organización terrorista, adoctrinamiento, enaltecimiento y humillación a las víctimas: si bien su militancia en el Daesh "no ha podido determinarse suficientemente", está probada una "actividad frenética" de publicaciones en redes sociales en favor del Estado Islámico que buscan extender sus ideas y captar nuevos seguidores. El PSOE, Herri Batasuna, Al Qaeda, el Estado Islámico... Y ahora de nuevo a la cárcel.
Luis José Galán González cambió su nombre por Luthfalah Yusuf en 1991. Y veinte años después, a Al Qaeda por el Estado Islámico. En 2005 se convirtió en el primer condenado de España por los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, época en la que formaba parte de una célula del grupo terrorista liderado por Osama bin Laden que operaba en la península ibérica. Tras salir de prisión en mayo de 2011, Galán continuó con su actividad de difusión de la doctrina yihadista en internet bajo el paraguas del Estado Islámico, por lo que la Audiencia Nacional lo condenó esta semana a otros ocho años de cárcel por un delito de participación en organización terrorista. La sentencia de la Sección Cuarta de la Sala Penal no deja lugar a dudas: Galán es uno de los "soldados virtuales" del Estado islámico.
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