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"Rechazo la extrema derecha fascista de Vox": Marchena para los pies a votantes del 1-O
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EN EL JUICIO DEL 'PROCÉS'

"Rechazo la extrema derecha fascista de Vox": Marchena para los pies a votantes del 1-O

Varios de los testigos dijeron que solo respondían a la formación "por imperativo legal", fórmula que terminó cansando al magistrado: "Todo lo que ha pasado aquí es por imperativo legal"

Foto: Los abogados de Vox, Javier Ortega Smith (i) y Pedro Fernández (d). (EFE)
Los abogados de Vox, Javier Ortega Smith (i) y Pedro Fernández (d). (EFE)

La sucesión de votantes del 1-O continúa en el Tribunal Supremo, y con ellos el color amarillo: lazos, relojes, corbatas, bolsas... Todo vale mientras sea amarillo. La mañana transcurrió con calma hasta que llegó el turno de Alfons Barceló, un informático jubilado que votó en Alforja. "Coincidía con la fiesta mayor y delante del colegio hubo 'castells', 'diables', canto coral...". Pero la pasión con la que describía el referéndum se convirtió en odio durante el interrogatorio de Vox: "Voy a contestar a la acusación popular, pero haciendo constar mi rechazo absoluto a las ideas que la extrema derecha fascista de Vox expresa en este tribunal", lanzó el testigo. El presidente del tribunal, Manuel Marchena, no le dejó seguir: "Vamos a ver, tiene usted obligación de contestar. Hágalo, por favor".

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Barceló no fue el único testigo que se revolvió ante las preguntas de Vox. Joan Torres, un prejubilado que votó en Anglesola, comenzó diciendo al tribunal que el 1-O "era uno de los días más especiales de nuestra vida", pero no todas las valoraciones que expuso ante la sala fueron positivas: llegado el turno de la acusación popular, mostró su rechazo a la formación y dijo que solo respondería "por imperativo legal", afirmación que repitieron después otros tres votantes. La fórmula la inauguró en el Supremo el 24 de abril el exdiputado de la CUP David Fernàndez. Desde entonces, la frase se ha repetido una y otra vez para criticar a Vox sin ganarse una multa, por lo que Marchena quiso responder este lunes al argumento: "Usted está ahí por imperativo legal. Ha respondido a las preguntas de la letrada de Sànchez y Turull por imperativo legal. Ha respondido a las preguntas del Ministerio Fiscal por imperativo legal. A las preguntas de la Abogacía del Estado, por imperativo legal. Y ahora tiene el imperativo legal de responder a las preguntas de la acción popular. Todo lo que ha pasado esta mañana es por imperativo legal".

Marchena para los pies a los votantes del 1-O por tachar a Vox de "extrema derecha fascista"

Pese a la advertencia del juez, Josep Marimon, un jubilado de Vilanova del Vallès, volvió a la carga tras el receso para comer y plantó cara a Vox: "Señoría, quisiera decir que por cuestiones morales y de principios...". Marchena le interrumpió tajante: "No. Guarde silencio. Usted va a contestar al letrado de la acción popular por el mismo fundamento legal con el que ha respondido a las preguntas de la defensa de Sànchez y Turull, del Ministerio Fiscal y de la Abogacía del Estado. Usted ahora en su condición de testigo no puede hacer ningún discurso". El testigo se revolvió, pero solo consiguió enfadar aún más al magistrado: "Escúcheme y no me interrumpa". Miramon miró al techo con enfado y respondió a Vox, pero todavía guardaba una sorpresa: finalizado el interrogatorio, se levantó y fue a saludar al 'exconseller' de Interior Joaquim Forn, ante lo que los agentes judiciales le agarraron de un brazo para que abandonara la sala. En cuestión de minutos, Marimon pasó de mirar el techo a mirar la puerta.

Torres, el primer votante que recurrió este miércoles al "imperativo legal", provocó además otra intervención de Marchena nada más comenzar su declaración, cuando quiso hablar en catalán: "¿Puedo comentar un tema? Había solicitado responder en catalán". Con tono tranquilo, el presidente del tribunal le recordó que no era posible: "Por más respeto que tengamos a la lengua catalana, en este acto todo está reglado, incluso el sitio en el que se sienta usted. La ley exige que usted hable en castellano", le recordó. Al testigo no le quedó más remedio que contestar con un escueto "vale" antes de girarse hacia las defensas para que comenzara el interrogatorio.

Los votantes siguieron la misma línea que se marcó en las últimas declaraciones y subrayaron el papel de los Mossos el 1-O. Frente a la idea de que el cuerpo autonómico se puso de perfil, aseguraron que los agentes intentaron cerrar los colegios: "Los 'mossos' vieron que era imposible entrar y estuvieron toda la jornada ahí", "los 'mossos' insistieron", "los 'mossos' cerraron el colegio", "vi a los 'mossos' en diversos momentos"... Las preguntas de las defensas sobre la policía autonómica eran constantes y los testigos pintaron en todo momento la misma escena: los 'mossos' intentaron cumplir el mandato, pero sin sacar las porras.

Los testigos de este miércoles acudieron el 1-O a colegios en los que no se presentaron policías nacionales ni guardias civiles, pero este hecho no impidió que las críticas a ambos cuerpos se repitieran. "Ellos se alojaban en un hotel del centro y descargaban todas las armas, escopetas, pistolas, porras... Todo a plena luz del día. Había muchísimo miedo", aseguró Josep Grima, vecino de Calella. Pero su crítica más chocante no llegó hasta que la defensa de Sànchez preguntó por incidentes concretos: "Desde los mismos balcones del hotel yo recibí un escupitajo de alguna de las personas que había... Tenían una actitud chulesca, jugando con las armas, enseñándonos porras extensibles e incluso parece ser que nos orinaron encima". La abogada quiso saber entonces si estos sucesos se estaban investigando por algún juzgado, ante lo que el testigo fue un paso más allá: "Una de las chicas que pusieron denuncia adjuntó también un documento del veterinario porque paseaba con el perro y azotaron al perro con una porra extensible".

Marchena para los pies al fiscal: “No puede preguntarle qué es lo que votó”

Al margen de sus críticas a la Guardia Civil, los testigos hicieron hincapié en que el 1-O era una jornada festiva: "La actitud de la gente era totalmente pacífica", "hacía muy buen día, había mucho ambiente", "toda la jornada hubo cosas para niños y jóvenes", "la actitud de la gente fue normal, estaba expectante, ilusionada por ejercer la parte que le correspondía de soberanía popular"... Las descripciones de los testigos llegaron al culmen con Jordi Vidal, un directivo que votó en Vic y no dudó en comparar el 1-O con el 28-A: "Era como cualquier día de votación, como los que se han vivido recientemente". Al igual que en la jornada anterior, fueron muchos los que quisieron quedarse en la sala tras finalizar sus declaraciones, solicitud ante la que los magistrados no pusieron pegas.

El último testigo de la jornada fue José Alberto Carbonell, director general de la Autoridad Portuaria de Barcelona. Justificó que en principio no se permitiera el atraque de buques que fueran a utilizarse como alojamiento de policías nacionales y guardias civiles porque "los puertos no están pensados para eso", pero en todo momento insistió en que fue una decisión en la que no participó el entonces 'conseller' de Territorio, Josep Rull. El fiscal puso entonces sobre la mesa el tuit en el que el político informaba de que no se había dejado atracar a una de las embarcaciones en Palamós, ante lo que Carbonell mantuvo la misma versión: "No tengo ni idea de cómo funcionan las cosas en un puerto de titularidad de la Generalitat. Mucho me extrañaría que el consejero lo hiciese si yo ni siquiera en el puerto de Barcelona hago esa función".

En las declaraciones de los votantes, la Fiscalía insistió también en si había tractores en la plaza, en si se impedía el paso de los vehículos policiales, en si bloquearon la labor de los Mossos... Pero durante el interrogatorio a uno de los votantes, al fiscal Jaime Moreno se le fue la mano: "¿Votaba usted en ese acto para la independencia de Cataluña?". Marchena no dejó responder al testigo: "Vamos a ver, señor fiscal, señor fiscal, señor fiscal... No podemos preguntarle qué es lo que votó. Formule otra pregunta, por favor". Pero Moreno no tuvo más preguntas.

La sucesión de votantes del 1-O continúa en el Tribunal Supremo, y con ellos el color amarillo: lazos, relojes, corbatas, bolsas... Todo vale mientras sea amarillo. La mañana transcurrió con calma hasta que llegó el turno de Alfons Barceló, un informático jubilado que votó en Alforja. "Coincidía con la fiesta mayor y delante del colegio hubo 'castells', 'diables', canto coral...". Pero la pasión con la que describía el referéndum se convirtió en odio durante el interrogatorio de Vox: "Voy a contestar a la acusación popular, pero haciendo constar mi rechazo absoluto a las ideas que la extrema derecha fascista de Vox expresa en este tribunal", lanzó el testigo. El presidente del tribunal, Manuel Marchena, no le dejó seguir: "Vamos a ver, tiene usted obligación de contestar. Hágalo, por favor".

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