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Mañana intensa de Marchena: "La sala no escucha lecciones, es un insulto"
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TESTIGOS DE LAS DEFENSAS

Mañana intensa de Marchena: "La sala no escucha lecciones, es un insulto"

Un catedrático diserta sobre el derecho de autodeterminación y el presidente del tribunal le para los pies lanzando una advertencia al abogado de Jordi Cuixart

Foto: Manuel Marchena. (EFE)
Manuel Marchena. (EFE)

Comenzaron este jueves ante el tribunal del 'procés' los testigos propuestos por las defensas, y el presidente, Manuel Marchena, tuvo que emplearse al máximo. Alcanzó un récord de intervenciones en una mañana especialmente intensa. Una de ellas fue demoledora, y se produjo durante la declaración del catedrático de Derecho Constitucional Enoch Alberti. "La sala no escucha lecciones, es un insulto", llegó a advertir el magistrado.

El testigo, propuesto por Òmnium y Oriol Junqueras, valoraba el contenido del Libro Blanco de la Transición Nacional de Cataluña. Había sido uno de sus redactores y se disponía a valorar el derecho de autodeterminación en respuesta a las preguntas de Benet Salellas. En ese punto, Marchena le cortó. Comenzó diciendo que todo el tribunal conoce perfectamente el Libro Blanco, una de las pruebas que constan en el sumario, y que incluso algunos de sus miembros se lo han leído de cabo a rabo. Acto seguido avisó de que el testimonio se estaba convirtiendo en una "lección de un constitucionalista a los magistrados del Tribunal Supremo sobre el derecho de autodeterminación".

Foto: Juicio del "procés"
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"No puedo permitir que el juicio se convierta en una disertación de un constitucionalista, es un insulto para el tribunal", lanzó el presidente, que insistió más adelante en la misma idea: "La sala no puede escuchar lecciones de derecho constitucional". Salellas plegó velas y recondujo el interrogatorio, pero este rifirrafe fue solo el colofón de dos horas que ya comenzaron apuntando maneras.

La sesión arrancó con los testigos de la defensa de Oriol Junqueras. Uno tras otro fueron explicando el funcionamiento de Diplocat, el consorcio de Exteriores de la Generalitat, pero sus declaraciones terminaron por exasperar al presidente del tribunal: en lugar de centrarse en los hechos investigados, los comparecientes incluían en sus respuestas disertaciones históricas sobre el ente. Ante comentarios sobre la Transición o la Segunda República, el magistrado fue frenando a los testigos y pidió al abogado Andreu Van den Eynde que tomase las riendas de los interrogatorios, advertencia que se resumió en una frase: "Si nos remontamos a Azaña...". En la 36ª sesión del juicio del 'procés', los testificales comenzaron en 1932.

El primer aviso no se hizo esperar. La sesión arrancó con Jacint Jordana, directivo de Diplocat y catedrático de Ciencia Política de la Pompeu Fabra. "¿Qué es el Diplocat?", quiso saber el letrado Van den Eynde. Y el testigo se remontó al nacimiento de la institución: "Tiene un origen lejano, se creó en 1982 con la misma filosofía que la actual, que era la de integrar una serie de entidades públicas y privadas [...] para ayudar a internacionalizar Cataluña y dar a conocer Cataluña al resto del mundo. En los años ochenta tenía el nombre de Patronat Catalunya Pro Europa y se dedicaba sobre todo a problemas de integración de España en la Unión Europea. También decir que tenía una oficina en Bruselas en los años noventa...", comenzó diciendo el testigo. En vista de que el catedrático iba a ir década a década, Marchena le paró los pies.

Con tono pausado, el presidente del tribunal se dirigió de forma directa al abogado de Junqueras. "Vamos a ver, don Andreu, su pregunta es pertinente, pero el problema es que vamos por los años 2000", lanzó el magistrado. "Es muy difícil que a alguien con la vocación docente del testigo se le pida que no lo explique, pero es que indudablemente esas explicaciones, más allá de su utilidad académica, no tienen trascendencia para lo que estamos enjuiciando. Entonces, yo le pediría a usted que sea dueño de su propio interrogatorio", exigió Marchena. Frente a los rifirrafes protagonizados con otros abogados, el de Junqueras le respondió también de forma tranquila y atendió el aviso: "Voy a hacer el esfuerzo yo también de centrar las respuestas". Con la sala convirtiéndose por momentos en un aula universitaria, abogado y juez se pusieron de acuerdo para que el juicio volviera a su cauce habitual.

Foto: David Fernández, en el Supremo.
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A partir de ese momento, Van den Eynde recibió a cada uno de sus testigos con un aviso: "Antes de comenzar a preguntarle, le exhortaría, por favor, a que hiciéramos un interrogatorio ágil". La sesión transcurrió así con calma hasta que llegó el turno de Gerardo Pisarello, doctor en Derecho y primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Barcelona por Barcelona en Comú. La lección de Historia comenzó después de que el abogado le preguntara si en el Diplocat se hacían actividades relacionadas con el derecho a la autodeterminación de los pueblos. "Esto es habitual, no solo en el Diplocat. Es un debate habitual en Cataluña desde hace muchísimo tiempo. Desde el Estatuto de Nuria de 1932, se habla del derecho de autodeterminación. Hoy leía unas noticias en las que el presidente Manuel Azaña hablaba sobre este tema, se habló durante la Transición...", comenzó diciendo el testigo. Pero una vez más, Marchena tuvo que pararle los pies:

"Mire, vamos a ver. Le escuchamos con atención. Su papel y sus contestaciones son muy relevantes para la defensa y por supuesto para el tribunal. Pero empezamos en 2014 o 2016, si nos remontamos a Azaña... Evidentemente, tiene mucho interés en el plano histórico, pero, por favor, no le recuerde al tribunal aspectos históricos respecto de los que existen también otras fuentes bibliográficas distintas a lo que usted puede proporcionar y suministrar. En consecuencia, por favor, nos centramos en lo que es objeto del proceso".

Con las manos en alto, Van den Eynde trató de disculparse: "Muy bien, voy acabando". Segundo aviso, segunda respuesta educada. Pero la paz con la que se desarrollaba la sesión llegó a su fin con la séptima testifical, cuando compareció Enoch Alberti. En cuestión de minutos, su declaración dijo adiós al tono educado e incluso lectivo con el que se estaba desarrollando la mañana. Las lecciones de Historia eran prescindibles. Las de Derecho Constitucional, inaceptables.

El aviso de Marchena a Salellas

"Vamos a ver, señor Salellas. El Libro Blanco está incorporado a la causa. El Libro Blanco es un documento absolutamente divulgado, difundido, y yo le aseguro que el tribunal lo va a leer. En algunos casos, lo ha leído desde la primera hasta la última página. En consecuencia, si ahora el testigo hace una disertación académica sobre los contenidos o la dimensión del derecho de autodeterminación, usted está convirtiendo al profesor en un perito jurídico. Usted sabe, porque es un acreditado penalista, que nuestro sistema no permite el peritaje jurídico. Y como no permite el peritaje jurídico, la convicción o el juicio que pueda tener esta sala sobre el derecho de autodeterminación probablemente podrá estar incluso inspirado en la brillante producción académica del testigo que está hoy aquí. Pero lo que no podemos permitir, y usted lo sabe, es que el juicio se convierta en una lección de un constitucionalista a los magistrados del Tribunal Supremo sobre la dimensión externa e interna del derecho de autodeterminación. Usted podrá hacer en el informe todas las alegaciones que considere, con las fuentes bibliográficas que proporciona el profesor o con otras. Y por supuesto que el Libro Blanco está en la causa y le aseguro que ha sido y será examinado por todos y cada uno de los integrantes. Yo no puedo permitir con pasividad que el juicio se convierta en una disertación de un constitucionalista. Esto es un insulto para los miembros del tribunal. En consecuencia, sus preguntas, por favor, diríjalas como las estaba dirigiendo en un principio: sobre la naturaleza del Libro Blanco, sobre si era una hoja de ruta, sobre si tenía intención de inspirar o no inspirar una determinada decisión política... Ese es el desafío probatorio que usted asume y que en sus primeras preguntas iba dirigido precisamente a esto. Pero a partir de este momento, la sala no puede escuchar lecciones de Derecho Constitucional. No tenga duda de que la producción bibliográfica del testigo será examinada, pero, por favor, de otra manera, con otra metodología. Así que, si es tan amable, formule otra pregunta".

Comenzaron este jueves ante el tribunal del 'procés' los testigos propuestos por las defensas, y el presidente, Manuel Marchena, tuvo que emplearse al máximo. Alcanzó un récord de intervenciones en una mañana especialmente intensa. Una de ellas fue demoledora, y se produjo durante la declaración del catedrático de Derecho Constitucional Enoch Alberti. "La sala no escucha lecciones, es un insulto", llegó a advertir el magistrado.

Manuel Marchena Juicio procés
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