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Puede correr la sangre o cómo el Govern detonó la vía eslovena
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HABRÁ "ALGUNA DESGRACIA", AVISÓ TRAPERO

Puede correr la sangre o cómo el Govern detonó la vía eslovena

Puigdemont ni se inmutó: "Entonces procederé a declarar la independencia de Cataluña"

Foto: Policía Nacional y Guardia Civil actúan para evitar la votación del 1-O. (EFE)
Policía Nacional y Guardia Civil actúan para evitar la votación del 1-O. (EFE)

Era 28 de septiembre. A las puertas del referéndum del 1 de octubre. El mayor Trapero se dirige directamente a Puigdemont. La reunión en la que trataban de convencerle de que debía desconvocar el 1-O ya casi había acabado. El mayor se juega su última carta. Avisa al 'president' de que puede correr la sangre. Puigdemont ni se inmuta: “Procederé a declarar la independencia de Cataluña”.

Según esto, la tan traída y llevada vía Eslovena ya se activó. Esa es la conclusión que dejó en el aire Joan Carles Molinero este jueves ante el tribunal del 'procés'. Sus palabras avanzaron en un relato que ya contaba con prólogo y un par de capítulos, pese a venir de una declaración engañosamente plana y técnica, quizá por su tono monocorde y sin ese ‘gancho’ que derrocharon tanto Trapero como Ferran López. Otro pasito más en la historia que se viene reproduciendo en la sala desde hace casi un mes. Desde el momento en que el primer mando de los agentes de la Generalitat pisó el alto tribunal.

"Si se produce una desgracia, declararé la independencia": las palabras de Puigdemont

Josep Lluís Trapero fue, según su relato, claro como el agua clara que baja del monte, que diría Camarón. “Espero que no tengamos que lamentar ninguna desgracia importante”, le espetó a Puigdemont. Si había quedado en el aire a qué se quiso referir con esta expresión abierta, que lo mismo puede servir para heridos graves o muertos, el abogado Melero se encargó de aclararlo un poquito después, justo cuando trataba de borrar la imagen que ya se había instalado en la sala como un invitado incómodo.

Melero repreguntó y puso la expresión que encabeza esta crónica sobre la mesa, o más bien, sobre el estrado. “¿Los 'mossos' no produjeron ningún derramamiento de sangre?", inquirió al testigo para tratar de darle la vuelta al fantasma que se había colado por la enorme puerta verde que da paso al salón de plenos. No lo consiguió.

Foto: Imagen de archivo de una intervención de la Guardia Civil el 1-O. (EFE)

Hace poco menos de dos décadas, Eslovenia accedió a la independencia cuando el territorio al que pertenecía, Yugoslavia, ya era un Estado en descomposición. El 'president', Quim Torra, sacó a pasear el ejemplo el pasado diciembre. Los eslovenos lucharon contra el Ejército yugoslavo. Diez días de guerra y 76 muertos.

Los muertos siempre estuvieron sobre la mesa. Ya lo dejó entrever Marta Rovira en unas polémicas declaraciones. A medio camino entre el referéndum y la declaración unilateral de independencia, dejó caer que el Gobierno central había "amenazado" al regional, por "múltiples vías", con enviar al Ejército a Cataluña y dejar "muertos en las calles" si mantenían los planes de seguir adelante con la DUI. Rovira aseguró que ese escenario de "violencia extrema" era algo que ellos no estaban "dispuestos a asumir". A lo mejor sí, visto lo visto.

De la "desgracia" que no sucedió, a las armas. Tras Molinero volvieron las declaraciones de agentes de la guardia civil. Algunos relataron que, en su intervención en los colegios, personas intentaron quitarles la pistolas. Camino del centenar de miembros del Instituto Armado que se sienta a contar su percepción en los registros y el 1-O resulta chocante que aún queden novedades. Pero quedan. Varios se refirieron a las dificultades que se encontraron para que les atendieran en los centros de salud por sus heridas. Doctoras que se negaban o que hacían partes ‘de aquella manera’. “No nos querían atender”.

Mientras tanto, las defensas no sueltan la presa de los vídeos y han desarrollado nuevas e imaginativas ideas para meter su cuña. O bien calzan la palabra en cada bloque de interrogatorio —“ya veremos los vídeos”, “se visionará…”— o bien, directamente, los ven ellos en sus iPads mientras interrogan. Jordi Pina se llevó, por esto, un memorable revolcón con retranca, con firma Marchena.

—Lo que podemos hacer es que testifique usted en lugar del testigo… Normalmente se porta como un letrado serio, compórtese como un letrado serio...(Pina interrumpe y aparenta que se disculpa). Como tengo razón, mejor lo dejamos y hace otra pregunta, no me dé explicaciones que igual agravan su actitud.

Era 28 de septiembre. A las puertas del referéndum del 1 de octubre. El mayor Trapero se dirige directamente a Puigdemont. La reunión en la que trataban de convencerle de que debía desconvocar el 1-O ya casi había acabado. El mayor se juega su última carta. Avisa al 'president' de que puede correr la sangre. Puigdemont ni se inmuta: “Procederé a declarar la independencia de Cataluña”.

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