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El Rey del Cachopo: "Me gusta castigar a la mujer cuando se porta mal"
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El Rey del Cachopo: "Me gusta castigar a la mujer cuando se porta mal"

En uno de sus teléfonos, los investigadores descubrieron 25.219 imágenes, algunas de su novia Heidi, cuyo torso apareció en el interior de una maleta el año pasado

Foto: Heydi Paz Bulnes y su pareja, César Román Viruete, en una foto cedida por la familia.
Heydi Paz Bulnes y su pareja, César Román Viruete, en una foto cedida por la familia.

Cuando la Policía le echó el guante a César Román, alias el Rey del Cachopo, en Zaragoza, y registraron su habitación, se encontraron hasta cinco teléfonos de marcas dispares (Samsung, Hisense, Wolder y dos Thomson). Él se excusó por el excesivo número de móviles: “Son todos antiguos y sin interés. Solo uno es el que uso”. El análisis de los aparatos ha demostrado que mentía. En primer lugar porque uno de ellos pertenecía a su novia Heidi, lo que suscita de inmediato la pregunta: ¿qué hacía el Rey del Cachopo en posesión del móvil de su pareja de cuyo cuerpo descuartizado solo se halló, el año pasado, el torso metido en una maleta que estaba en una nave alquilada por él? Y en segundo lugar, los terminales contenían información relevante y los datos que atesoraban contradecían las justificaciones aportadas por Román.

Según las diligencias a las que ha tenido acceso El Confidencial, de su teléfono habitual, “no se han podido recuperar los mensajes de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp”, pero sí han localizado fotografías incriminatorias. La primera está guardada con la siguiente frase: “Descuartizada de Usera”. Según los investigadores pertenece a una noticia de un periódico del 1 de octubre de 2018, cuando estalló la noticia, lo que sugiere que estaba pendiente de lo que se pudiera publicar sobre el asesinato de Heidi.

placeholder El Rey del Cachopo.
El Rey del Cachopo.

En su teléfono habitual se encontraron 1.770 imágenes, curiosamente “muchas de ellas de distintas mujeres, ninguna de Heidi”. Destaca, según la policía, un selfie que César Román se hizo el 9 de septiembre de 2018, un mes después del crimen y antes de que se hubiese descubierto una maleta con un torso femenino. En la imagen se le puede observar “con un aspecto totalmente cambiado, dificultando su reconocimiento al portar gafas de ver, con las que nunca antes salía en las fotos”. Además “se había rapado el pelo y también había adelgazado considerablemente”.

El teléfono habitual de César Román todavía deparó algunas sorpresas más. Según afirma el atestado, “cabe señalar que César manda y recibe notas de distintas mujeres con las que ha podido contactar en un primer momento a través de páginas web de contacto”. Es en ese contexto en el que el Rey del Cachopo reconoce: “Me gusta la sumisión. También la dominación y me gusta castigar a la mujer cuando se ha portado mal, para que se sepa quién manda”.

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En otro de los teléfonos los investigadores descubrieron 25.219 imágenes. Entre ellas fotografías de pistolas y de Heidi empuñando algún arma. También ese aparato conserva el contenido de unos mensajes que César y Heidi se intercambiaron el 1 de agosto de 2018, cuatro días antes de morir. Todo apunta a que ese día el Rey del Cachopo le anuncia a Heidi que no tiene llaves de la casa y que se queda sin saldo y le pide a la chica que cuando salga de trabajar le llame. La joven no lo hace. Le manda a un bar cerca de casa y le dice que no se preocupe que ella paga la cuenta. Como el tiempo pasa y Heidi no vuelve a ponerse en contacto con él, César le escribe: “¡¡Coge el puto teléfono!!”; “Ahora me queda una mierda de batería. Me estoy calentando”; “¿Dónde hostias estás?”; “¡Contesta coño!”; “Llámame que vamos a tener problemas en serio”.

placeholder Este es el ejemplo de un texto alternativo

Cuando la Policía le echó el guante a César Román, alias el Rey del Cachopo, en Zaragoza, y registraron su habitación, se encontraron hasta cinco teléfonos de marcas dispares (Samsung, Hisense, Wolder y dos Thomson). Él se excusó por el excesivo número de móviles: “Son todos antiguos y sin interés. Solo uno es el que uso”. El análisis de los aparatos ha demostrado que mentía. En primer lugar porque uno de ellos pertenecía a su novia Heidi, lo que suscita de inmediato la pregunta: ¿qué hacía el Rey del Cachopo en posesión del móvil de su pareja de cuyo cuerpo descuartizado solo se halló, el año pasado, el torso metido en una maleta que estaba en una nave alquilada por él? Y en segundo lugar, los terminales contenían información relevante y los datos que atesoraban contradecían las justificaciones aportadas por Román.

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