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Nueva pesadilla en Kiev: otras 30 familias españolas atrapadas con sus bebés
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PUEDEN LLEGAR A CIEN EN UNOS MESES

Nueva pesadilla en Kiev: otras 30 familias españolas atrapadas con sus bebés

Una instrucción del 21 de febrero impide a los consulados inscribir a los menores con la prueba de ADN e insta a que sean los jueces ucranianos quienes reconozcan la filiación

Foto: Las 30 familias se manifiestan cada día en la embajada española (Cedida)
Las 30 familias se manifiestan cada día en la embajada española (Cedida)

A los cinco días de enterarse de que iba a ser padre por gestación subrogada, Óscar Chacón leyó en este diario que 20 familias estaban atrapadas en Kiev con sus bebés nacidos por este mismo procedimiento. “Mi hija estaba ya en la barriga. Por mucho que supiese lo que había, ¿qué iba a hacer?”, se queja. Ahora le ha tocado a él: lleva un mes en la capital ucraniana porque la embajada española ha vuelto a dejar de inscribir a los menores después permitir el trámite durante un tiempo. No es el único; otra treintena de familias está en la misma situación. Algunas de ellas van camino de los dos meses para volver a casa, y se calcula que en las próximas semanas el número no haga más que aumentar.

La DGRN ha anunciado que deben ser los jueces ucranianos quienes reconozcan la paternidad, pero su ley no lo contempla

La razón de este nuevo colapso es una nueva instrucción de la Dirección General de los Registros y el Notariado (DGRN) del pasado 21 de febrero. En ella se recoge expresamente que las solicitudes de filiación de menores nacidos con posterioridad a dicha instrucción “no serán estimadas salvo que exista una sentencia de las autoridades judiciales del país correspondiente”. Es decir, debe ser un juez ucraniano el que declare que el menor es hijo de un español. El problema, explica la abogada especializada en vientres de alquiler Ana Miramontes, es que las autoridades ucranianas no contemplan este trámite -como sí hace, por ejemplo, Estados Unidos-, porque no había hecho falta en los ocho años que el procedimiento lleva siendo legal en Ucrania.

Hasta hace unas semanas era suficiente la prueba de ADN para demostrar la filiación paterna y conseguir así un pasaporte español para el menor. “La embajada está pidiendo un requisito que simplemente no es viable”, explica la letrada que lleva los casos de varias familias en Kiev. “Realmente no ha habido un cambio legal, sino de instrucción, de interpretación de la ley”, explica Miramontes. “Parece bastante evidente que es una cuestión ideológica porque las ministras Carmen Calvo y Dolores Delgado así lo han manifestado a voz en grito”.

La medida publicada en el BOE sigue la estela que se inició el pasado mes de agosto, cuando la embajada española dejó de inscribir menores de manera repentina. Luego las retomaron con relativa normalidad hasta diciembre cuando se produjo un nuevo colapso que duró hasta febrero. Ese mes, la ministra Dolores Delgado paró “personalmente” otra orden que pretendía oficializar el trámite del ADN y el ministerio anunció que solo daría pasaportes a las 39 familias en espera. Después de eso, cerraron el grifo.

En febrero las agencias ya alertaron del colapso que se iba a producir porque había muchas familias esperando a que la gestante diese a luz

Ya entonces varias agencias alertaron del colapso que se iba a producir estas semanas teniendo en cuenta el número de familias que estaban esperando a que su madre gestante diese a luz. De hecho, los bebés nacidos ahora fueron concebidos incluso antes del primer parón de agosto, por lo que han tenido poco margen de acción. “La declaración de la ministra nos pilló literalmente haciendo las maletas para venir aquí”, explican Silvia Fernández y Javier Palencia, que llevan en Kiev desde el 15 de febrero. "Aun sabiéndolo pensábamos que no iba a ser tan tajante. Es increíble que hagan algo así sin una moratoria para los que estaban ya esperando tener el bebé".

“Nosotros empezamos el procedimiento en 2017. Cuando saltó todo ya era tarde para dar marcha atrás, pero es que tampoco nos lo planteamos porque realmente no hay ninguna ley que nos lo prohíba. Aquí es legal la gestación”, explica Ilanit Snir, una madrileña a quien la embajada le ha denegado la inscripción en la mañana del jueves. “En las próximas semanas llegarán otras diez familias, y en octubre o noviembre pueden ser unas cien”, calcula según las familias que les han ido contactando. En Georgia, que interpreta igual la norma, hay al menos otras tres familias en la misma situación.

El ministerio quiere "proteger a las mujeres"

La nueva medida del Ministerio de Justicia se fundamenta en que “la gestación por sustitución constituye un fenómeno en el que se produce una grave vulneración de los derechos de los menores y de las madres gestantes”. En declaraciones a este diario, desde Exteriores aclaran que buscan proteger a las mujeres “independientemente de la nacionalidad”. La norma del BOE, de Justicia, recoge además que la actividad lucrativa de las agencias mediadoras “no puede considerarse ajustada a derecho”, dejando la puerta abierta a posibles medidas contra las empresas que facilitan este procedimiento en España.

Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, el caso de cada familia se está estudiando de manera individualizada, y les han indicado que pueden presentar un recurso ante la DGRN. Es precisamente lo que están haciendo abogados como Miramontes, amparándose en el Código Civil y en sentencias del Tribunal Superior de Derechos Humanos. Este tribunal ya se ha pronunciado contra países como Francia o Italia, cuyos consulados habían paralizado inscripciones también en Ucrania y la India, al considerar que prevalece el interés del menor.

“El Código Civil dice que la ley tiene que aplicarse incluso a los no natos como si ya hubieran nacido”, alega Miramontes. “No puede aplicarse una norma sobrevenida cuando están en camino. Se están olvidando del interés superior del menor a la hora de explicar la norma”.

La embajada de España en Kiev está en contacto con las autoridades ucranianas “con el fin de que, de acuerdo con su legislación interna, faciliten los documentos de viaje necesarios para los menores que nazcan a partir de ahora y puedan, así, viajar a España”. El trámite para conseguir un pasaporte ucraniano al menor -la conocida como “vía ucraniana”- es hasta el momento la opción más factible para salir del país, pero puede prolongarse hasta 90 días. Un tiempo desproporcionado para las familias, que seguramente deban renovar sus visados de estancia. “¿Cómo se puede tener a unos menores tantos meses sin reconocimiento paterno ni materno? ¿Y si ocurre una desgracia a uno de estos niños?”, se pregunta Ilanit sobre la falta de cobertura sanitaria al no disponer de nacionalidad española.

Además, aunque vuelvan a España con un pasaporte ucraniano, los menores seguirán sin tener la nacionalidad española al no tener reconocida la filiación paterna. Una vez en España deben ir a juicio para que se les reconozca este estatus, lo que puede tardar hasta dos años: “Si hasta entonces a mí me pasa algo, mi hija no tiene ni pensión, ni herencia… Nada”, denuncia Óscar.

La treintena de familias españolas atrapadas en Kiev se están manifestando cada mañana frente a la embajada. Algunos han conseguido permisos en el trabajo para poder permanecer allí, pero a muchos se les acaban pronto. A otros lo que se les agota es el alojamiento porque, en vista de los problemas que estaban encontrando las familias para volver, las clínicas ucranianas han limitado la estancia que venía incluida en el paquete de la contratación. “Nosotros llegamos el 15 de febrero y tenemos 60 días de alojamiento, luego tenemos que empezar a costearlo por nuestra cuenta”, explican Silvia y Javier. “Psicológicamente también te afecta, sobre todo por la incertidumbre de no saber cuándo vas a poder volver, pero intentamos mantenernos ocupados”, explican. En su caso, han puesto en marcha las dos vías posibles para salir de allí: recurrir la suspensión de la inscripción y solicitar el pasaporte ucraniano. “Aceptaremos lo que llegue antes”.

Si hasta que reconozcan que soy su padre a mí me pasa algo, mi hija no tiene ni pensión, ni herencia… nada

Ucrania se había convertido en los últimos años en uno de los principales destinos para las familias que buscan la paternidad mediante vientres de alquiler. Entre 2010 y 2016 se registraron 231 menores nacidos por este procedimiento en el país, solo por detrás de Estados Unidos, con 553. Los motivos son, sobre todo, económicos. Mientras todo el proceso puede costar entre 35.000 y 45.000 euros en el país de la antigua Unión Soviética, esta cifra puede duplicarse en Estados Unidos o Canadá. Como en Rusia y Georgia, en Ucrania la gestación subrogada no es altruista, y las gestantes reciben en torno a 20.000 euros por gestar un embrión.

El cambio de Gobierno de España y con él su postura respecto a los vientres de alquiler, así como varias irregularidades de la clínica BioTexCom sobre supuestos casos de robo de menores y contagios –que fueron archivados por falta de pruebas-, han provocado que la embajada de Kiev haya ido cambiando su criterio a la hora de inscribir a los menores. Por el momento, nadie sabe lo que ocurrirá con los que están, de nuevo, atrapados en la capital ucraniana. Tampoco con los que se sumarán en las próximas semanas.

A los cinco días de enterarse de que iba a ser padre por gestación subrogada, Óscar Chacón leyó en este diario que 20 familias estaban atrapadas en Kiev con sus bebés nacidos por este mismo procedimiento. “Mi hija estaba ya en la barriga. Por mucho que supiese lo que había, ¿qué iba a hacer?”, se queja. Ahora le ha tocado a él: lleva un mes en la capital ucraniana porque la embajada española ha vuelto a dejar de inscribir a los menores después permitir el trámite durante un tiempo. No es el único; otra treintena de familias está en la misma situación. Algunas de ellas van camino de los dos meses para volver a casa, y se calcula que en las próximas semanas el número no haga más que aumentar.

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