Una testigo de Jehová de 20 años, en estado crítico tras haber rechazado transfusiones

Una joven de unos 20 años de edad se encuentra en estado crítico en el hospital San Jorge de Huesca al necesitar una transfusión de sangre que no se puede llevar a cabo. El motivo es que rechazó en su testamento vital este tipo de tratamientos en base a sus motivos religiosos ya que la joven es testigo de Jehová y los médicos se encuentran obligados a respetar esta decisión de la paciente, informa 'Heraldo de Aragón'.

La joven se encuentra actualmente ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos en coma inducido. Su estado clínico requería una transfusión de sangre tras ser intervenida quirúrgicamente, situación que se agravó con una peritonitis y otras complicaciones que requirieron inducirle un coma, según publica el diario aragonés.

Sin embargo, los médicos se toparon con un problema. Y es que la transfusión de sangre que necesita no puede llevarse a cabo. En su testamento vital, siguiendo los preceptos de sus creencias, dio instrucciones para que no le llevaran a cabo transfusiones de sangre. Al estar inconsciente, no se la puede preguntar. Y al ser mayor de edad los padres no tienen capacidad de decisión.

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Paloma Esteban

Su familia, siempre según el rotativo aragonés, intentó revertir la situación para lograr salvarle la vida. Acudieron al juzgado, pero el magistrado de guardia ha resuelto que la ley de Autonomía del paciente reconoce el derecho del enfermo a que sea respetado su testamento vital y, por tanto, que se niegue a este tipo de tratamiento. La Fiscalía ha dado el visto bueno a la resolución y no la ha recurrido.

La joven suscribió el testamento vital hace solo unos meses y se la considera una persona capaz cuando lo hizo al ser mayor de edad. El juzgado de guardia de Huesca considera que no se ha cometido ningún delito.

Fuentes de la consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón han declinado hacer comentarios al respecto a este diario, ya que es un "caso completamente particular y se trata de una historia clínica de una persona privada".

El caso reabre el debate sobre la libertad religiosa a la hora de este tipo de tratamientos en un país en el que al menos 110.000 personas profesan esta creencia, según el registro de entidades religiosas del Ministerio de Justicia. De acuerdo con estimaciones de la organización, rondarían los 200.000 testigos de Jehová en nuestro país.