Es noticia
El Troll, manos cortadas, brechas... Batalla campal entre dos clanes en Bravo Murillo
  1. España
entre los 10 sumaban más de 300 antecedentes

El Troll, manos cortadas, brechas... Batalla campal entre dos clanes en Bravo Murillo

Los herederos del alunicero Niño Sáez sacaron los cuchillos contra media docena de jóvenes que venían de Vallecas y habían intentado ligar con sus novias

Foto: Imagen de archivo de una operación policial. (EFE)
Imagen de archivo de una operación policial. (EFE)

Minutos antes de las siete de la mañana, la discoteca Templo, situada en la madrileña calle de Bravo Murillo, acogía a los últimos amantes del baile y del alcohol. Un grupo de media docena de colegas procedentes de Vallecas disfrutaba de la fiesta aún con pasión. Entre sus ocupaciones, mirar a mujeres. En concreto, los amigos comenzaron a ligar con varias chicas que venían con sus parejas, hombres de complexión fuerte a los que los primeros parecían no temer.

Tras un rato tratando de seducir a las jóvenes, los novios de éstas saltaron por fin. Los galanes mancillados eran dos viejos conocidos de la Policía Nacional. Se trataba de Ismael Arriero Valcárcel, conocido como El Troll por su aspecto físico, y Jean Joseph Younes, alias El Libanés. Ambos habían formado parte de la banda que lideró el malogrado Francisco Javier Martín Sáez, bautizado en el mundo del hampa como el Niño Sáez, el butronero y alunicero más famoso de los últimos años en España, que fue detenido más de 40 veces y que murió como consecuencia de un ajuste de cuentas.

Foto: El butronero Niño Sáez, asesinado a tiros en plena calle en Madrid. (EFE)

El Troll y el Libanés trataron de parar los pies a los que coqueteaban con sus parejas, que sin embargo no se achantaron ante las amenazas verbales que los lugartenientes del Niño Sáez le lanzaban a gritos suavizados por la música. Fue entonces cuando los primeros pasaron a la acción. Arriero Valcárcel, según explicaron los testigos a la Policía que acudió minutos más tarde, sacó un cuchillo e intentó apuñalar en el pecho a uno de los que cortejaban a sus amigas. Movió rápido el puñal, pero antes de que la navaja alcanzara su objetivo, un colega del vallecano ejerció como ángel de la guarda. Metió su mano entre atacante y atacado y la extremidad quedó prácticamente seccionada.

Llovieron entonces los palos y los machetes. Durante varios minutos, los bailarines se olvidaron del 'reggaaeton' y creyeron haberse trasladado de golpe a un desmadrado 'saloon' del lejano oeste en el que volaban los puñetazos, los mordiscos y hasta las sillas rotas. Los seis que procedían de Vallecas peleaban contra El Troll, El Libanés y sus novias como si no hubiera mañana. El primero sintió entonces un fuerte impacto en la cabeza que le provocó una enorme brecha. La pelea se prolongó hasta que alguien avisó a la Policía.

Los agentes de Seguridad Ciudadana que en ese momento acababan de entrar a su turno en la comisaría de Chamberí no había tomado aún el café cuando recibieron la llamada a las 7.15 horas. Casi una veintena de funcionarios de diferentes departamentos se trasladaron hasta la discoteca en unos pocos minutos. Los policías detuvieron a las diez personas que aún seguían enfrascadas en la riña. Les quitaron puñales de distintos tamaños y hojas, algunos aún con sangre, y se llevaron todo a dependencias policiales, también a los arrestados.

Foto: Alunizaje en una sucursal bancaria. (EFE)

Antes, algunos tuvieron que ser atendidos por los servicios de emergencias. El de la mano cortada fue trasladado hasta un centro sanitario, donde se llevó 15 puntos de sutura. Una vez en comisaría, los agentes comprobaron quiénes eran los detenidos. Entre todos sumaban más de 300 antecedentes, explican las fuentes policiales consultadas, que hablan de narcotráfico, blanqueo, robos con fuerza, lesiones y un sinfín de ilícitos propios de una banda de Vallecas y de un grupo de aluniceros de Villaverde.

La banda del Niño Sáez a la que pertenecían El Troll y el Libanés ha sido una de las más conflictivas de los últimos 20 años. Aunque todos sus líderes vivían en Madrid, atracaba joyerías por toda España. Sobre todo en la Costa del Sol, en Murcia, Baleares o el País Vasco. Eran especialistas en reventar cajas fuertes y en robar coches de alta gama. Martín Sáez era un experto conductor y había llevado a su organización a perpetrar un innumerable número de alunizajes, entre los que destacan el asalto a un almacén de relojes de lujo en la capital de España o los atracos al Café de Mar o al Beach House de Ibiza. Tanto él como sus compinches han sido detenidos decenas de veces, aunque siempre han salido de prisión.

Minutos antes de las siete de la mañana, la discoteca Templo, situada en la madrileña calle de Bravo Murillo, acogía a los últimos amantes del baile y del alcohol. Un grupo de media docena de colegas procedentes de Vallecas disfrutaba de la fiesta aún con pasión. Entre sus ocupaciones, mirar a mujeres. En concreto, los amigos comenzaron a ligar con varias chicas que venían con sus parejas, hombres de complexión fuerte a los que los primeros parecían no temer.

Policía Nacional Emergencias
El redactor recomienda