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"Política", "declarativa", "simbólica": la independencia nunca fue real
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rull, bassa y borrÀs niegan la efectividad del referéndum

"Política", "declarativa", "simbólica": la independencia nunca fue real

La negación de la independencia no es un hecho aislado sino el común denominador de los interrogatorios de la vista oral

Foto: Captura de la señal institucional del Tribunal Supremo de un momento de la sesión en el juicio del 'procés'. (EFE)
Captura de la señal institucional del Tribunal Supremo de un momento de la sesión en el juicio del 'procés'. (EFE)

Las declaraciones avanzan en el juicio del 'procés' y, oidos siete de los procesados, ha quedado ya claro que la negación de la independencia no es un hecho aislado sino el común denominador de los interrogatorios de la vista oral. Este miércoles, fueron tres los 'exconsellers' que aseguraron que la separación efectiva del Estado nunca estuvo sobre la mesa, y lo hicieron con todo tipo de adjetivos. La independencia fue así "política", "declarativa", "simbólica", un "gesto", "un compromiso solemne", una expresión "de voluntad"... Fue de todo menos verdad.

Ante el tribunal pasaron Josep Rull, Dolors Bassa y Meritxell Borràs. Cada uno lo expresó de un modo, proporcionando una sucesión de maneras distintas de explicar que, tras el referendum, la declaración unilateral de independencia fue un órdago sin cartas. La más clara y dura en su valoración fue la última en declarar, la responsable de Gobernación, que dijo a las claras que la DUI fue "un preámbulo". Algo así "no obliga a nada ni establece nada". Remató con otra precisión más, una que resultó familiar en la fase de instrucción: aquello no tuvo "consecuencias jurídicas" y fue una expresión jurídica.

Bassa admite la ''autoridad'' del TC, pero creía que desobedecer no era delito

Rull, por su parte, trató de ´'vestir' la negación pero también negó. Fue una "declaración política, importante y solemne", pero no tanto como para que indicara una "voluntad política". Llegó a explicar que se teorizó con la idea y que la teoría nunca se materializó. Así, indicó que los cimientos físicos para impulsar un Estado independiente no llegaron nunca a levantarse. Las infraestructuras clave para que aquello fuera algo más que una ilusión no se impulsaron y, por tanto, no existieron, dijo.

La sorpresa de la jornada vino de la mano de la primera de las politicas de ERC, que decidió romper la vía Junqueras y contestó a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado. Su declaración enmendó en gran parte la que hizo, ya hace una semana, el líder de Esquerra. Y lo hizo quizá donde más puede doler a aquellos que se arriesgaron a votar el 1-O en la creencia de que lo hacían con un fin. El referéndum —dijo— "nunca" fue "un acto concluyente para la independencia". No hubo nada más que una escenificación para apretar en el diálogo con el Ejecutivo de Rajoy. Y un uso, aquí sí, de la población, ya que cuanta más gente acudiera más les "ayudaría" a apretar al Gobierno central.

Foto: Acto de apoyo a Carme Forcadell con motivo de su inminente declaración en el juicio del 1-O. (EFE) Opinión
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La independencia fue, por tanto, 'fake'. "Siempre se planteó la independencia como algo pactado con acuerdo... La prueba es que estamos aquí y no hay independencia", dijo. Hasta aseguró que ella no fue consciente de que este tira y afloja iba más en serio de lo que traslucía esa idea teórica, hasta el momento en que vio cómo el presidente popular y Carles Puigdemont iniciaban un intercambio de escritos para aclarar si había DUI, no había o qué sucedía.

La jornada dio también para más cosas. Recordó un poco al día de la marmota en algunos aspectos. Rull y Turull llevaron discursos muy parecidos e insistieron en los mismos tres puntos: la Constitución ampara la autodeterminación, siguieron un mandato popular para impulsar la independencia y asumieron la desobediencia y negaron la malversación (se oyó 10 o 12 veces "no se gastó ni un euro con la independencia"). Rull reconoció, quizá por descuido, que había una partida con ese fin, sufragar el 1-O, y estuvo especialmente duro con el TC, al que acusó de dejarse instrumentalizar: "Le falta autoridad moral".

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Además, se alargó hasta el filo de las nueve y media y se cerró con la declaración de otro 'exconseller', Carles Mundó, que evitó meterse en cuestiones que no afectan a la acusación en su contra y soslayó las referencias a la independencia en las que abundaron los demás. La hora levantó la protesta del abogado de Jordi Sànchez, Jordi Pina, que se quejó de que el cansancio puede hacer mella en su defendido, que será interrogado hoy. El presidente del tribunal, Manuel Marchena, explicó que el tribunal prioriza que el procedimiento no sufra dilaciones. Durante la sexta jornada, se escuchará a Santiago Vila, los dos Jordis y Forcadell.

La Fiscalía tendrá así oportunidad de ahondar en una de las grandes ausentes de la vista oral: la violencia. El Ministerio Público considera fundamental el papel de Sànchez y Cuixart en la estrategia que se valió, dice su escrito, "de la fuerza intimidatoria que representaba la actuación tumultuaria desplegada con las grandes movilizaciones ciudadanas instigadas". Los interrogatorios, hasta el momento, no han logrado acreditar este uso del componente básico para la rebelión.

Las declaraciones avanzan en el juicio del 'procés' y, oidos siete de los procesados, ha quedado ya claro que la negación de la independencia no es un hecho aislado sino el común denominador de los interrogatorios de la vista oral. Este miércoles, fueron tres los 'exconsellers' que aseguraron que la separación efectiva del Estado nunca estuvo sobre la mesa, y lo hicieron con todo tipo de adjetivos. La independencia fue así "política", "declarativa", "simbólica", un "gesto", "un compromiso solemne", una expresión "de voluntad"... Fue de todo menos verdad.

Juicio procés Tribunal Supremo Dolors Bassa
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