Anna Caula, de seleccionadora española a cara visible de ERC en el juicio del 'procés'

Anna Caula hizo que el mundo temiera a la selección española sub-20 de baloncesto. Entre 2012 y 2014, entrenó al equipo y se colgó dos medallas de oro y una de plata en el Campeonato Europeo Femenino, convirtiéndose así en una de las profesionales más respetadas de los banquillos. Llamada a ser una figura clave del baloncesto nacional, la sorpresa llegó en 2015, cuando el independentismo le abrió la puerta del Parlament y Caula abandonó el parqué para ocupar un escaño. Desde entonces, la exseleccionadora ha ido ganando peso en ERC y sus dirigentes le encomendaron la pasada semana una nueva misión: representar al partido en el juicio del 'procés'.

De las cuatro sesiones celebradas hasta ahora, Caula ha entrado en la sala en dos: el primer día y ayer. "La principal función es que [los acusados] se sientan acompañados. Es nuestro deber estar a su lado. Y después está la sensación de asistir a un juicio que despierta ciertas dudas. Se respira un aire... Creo que la semana pasada nuestros compañeros se cargaron de razones, esgrimieron argumentos uno detrás de otro, pero la duda es si será suficiente o si ganará la idea de salvar a la patria", señaló a El Confidencial este martes antes de entrar al Tribunal Supremo.

Al escuchar cómo menciona la palabra 'patria' para exponer sus argumentos, la pregunta resulta inevitable: ¿era ya independentista cuando entrenaba a la selección española? "Yo creo que es un sentimiento que llevas dentro. Respetas una cultura, respetas una lengua... Pero va más allá de ser independentista o no. Es un modelo de entender tu país. Es creer en la república por delante de una monarquía, es creer en respetar a tus ciudadanos, que el pueblo se pueda manifestar, que respetes esas ideas por delante de un régimen muy establecido", responde la diputada.

Además de presenciar el juicio en primera línea, Caula también ha participado en las concentraciones de ERC celebradas frente al Tribunal Supremo en los últimos días. Aunque ha ocupado un papel secundario en las mismas, su postura quedó clara en una rueda de prensa ofrecida en noviembre: "Este juicio será la propia sentencia [del Estado]", sostuvo ante los medios.

Pesos pesados del partido como los diputados Gabriel Rufián y Joan Tardà o el presidente del Parlament, Roger Torrent, también han desembarcado en Madrid, pero al estar citados como testigos no pueden entrar en la sala por el momento. Para no dejar la plaza reservada a ERC vacía, los republicanos han optado entonces por enviar a diputados como Caula, quien se sienta junto a periodistas y familiares de los acusados.

Antes de dar el salto a la política, Caula protagonizó una carrera meteórica en el baloncesto: entre 2008 y 2014 fue entrenadora del Uni Girona Club de Bàsquet, seis años en los que consiguió un ascenso, una final de Supercopa y dos segundos puestos en la máxima competición nacional. En 2011, la Federación Española de Baloncesto la fichó como ayudante de Lucas Mondelo, temporada en la que se llevó su primer oro con la sub-20 en el campeonato europeo de Serbia. Tras el paso de Mondelo a la absoluta en 2012, Caula tomó entonces las riendas del equipo y siguió sumando metales: oro en Hungría, oro en Turquía y plata en Italia. "El recuerdo es impresionante. Disfrutar de competiciones de alto nivel y encima ganar una medalla es algo que se agradece", comenta.

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Pero las hazañas deportivas no fueron suficientes para que rechazara la oferta que llegó en 2015. Ese año, Caula concurrió a las elecciones autonómicas como número dos de la lista de Junts pel Sí en Girona, justo detrás del cantautor Lluís Llach y delante del hombre clave en el 'procés': Carles Puigdemont, entonces alcalde de Girona. La lista la cerraron otros políticos como el presidente del Parlament, Roger Torrent, o dos de los 'exconsellers' que se sientan desde el 12 de febrero en el banquillo de acusados: Santi Vila y Dolors Bassa.

Preguntada sobre cómo vivió el cambio de la Federación Española de Baloncesto a un partido independentista, Caula defiende que no son labores contradictorias: "Yo creo que no hay que confundir los dos parámetros. El deporte es deporte y en ese momento era mi profesión. Siempre lo he intentado defender de la manera más profesional posible y he amado mucho el baloncesto". La diputada, de hecho, considera que su experiencia como entrenadora le ha permitido crecer en política. "Tiene más paralelismos de lo que nos parece. El mundo del deporte es educación en valores, en corresponsabilidad de estar implicada en un proyecto colectivo y en saber que sin tus compañeros no eres nada", asegura.

La diputada no planea abandonar la política para volver a la cancha de baloncesto, pero ella misma reconoce que "nunca se sabe hacia dónde te puede llevar tu carrera profesional". En poco más de cinco años, Caula ha pasado de dar oros a España a convertirse en una de las caras visibles del independentismo.