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Comienza el 'bombardeo' de rojigualdas: un centenar de banderas viajan a casas 'indepes'
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Comienza el 'bombardeo' de rojigualdas: un centenar de banderas viajan a casas 'indepes'

La iniciativa 'Apadrina un independentista' la lanzaron cuatro amigos desde un bar de Almería; han recibido ya decenas de peticiones, sobre todo de personas afines a Vox

Foto: Los primeros 100 paquetes con las banderas de España salieron ayer hacia sedes independentistas de ERC. (EC)
Los primeros 100 paquetes con las banderas de España salieron ayer hacia sedes independentistas de ERC. (EC)

Los cuatro amigos apoyaban sus codos en la barra del bar que regenta uno de ellos en la capital almeriense. Se veían ahí tres o cuatro veces por semana. Esa noche de principios de noviembre, como cada vez que se encontraban en el mismo contexto, todos trataban de solucionar los problemas del país con sus aportaciones originales. Que si hay un nuevo partido que se llama Vox que dice cosas diferentes pero es muy radical, que si este año el Madrid está muy flojo, que si el independentismo catalán se nos ha ido de las manos. Los clásicos temas recurrentes entre trago de cerveza fría, patata frita crujiente y oliva de la casa.

Sin embargo, una nueva idea iluminó las mentes de los cuatro amigos durante aquella conversación, que tenía lugar a pocos días de que comenzara la campaña electoral andaluza en la que el partido de Santiago Abascal irrumpió en el Parlamento regional para sorpresas de todos, incluido el propio líder de la formación. El grupo hablaba de cómo los independentistas sabían hacerse notar, aparecer en los medios, lanzar mensajes que llegan a la ciudadanía o protagonizar gestos que calan en la población mientras los demás no hacían nada.

Foto: Carles Puigdemont participa en una concentración. (EFE)

Uno de los colegas propuso entonces 'bombardear' a los independentistas con banderas de España a modo de respuesta a tanta propaganda 'indepe'. "Se me ocurrió a mi", explica Jordi, nombre ficticio que ha elegido para presentarse ante El Confidencial y no desvelar su verdadera identidad con el fin de no sufrir represalias. "Ya hemos recibido muchos insultos a través de nuestra web [que contabiliza 37 amenazas de muerte], por eso escogimos un teléfono por Skype radicado en Arkansas y no damos nuestros verdaderos nombres", asegura el interpelado antes de seguir con cómo se forjó el proyecto.

"Siempre me han gustado las iniciativas con mensaje social y tenía la intención de montar una algún día; aquí vi la oportunidad", afirma hoy Jordi, que recuerda que aquella noche de noviembre su propuesta de responder a las esteladas con enseñas nacionales caló entre sus compañeros. "Estoy convencido de que los que amamos España somos una mayoría abrumadora, pero no hacemos ruido", argumentó. "Vamos a hacerlo; compra una bandera y enviamos otra gratis en tu honor y con tu mensaje personalizado a una sede independentista", sugirió.

placeholder Manifestación en Barcelona el pasado Día de la Hispanidad. (EFE)
Manifestación en Barcelona el pasado Día de la Hispanidad. (EFE)

La invitación a sumarse al proyecto fue recibida inicialmente con silencio por las ardientes gargantas de sus interlocutores. "Tras unos segundos, alguien se lanzó: ¿cuándo empezamos?", rememora Jordi, que admite que, a pesar de la efusividad inaugural, la idea no comenzó a tomar forma hasta "un par de meses después". "Teníamos poca idea de creación de webs e incluso de redes sociales, pero con un poco de investigación al final fuimos capaces", evoca el único madrileño del grupo, afincado en la ciudad de sus tres amigos.

El concepto, al fin y al cabo, estaba ya inventado en el mundo 'online', donde el envío masivo de correos a una misma dirección es habitualmente utilizado por los 'hackers' para derribar sistemas informáticos. Salvando las distancias,' Apadrina un independentista', que es como los cuatro amigos decidieron denominar la iniciativa, trata de 'ahogar' a los soberanistas a base de enseñas nacionales 'asesinas'. "Se asemeja en que, tal vez, el envío masivo de banderas de España y mensajes personalizados puede ayudar a derribar el independentismo y a concienciar de que una minoría no tiene tanto poder como ella se cree", sostiene Jordi, que con sus 24 años es el menor de los cuatro amigos (el mayor tiene 33).

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La web da varias opciones a los usuarios. Por apenas 10 euros, reciben una bandera y envían otra al independentista que elijan. Por 20 euros, piden dos y mandan otras tantas a las direcciones indicadas. Por 100 euros, solicitan 10 enseñas y remiten 15 más donde decidan en 15 paquetes distintos. "Luego hay otras opciones más descabelladas", califica el ideólogo de la iniciativa. "Si alguien paga 25.000 euros, viajamos los cuatro al Parlament, a Bélgica y a alguna prisión para entregar las banderas de España en mano a los políticos independentistas, grabamos un documental sobre el periplo y enviamos 2.500 enseñas a las direcciones que el padrino nos diga", describe Jordi, que asegura que con esta última opción ya ganarían algo de dinero, pero que con las anteriores no espera hacer negocio.

Además, añade una quinta opción aún más loca. "Por 500.000 euros, batiremos el récord Guinness a la elaboración de la bandera más grande de la historia; ahora mismo, el récord está en 60.000 metros cuadrados; nosotros haríamos una de 100.000 o 200.000 metros cuadrados; sería la más grande jamás fabricada y sería de España; además, enviaríamos 25.000 más como las otras a las direcciones que nos indique el padrino", cuenta el promotor del proyecto, que con apenas cinco días de vida ya ha enviado un centenar de insignias a otros tantos destinos.

Foto: Junqueras en el juicio. (Reuters)

Casi todas han sido enviadas a diferentes sedes de Esquerra Republicana de Catalunya, admite Jordi, que confiesa que cada uno de los cuatro impulsores de la iniciativa tiene sus propias ideas políticas. "Ideológicamente discrepamos entre nosotros", apunta el almeriense de adopción, que sí confiesa que la inmensa mayoría de los que les han hecho pedidos hasta el momento son afines a Vox. "Nuestro proyecto, sin embargo, es apolítico, fundado en el humor y la distensión, no nos identificamos con ese partido; solo somos cuatro españoles normales que nos hemos juntado para liarla, para que gente que no suele manifestarse haga piña y lance el mensaje a los independentistas de que no somos monstruos, que las cosas se pueden solucionar hablando", describe Jordi. "El factor común entre nosotros cuatro es el amor y el orgullo que sentimos hacia España", sentencia.

En su web también venden tazas y camisetas. "Con eso sí pretendemos ganar dinero", reconoce el promotor principal, que admite también que el juicio del 'procés' les está viniendo bien. "Empezamos a trabajar sin prisa, sin pensar para nada en el proceso judicial, pero cuando supimos la fecha del juicio, adelantamos el lanzamiento; sabemos que ahora es el mejor momento, ya que los medios siempre dedican atención al 'procés' y a los independentistas; creemos que esto puede animar a gente", admite Jordi, que resalta que ya ha recibido 185 pedidos, que el grupo se ha marcado el objetivo de alcanzar las 10.000 banderas enviadas y que todas las enseñas están elaboradas en material de calidad por un fabricante sevillano, con doble costura y bordes reforzados.

Los cuatro amigos apoyaban sus codos en la barra del bar que regenta uno de ellos en la capital almeriense. Se veían ahí tres o cuatro veces por semana. Esa noche de principios de noviembre, como cada vez que se encontraban en el mismo contexto, todos trataban de solucionar los problemas del país con sus aportaciones originales. Que si hay un nuevo partido que se llama Vox que dice cosas diferentes pero es muy radical, que si este año el Madrid está muy flojo, que si el independentismo catalán se nos ha ido de las manos. Los clásicos temas recurrentes entre trago de cerveza fría, patata frita crujiente y oliva de la casa.

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