Dos años de cárcel para un policía que grabó a sus compañeras en los vestuarios

La Sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a dos años de prisión y una multa de 2.700 euros a un policía nacional por un delito contra la intimidad por instalar, en 2015, una cámara en el vestuario femenino de la comisaría donde prestaba servicios con el objetivo de grabar a sus compañeras mientras éstas se cambiaban. El fallo de la resolución también recoge que el condenado deberá de indemnizar a cada una de las tres víctimas que aparecían en los vídeos grabados en la cantidad de 2.000 euros en concepto de perjuicios y daños morales.

En la resolucion, contra la que cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, se considera probado que el agente colocó en el vestuario, situado e la comisaría especial del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), una cámara durante los meses de julio y agosto de 2015. El dispositivo llevaba incorporado un sensor de movimiento para permitir una grabación automática.

Escondió la cámara encima de una de las taquillas dentro de una bolsa de papel tumbada "con el ánimo de acceder al ámbito más privado y reservado de distintas mujeres, agentes, que allí se cambiaban de ropa". Enfocaba directamente al lugar donde lo hacían, con lo que obtuvo imágenes de al menos tres de las policías, algunas de ellas en ropa interior. La práctica siguió hasta que una de las víctimas detectó la cámara ya en septiembre.

El acusado reconoció en el juicio que había colocado la cámara y que lo hizo con la intención de grabar a una sola de sus compañeras hacia la que sentía una atracción. Además, aparecía grabado en el pendrive donde se almacenaban las imágenes captadas, donde podía vérsele colocando la cámara. La Audiencia Provincial descarta que en su acción hubiera prevalimiento ya que -dice- la puerta de vestuario no estaba cerrada con llave y cualquiera tenía acceso. No se ve acreditado que empleara para entrar su condición de policía.

En el juicio celebrado hace unos meses, el ahora condenado reconoció su acto. "Sí, sí, lo hice. En aquella época mi mujer atravesó una enfermedad y reaccione de esta forma. Lo llevé mal y desembocó en todo esto", lamenó a preguntas de la Fiscalía que pedía un año más de los impuestos. Tras su detención, el agente fue suspendido de empleo y sueldo durante unos cuatro meses. Actualmente, realiza labores contra la delincuencia en una comisaría de la capital. Fue condecorado antes de los hechos con la Cruz al Mérito Policial en sus 20 años de trayectoria policial.