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Sánchez no dará marcha atrás: reconocerá a Guaidó en 8 días aunque la UE no esté unida
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LA TRANSICIÓN EN VENEZUELA

Sánchez no dará marcha atrás: reconocerá a Guaidó en 8 días aunque la UE no esté unida

El Gobierno se felicita de haber dado un paso adelante y de haber liderado a las capitales europeas en su cerco contra Maduro. No se apeará de su decisión aunque la Unión no exija más

Foto: Pedro Sánchez, tras su comparecencia extraordinaria de este 26 de enero en la Moncloa. (Reuters)
Pedro Sánchez, tras su comparecencia extraordinaria de este 26 de enero en la Moncloa. (Reuters)

"Nosotros ya hemos decidido". Lo aseguran con contundencia en el Gobierno de Pedro Sánchez para insistir en que no habrá vuelta atrás. El reconocimiento a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, con el cometido de conducir a su país a unas elecciones "libres" y "democráticas", se hará efectivo en apenas una semana. Hagan lo que hagan los Veintiocho. España considera que ya no caben más "dilaciones", ni abrir más periodos de negociación. Nicolás Maduro, a ojos del Ejecutivo, tiene un mínimo margen, una última oportunidad, y es la de convocar él esos comicios con plenas garantías en ocho días. Pero el presidente no se llama a engaño y sabe que no ocurrirá. La alianza de los grandes países de la Unión Europea cree que juega en su contra y le infligirá un "golpe muy duro". Quizá el jaque mate.

Sánchez ha buscado situarse en la UE a la cabeza del eje anti-Maduro. En las primeras horas, al poco de autoproclamarse Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional Venezolana, como presidente encargado de Venezuela, cundían las dudas y los titubeos. El Gobierno admitía que el escenario había cambiado por completo, que había que mantener la calma, y que no era oportuno hacer "seguidismo" de Estados Unidos y de otras naciones latinoamericanas que enseguida manifestaron su apoyo al joven dirigente opositor. Madrid se escudaba en la necesidad de preservar la "unidad de acción" en la UE. Al final del día, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, emitía un comunicado lacónico, consensuado por los 28, en el que simplemente se reconocía la legitimidad de la Asamblea Nacional y se instaba a la celebración de unas rápidas elecciones "libres y creíbles".

[Consulte aquí en PDF la declaración institucional de Pedro Sánchez]

Pero esa ambición de mantener cohesionado al bloque comunitario se comprobó al final imposible. España acabó marcando posición propia, más exigente con Maduro, aliándose con Francia, Alemania, Reino Unido, Holanda o Portugal: ultimátum de ocho días. Nada más. Sánchez, que había recibido críticas muy duras por parte de la oposición de PP y Cs, y de los expresidentes José María Aznar y Felipe González, subió un escalón y protagonizó un giro ostensible. Ya no se apeará de esa locomotora.

Foto: Los líderes europeos durante una cumbre en Bruselas. (Reuters)

En el equipo del presidente señalaban la importancia de los gestos, de los símbolos que iba deslizando desde el jueves. Apuntaban en una dirección: el reconocimiento posterior de Guaidó. Sánchez, que estaba de viaje en Davos (Suiza) por su participación en el Foro Económico Mundial, se reunió con los mandatarios de Ecuador, Colombia y Costa Rica, todos ellos pertenecientes al Grupo de Lima, muy crítico con Maduro.

De los titubeos iniciales el Gobierno pasó a reorientarse hacia Guaidó: el giro se operó en Davos y se consolidó en las horas siguientes


Los tres países ya habían manifestado su adhesión al dirigente opositor, y le pidieron que España "estuviera junto a ellos" y que trabajara "activamente en la conformación de una posición por parte de la UE". Después, Sánchez cogió su móvil y telefoneó a Guaidó para trasladarle su "coraje" y subrayarle la "legitimidad indiscutible" de la Asamblea Nacional Venezolana, elegida democráticamente en 2015.

Foto: Pedro Sánchez, durante su comparecencia extraordinaria en la Moncloa, este 26 de enero. (Reuters)

Primero, silencio y cautela

Las conversaciones del Gobierno español —con el ministro de Exteriores, Josep Borrell, y el 'sherpa' del presidente, José Manuel Albares, a la cabeza— con Bruselas y las demás capitales europeas continuaron frenéticamente en las horas siguientes. En la noche del jueves, en la Moncloa confiaban ya en llegar "más lejos". Sánchez no había hecho declaraciones públicas, no había lanzado ningún tuit. Guardaba silencio.

El reconocimiento del dirigente opositor en una semana "es taxativo", dicen en el Ejecutivo. "No hay vuelta de hoja. Al margen de lo que hagan los 28"

El viernes, en el encuentro de los embajadores en el Comité Político y de Seguridad (COPS) de la UE, el representante español, Manuel Acerete, recibía órdenes directas desde Madrid. Defendió, como relató después Sánchez, el reconocimiento por parte de la Unión y de los Veintiocho, de Juan Guaidó "como presidente de Venezuela para cumplir con la tarea de convocar inmediatamente elecciones en Venezuela". Esa postura más dura, que cuadraba peor con los planteamientos más flexibles mostrados hasta entonces para con el régimen chavista, no encontró de entrada el consenso necesario. Grecia y Austria se oponían.

Sánchez da ocho días a Nicolás Maduro para convocar elecciones en Venezuela

Francia puso sobre la mesa una fórmula intermedia: conceder a Maduro un plazo de ocho días para convocar elecciones. España acogió esa propuesta y lo mismo hicieron otros países como Portugal, Reino Unido, Alemania, Dinamarca o la República Checa. Pero el comunicado tardaba en salir del horno. En Madrid, fuentes gubernamentales insistían en que existía un gran acuerdo para cerrar el círculo sobre el dirigente bolivariano y fijarle un tiempo muy corto para reaccionar. Pero advertían de que tampoco frenaría la determinación de Sánchez el hecho de que no hubiera unanimidad.

Y no la hubo a la hora de imponer ese tope de ocho días. Sánchez compareció en la Moncloa unos minutos después del mediodía para leer una declaración sin preguntas. El órdago estaba echado: "Juan Guaidó es la persona que encarna a nuestro juicio la máxima representación de la Asamblea Nacional al ostentar su presidencia y es la persona que debe liderar esa transición hacia unas elecciones libres. Con esta declaración, España da ocho días a Maduro para convocar elecciones libres, transparentes y democráticas y, si no ocurre, España reconocerá a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela para convocar dichas elecciones".

En el entorno del presidente incidían en la importancia de tres palabras de ese pasaje. El "con esta declaración". Así expresaba que no habrá marcha atrás. "Es taxativo. No hay vuelta de hoja. Al margen de lo que hagan los 28", explicaban.

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Réplica en otras capitales

El movimiento de Sánchez se repitió en otras capitales europeas. Primero Francia y Alemania, en términos casi idénticos. Luego el Reino Unido. Más tarde Holanda y Portugal. Madrid espera que en las próximas horas se pronuncien los países del Este, más próximos a EEUU y, por tanto, mucho más proclives a su defensa del joven opositor. "No buscamos poner o quitar gobiernos en Venezuela —argumentó el líder socialista español—. Queremos democracia y elecciones libres en Venezuela. Deseamos unas elecciones justas, libres, transparentes y democráticas en Venezuela". Sánchez hacía valer el "liderazgo" de España y su "responsabilidad" como miembro de la UE y de la comunidad iberoamericana, y también con el pueblo venezolano, que está atravesando una situación "gravísima" desde hace años.

A España la han seguido Francia, Alemania, Reino Unido, Holanda y Portugal. Bélgica se ha alineado con el comunicado blando de la UE e Italia bloquea

Cerca de las cuatro de la tarde, Mogherini lanzó el comunicado de mínimos. En él se endurecía el tono contra Maduro, pero no avanzaba tanto como Madrid, París, Berlín o Londres. Advertía a Caracas de que si no convocaba elecciones "en los próximos días", entonces la UE "tomará otras medidas", "incluyendo la cuestión del reconocimiento del liderazgo del país en línea con el artículo 233 de la Constitución venezolana". Los 28 no se atrevían a citar a Guaidó de manera expresa, aunque sí lo hacían de manera indirecta, ya que con arreglo a ese precepto el joven opositor, como presidente de la Asamblea Nacional, se ha autoproclamado mandatario interino del país.

España, Francia, Alemania y Reino Unido dan un ultimátum a Nicolás Maduro

Bélgica se alineaba con el documento de la UE e Italia, que había torpedeado la redacción del texto por la división entre los socios de gobierno —la ultraderechista Liga de Matteo Salvini se mostró más contundente con Maduro mientras que el antisistema Movimiento 5 Estrellas consideraba una "tontería megagaláctica" suscribir la declaración europea—, mostraba más que distancias. El primer ministro, Giuseppe Conte, avisaba del peligro de una escalada de violencia y subrayaba que es fundamental que Venezuela, "a través de la imposición de países extranjeros, pueda convertirse en un campo de confrontación y división entre actores globales".

El Gobierno confía en que en la reunión en Bucarest, el próximo jueves, del Consejo de Asuntos Exteriores (CAE), la UE logre afinar su posición y fijar, ya sí, un plazo a Maduro. "Esperemos que allí todos se unan a nosotros. En cualquier, caso, los grandes países ya hemos puesto el tren en marcha", expresaban en el Gabinete socialista. Desde el entorno del presidente indicaban que Mogherini estaba advertida de los pasos que iba a dar Madrid, y añadían que se había coordinado con el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel. "La posición nuestra es prácticamente unánime", señalaron.

Insuficiente para PP y Cs, mucho para Podemos

En la Moncloa se percibe que el realineamiento de la UE es "un golpe muy duro" para Maduro, que "no debe alegrarle en absoluto". "Que la comunidad internacional en su conjunto salga apoyando al líder de la Asamblea Nacional" hace que el dirigente bolivariano "lo vaya a tener muy complicado". Sánchez, remarcaban este sábado en su entorno, defiende que con este reconocimiento en diferido de Guaidó "también se le protege a él y a la oposición".

Venezuela rechaza elecciones: "Europa dándonos ocho días de qué? [...] ¿De dónde sacan que tienen potestad alguna para darnos ultimátums?"

El Ejecutivo no tiene "ninguna confianza" en Maduro, y creen que no reculará. A las pocas horas pudo comprobarse: ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el ministro de Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, fue nítido en su respuesta a los países de la UE. "¿Europa dándonos ocho días de qué? [...] ¿De dónde sacan que tienen potestad alguna para darnos ultimátums?", inquirió, informa EFE. El viernes, después de que el jefe de la diplomacia española, Josep Borrell, hablara de la necesidad de que en un tiempo "razonablemente corto" se convocaran elecciones, Maduro se despachó con dureza. "Si ellos quieren elecciones, que las hagan en España", lanzó, recordando que Sánchez no fue elegido por "el voto popular".

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Sánchez no sació a un PP y un Cs que creen que el apoyo a Guaidó llega "tarde" y "mal". Y disgustó a Podemos e IU, que siguen siendo sus socios preferentes de legislatura. Además, marcaba distancias con José Luis Rodríguez Zapatero, que ha estado defendiendo todos estos años la mediación y el diálogo entre las partes, incluso cuando ya no parecía posible. Borrell ya había asegurado que la postura del Ejecutivo no la marcaba el expresidente. Con este giro, el líder socialista se deslinda definitivamente de él en una cuestión que, como admitía el ministro, es ya siempre de política interior.

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Viaje a República Dominicana y México con la crisis de Venezuela también en agenda

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vuelve a salir al exterior en esta semana. El martes 29 de enero arranca su minigira por República Dominicana y México. El viaje adquiere ahora máximo interés por la crisis venezolana. Santo Domingo sí apoya a Juan Guaidó, y México, junto con Uruguay, apuesta por una tercera vía, la del diálogo entre las dos partes en conflicto. Este es el camino por el que apuesta Podemos. 

Primero volará a Santo Domingo, donde mantendrá un encuentro con su presidente, el progresista Danilo Medina. Después, recorrerá las calles del centro de la capital, restauradas parcialmente por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aecid)

El miércoles 30 se desplazará hasta el DF. Es el primer mandatario extranjero que se reúne con el nuevo presidente, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador. Después ambos mantendrán un almuerzo con personalidades del mundo económico y social del país. Por la tarde visitará el Colegio de México, fundado por exiliados españoles, donde hará un importante discurso sobre memoria histórica. Gesto que se completará con una reunión con el Ateneo Español de México. El día 31 tendrá un desayuno con empresarios y, como también ocurrirá en Santo Domingo, una recepción con la colonia española. 

"Nosotros ya hemos decidido". Lo aseguran con contundencia en el Gobierno de Pedro Sánchez para insistir en que no habrá vuelta atrás. El reconocimiento a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, con el cometido de conducir a su país a unas elecciones "libres" y "democráticas", se hará efectivo en apenas una semana. Hagan lo que hagan los Veintiocho. España considera que ya no caben más "dilaciones", ni abrir más periodos de negociación. Nicolás Maduro, a ojos del Ejecutivo, tiene un mínimo margen, una última oportunidad, y es la de convocar él esos comicios con plenas garantías en ocho días. Pero el presidente no se llama a engaño y sabe que no ocurrirá. La alianza de los grandes países de la Unión Europea cree que juega en su contra y le infligirá un "golpe muy duro". Quizá el jaque mate.

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