La jueza negó la pulsera a Zaplana por ser "imprescindible" para violencia de género
Interior computa 2.118 presos con pulsera localizadora en tercer grado penitenciario según datos del 28 de diciembre
La jueza del caso Zaplana ha ido descartando, una a una, todas las opciones que ha ido ofreciendo el expresidente de la Generalitat valenciana para tratar de garantizarle que no tiene intención de huir en caso de que se le permita salir de la cárcel. El 'popular', que sufre las secuelas de la leucemia que padece y del trasplante de médula al que se sometió para paliarla, ha reclamado en múltiples ocasiones abandonar su celda para pasar a un arresto domiciliario que le permita un mejor cuidado de su delicado estado físico. Entre otras cosas reclamó la colocación de una pulsera telemática para incrementar su seguimiento en libertad. La posibilidad no prosperó.
Según explicó María Isabel Rodríguez en un auto al que ha tenido acceso El Confidencial este sistema de control no es adecuado para el exministro de Trabajo del PP porque estos dispositivos geolocalizadores escasean. "No hay suficientes y los que hay son imprescindibles para los seguimientos de violencia de género", argumentó en un auto fechado el pasado verano por el que denegó una de las solicitudes lanzadas para recuperar la libertad.
La titular del Juzgado de Instrucción 8 de Valencia agregaba a su razonamiento que este tipo de seguimiento de la situación de los presos fuera de prisión no es válido tampoco en el caso concreto de Zaplana ya que no serviría para impedir una posible destrucción de pruebas, el otro motivo que la ha conducido a decir que no a todas las solicitudes formuladas por la defensa del 'popular', al que se acusa de liderar una trama destinada al blanqueo de comisiones irregulares a cambio de adjudicaciones facilitadas en su etapa al frente de la presidencia valenciana.
Tampoco la dolencia que sufre convence a la jueza de que no tiene intención de salir de España, en otro auto avanzado por este diario Rodríguez consideraba que la leucemia puede tratarse en cualquier punto del globo, también en aquellos donde hay "paraísos fiscales". "Hospitales hay en todos los países, incluidos los paraísos fiscales", decía en ese caso ante la alegación de que su enfermedad limita al máximo sus movimientos y con ello, las posibilidades de escapar al control de la Justicia.
Según los datos que maneja el Ministerio del Interior, el sistema de control telemático se emplea como opción de seguimiento tanto para presos preventivos que deben estar sometidos a una atención extra antes de la celebración del juicio en su contra, como para reclusos en régimen abierto. Su imposición varía en función de las comunidades autónomas y, en efecto, en el primero de los casos suele aplicarse el método al control del maltrato y de las amenazas de violencia contra la mujer aunque, en ningún caso, es exclusivo.
Como ejemplo sirven los datos de los que dispone el departamento que dirige en la actualidad Fernando Grande-Marlaska. Hace solo unos días, el 28 de diciembre, se computaron 2.118 presos con pulsera localizadora en tercer grado penitenciario en toda España, 1.754 hombres y 364 mujeres. Entre las posibilidades que ya se emplean para los reclusos en régimen abierto se encuentran también otras variantes de control permanente, como los sistemas de verificación de voz o de seguimiento continuo de internos mediante tecnologías GPS, que permitirían conocer su ubicación geográfica en todo momento.
Ingresado en la Fe
Zaplana permanece ingresado desde el pasado 17 de diciembre en el Hospital de la Fe en Valencia tras sufrir una recaída. Se le mantiene en el centro médico por recomendación de los facultativos que lo tratan de la leucemia que sufre desde 2015, después de detectar nuevas complicaciones en la enfermedad. Según fuentes de su entorno, regresará a la cárcel de Picassent una vez que reciba el alta ya que ni la magistrada ni la Fiscalía Anticorrupción están abiertas a una excarcelación por considerar que el riesgo de fuga y eliminación de información son elevadas y puede someterse a seguimiento médico también como interno.
El exministro se vio aquejado en los últimos días de un repunte en su enfermedad de injerto contra huésped, una afección motivada por el rechazo de su cuerpo al trasplante de médula ósea al que se sometió para tratar sus problemas linfáticos. Como consecuencia de este proceso, el exdirigente del PP se encuentra más débil. Padece anemia, ha perdido mucho peso y la pigmentación de su piel ha adquirido un tono morado.
La jueza del caso Zaplana ha ido descartando, una a una, todas las opciones que ha ido ofreciendo el expresidente de la Generalitat valenciana para tratar de garantizarle que no tiene intención de huir en caso de que se le permita salir de la cárcel. El 'popular', que sufre las secuelas de la leucemia que padece y del trasplante de médula al que se sometió para paliarla, ha reclamado en múltiples ocasiones abandonar su celda para pasar a un arresto domiciliario que le permita un mejor cuidado de su delicado estado físico. Entre otras cosas reclamó la colocación de una pulsera telemática para incrementar su seguimiento en libertad. La posibilidad no prosperó.