El doctor que recomienda la salida de prisión de Villarejo trabaja en la clínica del expolicía

"Extrema vulnerabilidad espinal". Así resume el doctor Juan Francisco Martínez-Canca la salud del comisario jubilado José Manuel Villarejo en un informe que se incluye en escrito presentado por la defensa del expolicía ante la Audiencia Nacional el pasado diciembre para que salga en libertad provisional. El documento, al que ha tenido acceso El Confidencial, dedica más de una página a la "afectación de la salud del investigado por el dilatado periodo en prisión incondicional", un análisis que se apoya en la opinión del mencionado médico. La relación entre el doctor y Villarejo, sin embargo, no se limita al mencionado informe, pues Martínez-Canca trabaja además en una clínica de Estepona vinculada al excomisario.

El Hospital Cenyt, situado en la Avenida de Andalucía de Estepona, en los bajos uno de un inmueble del excomisario embargado por el magistrado Diego de Egea, es una de las empresas del entramado societario de Villarejo que investiga la Audiencia Nacional. Según datos del Registro Mercantil recogidos por 'Redacción Médica', la clínica forma parte de la segunda empresa con más capital social del Comisario Villarejo: Premium Salud S.L., con 5,5 millones. El administrador único de dicho grupo es el abogado y socio de Villarejo, Rafael Redondo Rodríguez, y entre los accionistas aparece también la que se considera sociedad matriz de la mayoría de los negocios del expolicía: Club Exclusivo de Negocios y Transacciones S.L.

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Entre los trabajadores de esta clínica se encuentra el médico Juan Francisco Martínez-Canca, al que se define como "especialista en Neurocirugía y Medicina Holística". Según explica el propio doctor a El Confidencial, su seguimiento al expolicía responde a que le operó en septiembre de 2017, insistiendo además en que lo hizo "en Cenyt como podría haberlo hecho en cualquier otra clínica". Martínez-Canca argumenta que su relación con él es "puramente profesional", negando así cualquier trato de favor por el hecho de trabajar en una de sus empresas.

En el informe entregado por la defensa de Villarejo se incluyen varias apreciaciones cuyas, como aquella en la que aborda las comparecencias del expolicía en sede judicial: "Hago especial hincapié en el capítulo de posibles traslados en vehículos rodados que no dispongan de las medidas adecuadas para la protección espinal y que han resultado especialmente deletéreos en los pasados meses". El médico critica al mismo tiempo que "debido a las circunstancias excepcionales en las que nos encontramos, ha sido imposible implementar un seguimiento clínico adecuado", impidiendo así "un programa de rehabilitación y recuperación personalizado que se prescribió tras su intervención quirúrgica". El facultativo sostiene por ello que Villarejo presenta "un deterioro clínico significativo" que se refleja en "la aparición progresiva de dolor lumbar y ciático refractario en relación con esfuerzos físicos".

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Pese a la opinión del doctor, la magistrada de la Audiencia Nacional María Tardón rechazó este jueves dejar en libertad a Villarejo por riesgo de fuga y de destrucción de pruebas. "Lejos de desaparecer o disminuir [los riesgos] con el transcurso del tiempo y con el resultado de las diligencias de investigación practicadas, deben, por el contrario, estimarse incrementados", argumenta en un auto al que ha tenido acceso El Confidencial. La jueza responde además al análisis médico que presenta el escrito de su defensa, apoyándose para ello en la postura de un médico forense y de los servicios médicos de la cárcel: "Confirmaron que el cuadro clínico del interno era perfectamente compatible con el régimen penitenciario propio de los presos preventivos y, en concreto, con el régimen aplicado en el Modulo Especial de Funcionarios del Centro Penitenciario de Estremera".