La jueza rechaza dejar en libertad a Villarejo por riesgo de fuga y destrucción de pruebas

La magistrada de la Audiencia Nacional María Tardón ha rechazado este jueves dejar en libertad al comisario jubilado José Manuel Villarejo hasta que haya sentencia firme, alegando para ello riesgo de fuga y de destrucción de pruebas. El expolicía ha solicitado ya una decena de veces su puesta en libertad desde que ingresara en prisión provisional en noviembre de 2017, pero todas ellas han sido denegadas.

María Tardón adopta esta decisión en sustitución del juez del caso, Manuel García Castellón, que se encuentra de vacaciones, sosteniendo en este sentido que "no se ha evidenciado modificación alguna" respecto al riesgo de fuga y de reiteración delictiva, ni tampoco al referido a "la ocultación, destrucción o alteración de las fuentes de prueba". En un auto al que ha tenido acceso El Confidencial, la magistrada defiende que "lejos de desaparecer o disminuir con el transcurso del tiempo y con el resultado de las diligencias de investigación practicadas, deben, por el contrario, estimarse incrementados en buena medida".

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Tardón subraya que el proceso ha ido "desvelando más indicios de la implicación del apelante en los hechos inicialmente investigados y en otros nuevos", por lo que con el "incremento eventual de la condena" también aumenta el riesgo de fuga. La magistrada rechaza además que su permanencia en España esté asegurada por el simple hecho de tener sus cuentas bloqueadas, pues "no puede descartarse que posea medios económicos aún no descubiertos", como sugiere "el acopio de dinero en metálico y oro en sus domicilios de Madrid y Estepona" o "la existencia de documentación en blanco y con datos de identidad que no se correspondían con la fotografía del apelante".

Respecto al riesgo de destrucción de pruebas, la jueza apunta a que "la encriptación del acceso a la información telemática constituye una medida de seguridad reveladora del alcance presumiblemente ilícito de los contenidos así protegidos". Basándose en este argumento, Tardón considera que "mientras se encuentre en proceso el volcado y análisis de la documentación incautada, y aún esté pendiente el descifrado de este material informático, la persistencia del riesgo de destrucción o alteración de pruebas por parte del investigado" resulta "vigente" y "ciertamente seria y real".

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En lo que se refiere a la salud de Villarejo, argumento que su defensa utilizaba a la hora de pedir su excarcelación por un "deterioro clínico significativo", la magistrada se apoya en la postura del médico forense y de los servicios médicos de la cárcel, que consideran que su situación es "perfectamente compatible con el régimen penitenciario".

Riesgo de reiteración delictiva

Además del riesgo de fuga y de destrucción de pruebas, Tardón también aborda en el auto el riesgo de reiteración delictiva, para lo que destaca que "las conductas delictivas provisionalmente atribuidas al investigado se vienen desarrollando durante un prolongado periodo de tiempo, sin que su actuación ilícita con abuso de sus funciones policiales constituya un hecho aislado, en el contexto de una organización criminal en el que ostentaría una posición jerárquica de máximo control".