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La última frontera privada de Europa está asfixiando una comarca de Extremadura
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IBERDROLA se niega a abrir la presa de cedillo

La última frontera privada de Europa está asfixiando una comarca de Extremadura

Un rodeo de 100 kilómetros para cubrir una distancia real de ocho kilómetros entre Cedillo (España) y Montalvao (Portugal). Suplican ayuda para comunicar ambos lados de la frontera

Foto: Vista aérea del embalse de Cedillo, en la unión de los ríos Tajo y Sever.
Vista aérea del embalse de Cedillo, en la unión de los ríos Tajo y Sever.

La última frontera privada de Europa recuerda visualmente un escenario de la Guerra Fría. En lo más hondo de una cordillera de verdes colinas, allí donde los ríos Tajo y Sever se unen, irrumpe una mole de hormigón que actúa como tapón entre España y Portugal. Se trata del embalse de Cedillo, propiedad del Estado español y gestionado por Iberdrola. La empresa se niega a que nadie ajeno a la instalación transite los 300 metros de vía que recorren la central hidroeléctrica y unen ambos lados de la frontera.

Así ocurre desde el año 1995. En el instante en que entró en vigor el Acuerdo de Schengen, que permite el libre tránsito de personas y mercancías dentro de la Unión Europea, Iberdrola decidió que ya nadie iba a usar la presa para moverse entre España y Portugal, ni siquiera andando, cosa que sí permitía hasta la fecha. Dos regiones hermanas, con enormes vínculos familiares, comerciales y culturales, quedaron así aisladas por decisión del comité de dirección de una multinacional. Un total de 23 años más tarde, la región se está muriendo debido a la despoblación y a la falta de oportunidades. A uno y otro lado de la frontera, todos señalan a la presa. Su cierre es culpable, aseguran, de haberlos convertido en un callejón geográfico y económico.

placeholder Un hombre camina por la calzada principal de Cedillo (Cáceres). (D. B.)
Un hombre camina por la calzada principal de Cedillo (Cáceres). (D. B.)

El embalse se ubica en el punto más occidental de Extremadura, justo en el pico del triángulo que dibujan los ríos Tajo y Sever, frontera natural entre Portugal y España. Un territorio de extensas dehesas y nueve habitantes por km². A un lado de ese pico se encuentra el pueblo de Cedillo (Cáceres). Al otro, Montalvao. Ocho kilómetros en línea recta separan ambas localidades. Sus lazos son estrechísimos. Multitud de familias hispano-lusas se han formado durante siglos en estas colinas. Jesús Martínez todavía recuerda las dos horas de caminata que hacía en su juventud desde Cedillo a Montalvao para visitar a la que hoy es su esposa. Nunca ha existido un puente, pero entonces, antes de la presa, por lo menos el río Sever era vadeable. Solo había que remangarse los pantalones para llegar a Portugal y viceversa. Con la inauguración del embalse por el régimen de Franco en 1974, esa vía de comunicación milenaria quedó cortada al elevar artificialmente el cauce del agua.

"Si alguien de Cedillo o de los pueblos de alrededor quiere ir a Montalvao a ver a un amigo, o a comer, o simplemente viajar a Portugal por cualquier motivo, tiene que dar un rodeo de 100 kilómetros, unas dos horas en coche cruzando la frontera por Valencia de Alcántara, cuando podría sencillamente atravesar la presa y llegar a Portugal en cinco minutos. Es ridículo", resopla Martínez, uno de los vecinos que están presionando a políticos locales y autonómicos para que resuelvan de una vez esta anomalía. Iberdrola mantiene la misma postura de hace 44 años: "Se trata de una vía privada que forma parte de la central hidroeléctrica y, por tanto, no está diseñada como vía pública. Iberdrola no puede permitir el libre tránsito de vehículos o personas por medidas de seguridad", confirma a este periódico. Y recuerda: "Hace ya años, Iberdrola llegó a un acuerdo con el ayuntamiento para que durante los fines de semana, y siempre que el desarrollo de los trabajos no lo impida y adoptando las medidas de seguridad necesarias, se permita la circulación en un horario determinado".

placeholder Iberdrola permite el paso por la presa los fines de semana entre 10:00 y 22:00. (D. B.)
Iberdrola permite el paso por la presa los fines de semana entre 10:00 y 22:00. (D. B.)

En efecto, los sábados y domingos, de 10:00 a 22:00, un vigilante de seguridad contratado por el Ayuntamiento de Cedillo abre de par en par las verjas y permite el paso de vehículos. Camina de un lado al otro controlando la instalación, saludando a los pasajeros en sus coches, entre 50 y 60 vehículos de media al día. La apertura es un alivio para los vecinos, sin duda, pero no resuelve la raíz del problema: es imposible fomentar el desarrollo del transporte y de sectores como el turismo si las verjas permanecen cerradas de lunes a viernes.

placeholder Vista de la central hidroeléctrica de Cedillo desde el lado español. (D. B.)
Vista de la central hidroeléctrica de Cedillo desde el lado español. (D. B.)

Un limbo dentro de Europa

“De este lado estás en Europa, en el embalse de repente sales de Europa y del otro lado ya vuelves a entrar en Europa", resume Marco António, activista portugués por la conexión permanente entre Cedillo y el distrito de Portalegre, el más deprimido económica y demográficamente de Portugal. "Existe un Acuerdo de Schengen y este es el único lugar donde no se aplica. Una empresa privada que gestiona una infraestructura pública manda más que el Estado. Es una tomadura de pelo", dice indignado. "Todos ganaríamos con la conexión entre estas regiones tan deprimidas de España y Portugal. Sería una gran entrada desde España para conocer la Portugal interior y al revés. No tengo ninguna duda de que el turismo se dispararía. Abrirían hoteles, casas rurales, restaurantes. Aquí la gastronomía es fabulosa. Además, es una vía directa entre Madrid y Lisboa para el transporte de mercancías. Todo eso daría empleo y fijaría población. Hay muchísimos fondos europeos destinados al desarrollo rural y a la integración entre países. ¿Tan complicado es?".

placeholder Marco António es el principal activista portugués por la conexión entre Cedillo y Montalvao. (D. B.)
Marco António es el principal activista portugués por la conexión entre Cedillo y Montalvao. (D. B.)

En realidad, hubo un tiempo en que el problema parecía solucionado. Era el año 2008. La Diputación de Cáceres (PSOE) había solicitado fondos europeos a través del programa de cooperación Interreg España-Portugal en su periodo 2008-2014 y estos fueron concedidos. En total, cuatro millones para construir un puente presupuestado entre seis y ocho millones en función de su ubicación exacta. El Ayuntamiento de Nisa, municipio al que pertenece Montalvao, prometió 1,5 millones para el puente. La diputación arrimó también el hombro para completar ese 25% no financiado por Europa. Todo encajaba, incluso el Gobierno de Portugal había construido una carretera hasta el mismo embalse con otra partida de fondos europeos. Pero en 2011, el Partido Popular tomó las riendas de la diputación y consideró que ese puente no era prioritario. Devolvió los cuatro millones a Europa y el castillo de ilusiones se derrumbó. Todavía puede verse la carretera a ninguna parte en la orilla portuguesa.

placeholder Vía asfaltada que desemboca a ninguna parte del lado español de la frontera, sobre el río Tajo. (D. B.)
Vía asfaltada que desemboca a ninguna parte del lado español de la frontera, sobre el río Tajo. (D. B.)

"En los corrillos de la diputación del PP decían, 'ese es el puente de Morales y no lo vamos a hacer", recuerda Antonio González, alcalde de Cedillo por el PSOE desde 1987. Ese Morales es Miguel Ángel Morales, vicepresidente de la Diputación de Cáceres entre 2003 y 2011 y natural de Cedillo. Él mismo rememora la historia: "Se escudaron en que la cantidad subvencionada no era suficiente, pero ellos sabían bien que el Gobierno portugués e incluso empresas estaban dispuestos a cubrir todo el presupuesto. Algunos ingenieros trataron de convencer al PP de que el puente era factible, pero no hubo manera". La noticia noqueó a Cedillo, a Herrera de Alcántara, a Carbajo y a todo el triángulo de la cacereña Sierra de San Pedro durante varios años. "Por desgracia, no somos Cataluña ni Madrid ni el País Vasco, sino la zona más deprimida de dos países, y fuera de aquí a nadie pareció importarle", se lamenta.

También fue un mazazo para Montalvao y el norte de Portalegre, región más deprimida si cabe que su hermana cacereña. Todavía hoy muchos no se han recuperado. En 2015, el PSOE regresó a la diputación y volvió a solicitar la misma subvención para el periodo 2014-2020. "En Europa dijeron que esta vez no, que si nos habíamos vuelto tontos pidiendo un dinero que ya nos habían dado y habíamos devuelto dos años antes. La vía europea está por ahora paralizada", indica el alcalde.

placeholder Vista de Montalvao, en Portugal, a escasos kilómetros de la frontera española. (D. B.)
Vista de Montalvao, en Portugal, a escasos kilómetros de la frontera española. (D. B.)

Entretanto, el reloj sigue filtrando arena y ya queda muy poca. En la escuela de Cedillo hay 22 alumnos entre tres y 11 años, y aún tienen suerte, es el pueblo con más niños de todo el triángulo fronterizo. Gracias en parte al embalse de la discordia, cuya central hidroeléctrica emplea a una docena de personas que se han asentado en Cedillo y obliga a Iberdrola a abonar un cuantioso canon al ayuntamiento, dinero que le permite contratar personal laboral y mantener todos los equipamientos en perfecto estado. Pero más allá de tres bares y una panadería, poco tejido económico hay en este rincón olvidado de la España vacía. Ni siquiera hay agricultura, pues la comarca se asienta en una tierra de grandes latifundios poco productivos. El alcornoque y el cerdo ibérico son las únicas fuentes de riqueza a este lado de la frontera.

placeholder Roberto Ramallete, transportista y patrón del crucero Balcón del Tajo. (D. B.)
Roberto Ramallete, transportista y patrón del crucero Balcón del Tajo. (D. B.)

Roberto Ramallete es transportista y ha decidido quedarse en Cedillo a pesar de las dificultades. Si existiera una conexión a Portugal, podría multiplicar su volumen de negocio. "Podría transportar encinas o eucalipto para las papeleras de Vila Velha de Rodao. O mover cerdos y jamones a esta zona de Portugal. Ahora estoy obligado a dar un rodeo enorme para llegar al otro lado", dice mientras descarga un remolque de madera. Ramallete es de los que opinan que hay que obligar a Iberdrola a abrir las verjas del embalse o cancelar la concesión. Y es una voz autorizada. Además de transportista, es patrón del barco Balcón del Tajo, que ofrece cruceros a los turistas a lo largo del Parque Natural Tajo Internacional, reserva de la biosfera de la Unesco desde mayo de 2016. Sus 25.088 hectáreas son el hogar de especies amenazadas como la cigüeña negra, el águila imperial ibérica y el cangrejo de río autóctono. "El autobús deja a los turistas en el embarcadero y da un rodeo de 100 kilómetros para recorgerlos al otro lado del Tajo", cuenta Ramallete con cierta ironía. "Tampoco es raro encontrar viajeros que llegan en coche hasta la verja y tienen que dar media vuelta porque no pueden pasar".

placeholder Embarcadero del Balcón del Tajo, única actividad turística que funciona en Cedillo. (D. B.)
Embarcadero del Balcón del Tajo, única actividad turística que funciona en Cedillo. (D. B.)

Solo 120 kilómetros separan esta esquina de Extremadura del océano Atlántico. "Vienes de Madrid, haces parada en Cedillo, visitas el parque natural y sigues hacia Lisboa, que estaría a solo dos horas", sueña el alcalde, que confiesa: "Tengo a un empresario que lleva 10 años diciéndome que en cuanto abran un paso a Portugal abre una gasolinera en el pueblo”. Hoy, para repostar combustible hay que recorrer 50 kilómetros hasta Valencia de Alcántara. Los vecinos coinciden: desearían un paso permanente a Portugal, pero muchos ya se han resignado a vivir en un 'culo de saco'.

"Un empresario lleva 10 años diciéndome que en cuanto abran un paso a Portugal, abre una gasolinera en el pueblo", dice el alcalde de Cedillo

Aun así van surgiendo algunas buenas noticias. Como la respuesta del defensor del pueblo, Francisco Fernández Marugán, a una carta de Armando Nevado en la que imploraba ayuda debido al "inaceptable estrangulamiento sentimental y laboral", una “situación injusta, deplorable e inadmisible". Fernández Marugán admitió a trámite la queja e indicó que puesto que el embalse de Cedillo es de titularidad pública, no ha lugar al argumento esgrimido por el Ministerio de Fomento con el que se lava las manos diciendo que "la apertura de la instalación de la Presa de Cedillo (…) es competencia de la propia compañía". Sin duda, un halo de esperanza tras la respuesta que el ministerio dio a Nevado, impulsor de una recogida de firmas en favor de la apertura de la presa, cuando este elevó el asunto en octubre de 2017: "Sobre la solicitud de un puente entre España y Portugal sobre el río Sever, no hay ninguna previsión sobre esta posibilidad dentro del marco de conexiones viarias interfronterizas locales".

placeholder Jesús Martínez (izquierda) junto al portugués J. Manuel Gaia frente a la verja. (D. B.)
Jesús Martínez (izquierda) junto al portugués J. Manuel Gaia frente a la verja. (D. B.)

La actual presidenta de la Diputación de Cáceres, Rocío Cordero, apuesta sin complejos por obligar a Iberdrola a acometer todas las mejoras de seguridad necesarias para habilitar el paso permanente por la presa, o cuanto menos permitir a los ingenieros del Ministerio de Fomento acceder a la instalación para valorar si es o no posible el tránsito diario de vehículos pesados. "No se entiende muy bien que una empresa con una concesión nos diga qué tenemos que hacer", protesta. "Reforzar el puente siempre será más barato que construir un puente nuevo. Pero si se construye, desde la diputación estamos dispuestos a financiar parte de la obra".

placeholder Acceso al embalse de Cedillo con las vallas abiertas. (D. B.)
Acceso al embalse de Cedillo con las vallas abiertas. (D. B.)

Una presa única

Uno de los argumentos que permiten a Iberdrola enrocarse es la peculiar construcción de la presa, que tiene toda su maquinaria en lo alto en lugar de resguardada a pie de agua. El alcalde de Cedillo ofrece una explicación interesante: "La central fue hecha cuando las políticas de 'virado de costas' [política de darse la espalda] de Franco y [el dictador portugués] Salazar. Es la única central que tiene los generadores arriba, en el exterior, cuando todas los tienen dentro. Lo hicieron así precisamente para poder alegar motivos de seguridad y que nunca pasase nadie". "Por eso", continúa, "la solución definitiva es la construcción de un puente independiente. Llevamos muchos años peleándonos con Iberdrola y no hemos logrado nada. No quieren hacerse responsables de cualquier accidente en la presa".

Hace ya tres años que el PSOE vuelve a mandar en la Junta de Extremadura y en la Diputación de Cáceres. También manda el Partido Socialista en Portugal y desde hace seis meses Pedro Sánchez reside en La Moncloa. Pero no se ha avanzado nada. "Es el momento perfecto para encontrar una solución", insiste Marco António, que lleva varios meses presionando a través de varias plataformas en redes sociales. "Las relaciones entre gobiernos son ahora estupendas y hay que hacer entender a la empresa que con su actitud está ahogando toda esta región. Hay que apelar al corazón, a la voluntad de dos pueblos que quieren unirse. Son familias, hijos, nietos, gente que se quiere, que va a fiestas a un lado y al otro, que organiza caminatas a un lado y al otro. El interés general ha de prevalecer siempre".

placeholder Encuentro en Montalvao de amigos portugueses y españoles que viven a ambos lados de la frontera. (D. B.)
Encuentro en Montalvao de amigos portugueses y españoles que viven a ambos lados de la frontera. (D. B.)

Mientras descarga su camión, Ramallete se niega a resignarse. "Hace 40 años la gente pasaba por aquí, había una relación cultural, y ahora no tenemos nada. Los chavales íbamos y veníamos a jugar al fútbol o al baile. Nos recogían en tractor a pie de río y nos llevaban y traían de Portugal. Con la presa, se acabó todo". Martínez, cuyo hogar familiar se encuentra en Montalvao, denuncia "el perjuicio social" de una instalación cuya propaganda en los años sesenta y setenta prometía todo lo contrario. "A cambio de media docena de puestos de trabajo e impuestos para el ayuntamiento estamos sufriendo el aislamiento de los pueblos de esta zona, que nos conduce a la despoblación brutal de la misma. Es un estrangulamiento no solo geográfico sino social, laboral, empresarial, educacional, sanitario y sentimental”.

"Espero no morirme sin ver una conexion permanente entre España y Portugal", suspira el alcalde de Cedillo. La voluntad de los políticos y seis millones de euros decidirán si se cumple o no su deseo.

La última frontera privada de Europa recuerda visualmente un escenario de la Guerra Fría. En lo más hondo de una cordillera de verdes colinas, allí donde los ríos Tajo y Sever se unen, irrumpe una mole de hormigón que actúa como tapón entre España y Portugal. Se trata del embalse de Cedillo, propiedad del Estado español y gestionado por Iberdrola. La empresa se niega a que nadie ajeno a la instalación transite los 300 metros de vía que recorren la central hidroeléctrica y unen ambos lados de la frontera.

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