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Los chalecos amarillos llegan a España: un detenido en Oviedo y apoyo de Hogar Social
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planean cortar carreteras en nuestro país

Los chalecos amarillos llegan a España: un detenido en Oviedo y apoyo de Hogar Social

Melisa Domínguez Ruiz, portavoz de la organización de extrema derecha, acudió este sábado a la concentración en Madrid, pero sus organizadores se desmarcan de "cualquier corriente política"

Foto: Imagen de archivo de Melisa Domínguez, representante de Hogar Social Madrid que este sábado se unió a una de las protestas de los chalecos amarillos. (EFE)
Imagen de archivo de Melisa Domínguez, representante de Hogar Social Madrid que este sábado se unió a una de las protestas de los chalecos amarillos. (EFE)

El movimiento de los chalecos amarillos ha cruzado los Pirineos. Alrededor de una decena de hombres con la cara cubierta y el uniforme de los manifestantes franceses recorrieron la tarde de este sábado las calles del caso antiguo de Oviedo. Fuentes policiales confirman a este diario que el grupo destrozó basuras y mobiliario urbano, insultando a su paso a todo aquel que les recriminaba su actitud. "Se escaparon corriendo tras llegar los agentes y solo pudieron coger a uno, al que trasladaron a comisaría porque se negaba a identificarse. Seguramente se le acuse de desórdenes públicos", explican.

La Policía Nacional de Oviedo asegura a El Confidencial que los alborotadores "no eran extranjeros", lo que implica que el ala más radical del movimiento surgido en Francia ya ha encontrado imitadores en nuestro país. El temor de las fuerzas de seguridad pasa ahora por que este tipo de protestas se extienda a otras ciudades españolas, pues en las últimas semanas se han producido manifestaciones pacíficas de chalecos amarillos en distintos puntos del territorio. A la espera de ver si los radicales toman las riendas del movimiento, la semilla ya está plantada.

Foto: Foto de manifestantes con chalecos amarillos en los Campos Elíseos de París. (EFE)

En el caso de Madrid, fuentes policiales confirman a este diario que "la situación está tranquila", lo que no quita que sigan de cerca su evolución. Tres personas vestidas con chalecos amarillos colgaron a finales de noviembre una pancarta de un puente de la M-30 cuyo mensaje era tajante: "Ya estamos aquí, guerra". Aunque desde entonces no se han producido nuevos altercados en la capital, este mismo sábado alrededor de un centener de simpatizantes se concentró en la plaza de Colón. La manifestación, que no tenía permiso para celebrarse, quedaría en anecdótica si no fuese por una de las personas que decidió sumarse a la misma: Melisa Domínguez Ruiz, portavoz de la asociación de extrema derecha Hogar Social.

Enmarcar el movimiento en una línea ideológica concreta resulta imposible. Los chalecos amarillos nacen como reacción a la nueva subida de impuestos sobre los carburantes anunciada por el Gobierno de Emmanuel Macron para el próximo enero, lo que dio lugar a una primera manifestación el 17 de noviembre bajo la consigna de bloquear el mayor número de carreteras posible. Sus seguidores sostienen que no tienen líderes ni sesgo político, lo que ha permitido que se extienda a otros países como Alemania, Bélgica o España, donde ahora queda la incógnita de si será aprovechado por alguna corriente ideológica. Por el momento, las principales páginas de Facebook que se presentan como impulsoras del movimiento al sur de los Pirineos ya se acusan la una a la otra de ser de "extrema izquierda" y de "extrema derecha" respectivamente.

En el caso de nuestro país, la mayoría de convocatorias del pasado fin de semana se gestionaron a través de un canal de Facebook llamado 'Chalecos amarillos España'. El grupo, que fue creado a finales de noviembre, cuenta ya con más de 11.000 seguidores y ha protagonizado acciones como la de la pancarta colgada en la M-30. "Este es el principio y a partir de ahora tendremos presencia en acciones continuadas y cada vez más contundentes hasta que tomen medidas en beneficio del pueblo, y no en beneficio de políticos, banqueros y grandes empresas", advierten a la hora de compartir el vídeo colgando la pancarta, una grabación en la que incluyen además imágenes de los altercados en Francia.

Detrás de este canal se encuentra Javier, un taxista que explica a El Confidencial que su intención no es otra que la de denunciar "la necesidad que tiene España de que la gente despierte". El impulsor del grupo insiste en que son "totalmente independientes" de cualquier corriente política, enmarcando para ello la participación de Melisa Domínguez Ruiz en una de sus marchas en que "no piden carnés a todos los que vienen". "Yo sé que [miembros de Hogar Social] han compartido nuestras publicaciones y que el sábado había un grupo con esas ideas, pero nosotros tenemos claro que el movimiento tiene que ser totalmente apolítico".

En lo que se refiere a los altercados ocurridos en Oviedo este fin de semana, Javier afirma que se trata de "un grupo de extrema izquierda" que no persigue más objetivo que el de "reventar el movimiento". Según asegura, su grupo se está centrando ahora en concertar "reuniones con asociaciones del sector del trasporte" para "empezar desde cero", recuperando así "el punto fuerte de luchar contra la subida del combustible". A falta de que organicen nuevas concentraciones, Javier reconoce a este diario que una de las posibilidades que barajan para las próximas semanas es la de bloquear carreteras.

El impulsor de la página niega en todo momento relación alguna con la extrema derecha, pero desde un segundo canal de Facebook que se creó más tarde y también se hace llamar 'Chalecos amarillos de España' aseguran lo contrario. "No apoyamos ninguna movilización programada para este fin de semana. Otra página con menos seguidores ha robado nuestro logo y nuestro nombre para difundir una serie de concentraciones promovidas desde organizaciones de extrema derecha, falangistas y neonazis", denunciaban el pasado viernes en Facebook, donde cuentan con 25.000 seguidores. Aunque El Confidencial se ha puesto también en contacto con los impulsores de esta página para preguntarles sobre las últimas protestas en nuestro país, sus responsables se han desvinculado de las mismas y han señalado que todavía no han "elegido portavoces para hablar con medios".

Las acusaciones de "extrema izquierda" y "extrema derecha" comienzan así a monopolizar el desembarco de los chalecos amarillos en España... Y no hace ni tres semanas que cruzaron la frontera.

El movimiento de los chalecos amarillos ha cruzado los Pirineos. Alrededor de una decena de hombres con la cara cubierta y el uniforme de los manifestantes franceses recorrieron la tarde de este sábado las calles del caso antiguo de Oviedo. Fuentes policiales confirman a este diario que el grupo destrozó basuras y mobiliario urbano, insultando a su paso a todo aquel que les recriminaba su actitud. "Se escaparon corriendo tras llegar los agentes y solo pudieron coger a uno, al que trasladaron a comisaría porque se negaba a identificarse. Seguramente se le acuse de desórdenes públicos", explican.

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