Los partidos asumen que no renovarán el CSN en plazo tras el fiasco del Poder Judicial

La renovación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) está en vía muerta. El mandato del presidente del CSN y de otro consejero vencen a final de mes y otros dos consejeros lo hacen en febrero. El acuerdo político ni ha empezado a moverse, por lo que el sector da por hecho que Fernando Martí renovará su puesto, pese al mandato parlamentario para que "en ningún caso" siguiera en el cargo. En 2020 comienzan las ampliaciones de vida de las grandes nucleares y el puesto será clave en una batalla jurídica y económica de miles de millones.

En diciembre de 2012, el Gobierno de Rajoy usó su mayoría absoluta para designar presidente del CSN a Fernando Martí Scharfhausen, hasta entonces secretario de Estado de Energía. Es un cargo con rango de ministro y blindado para seis años. Una vez nombrado rinde cuentas al Congreso y el Gobierno no lo puede destituir. El consejo tiene otros cuatro consejeros que no tienen dependencia jerárquica del presidente. Los nombres de los consejeros los propone el Gobierno, pero tienen que ser aprobados por el Congreso. Con Martí entró Narbona y, por un fallo de procedimiento, otros dos consejeros fueron nombrados en febrero de 2013.

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Rafael Méndez

Los nombramientos son para seis años y actualmente hay tres propuestos por el PP y dos por el PSOE. La ley establece que estos puestos "serán designados entre personas de conocida solvencia en las materias encomendadas al Consejo, como las especialidades de seguridad nuclear, tecnología, protección radiológica y del medio ambiente, medicina, legislación o cualquier otra conexa con las anteriores, así como en energía en general o seguridad industrial, valorándose especialmente su independencia y objetividad de criterio". Aunque ha habido muchos ingenieros y expertos, también han entrado por esa puerta exdiputados y exministros con un perfil eminentemente político.

Desde hace dos meses, todo el sector eléctrico está pendiente de la renovación. Los partidos deben proponer a los consejeros y después aprobarlos el Consejo de Ministros para ir entonces a la comisión de Transición Ecológica del Congreso. El mandato de Martí vence el 28 de diciembre, por lo que, salvo improbable arreón de última hora, es imposible que llegue en plazo. Y eso que el PSOE votó en junio a favor de que no pudiera prorrogar su mandato de ninguna manera.

El PSOE cree que lo lógico es ir a un reparto con dos consejeros del PSOE, dos del PP y uno de Podemos. Tradicionalmente, ese era el reparto en el CSN

El fiasco de la renovación del Poder Judicial y la precaria situación política juegan en contra del acuerdo. Ni siquiera hay consenso sobre cómo se deberían repartir los consejeros. El PSOE considera que lo lógico es ir a un reparto con dos consejeros del PSOE, dos del PP y uno de Podemos. Tradicionalmente, ese era el reparto en el CSN, aunque el árbitro era CiU. En 2012, con la deriva independentista, el Gobierno del PP impuso su mayoría y quedaron tres para el PP y dos para el PSOE.

Pero el PP y las eléctricas se oponen a que Podemos tenga la llave. El CSN tiene que comenzar a evaluar la renovación de las mayores nucleares, como Almaraz. Hasta ahora han cerrado dos reactores, Zorita y Garoña, pero son de potencia mucho menor que los que tocan ahora. El informe del CSN es vinculante si es negativo a la prórroga, pero si no lo es el Gobierno puede decidir. Así al menos lo hizo con Garoña y la Justicia le dio la razón.

El sector da por hecho que la renovación, si se produce, será en febrero, cuando vencen los mandatos de dos de los consejeros y cuando uno de ellos, Jorge Fabra, tiene que dejar el cargo por cumplir 70 años. Si entonces no hay acuerdo parlamentario, Martí y tres consejeros más seguirían en su puesto. La incertidumbre está garantizada.