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Investigan si el pistolero de Atocha recibió "ayuda externa" tras fugarse de España
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condenado a 193 años de prisión

Investigan si el pistolero de Atocha recibió "ayuda externa" tras fugarse de España

Carlos García Juliá, autor material de la matanza de Atocha, fue detenido este miércoles en Brasil tras 24 años de huida. La Fiscalía pedirá su extradición

Foto: Carlos García Juliá, autor material de la matanza de Atocha. (Foto: EC)
Carlos García Juliá, autor material de la matanza de Atocha. (Foto: EC)

La noche del 24 de enero de 1977, los ultras de extrema derecha Carlos García Juliá y José Fernández Cerrá entraron pistola en mano en el número 55 de la calle de Atocha en busca del dirigente comunista Joaquín Navarro. El sindicalista había salido poco antes del trabajo y no se encontraba ya en el edificio, pero los pistoleros vaciaron igualmente sus cargadores contra todo aquel que se cruzaron a su paso. En cuestión de minutos, ambos asesinaron a sangre fría a tres abogados penalistas, un estudiante de Derecho y un administrativo, dejando así un reguero de sangre que hizo que los cimientos de la Transición se tambalearan.

García Juliá y Fernández Cerrá fueron condenados en 1980 a 193 años de prisión por el crimen, pero en 1991 al primero se le concedió la libertad condicional y en 1994 consiguió autorización judicial para salir de España por una oferta de trabajo en Paraguay. Después de abandonar el país, el asesino ignoró los requerimientos judiciales, pasando así a ocupar un puesto en la lista de fugitivos nacionales.

Según informan a El Confidencial fuentes policiales, García Juliá se escondió para ello en distintos países de Sudamérica y finalmente acabó en Brasil. Tras su detención el pasado miércoles en Sao Paulo, el propio pistolero ha asegurado a los agentes que en los últimos años ha trabajado como conductor de Uber con una identidad falsa de Venezuela, para lo que se hacía llamar Genaro Antonio Materan Flores. De todos modos, fuentes cercanas a la investigación insisten en que las pesquisas se centran ahora en averiguar si recibió "algún tipo de ayuda externa" desde que abandonó España en 1994, pues este empleo solo explicaría sus últimos años de huida.

Las autoridades españolas son conscientes en este sentido de que el fugitivo fue condenado en 1996 en Bolivia por tráfico de drogas y encarcelado en el penal de alta seguridad de Palmasola, pero su rastro volió a perderse tras salir de prisión en torno al año 2001. Fuentes de la Policía Nacional apuntan ahora a que García Juliá buscó entonces cobijo en Chile, Argentina, Venezuela y Brasil, por donde se movía con documentación a nombre de terceras personas.

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Conforme pasaron los años, el fugitivo se sintió cada vez más seguro y llegó incluso tomar vuelos para desplazarse por estos territorios, pero la investigación dio un vuelco en 2017, cuando se emitió una orden internacional de detención que permitió intensificar las labores de búsqueda. Una de las pistas que comenzó a coger fuerza a partir de ese momento fue la de que el pistolero se estuviese escondiendo en Sao Paulo con la identidad de un ciudadano venezolano, línea de investigación que permitió que la Policía Federal de Brasil detectara a García Juliá en dicha ciudad hace alrededor de un mes.

Tras su detención este miércoles, agentes de la Policía Nacional se encuentran ahora en Sao Paulo trabajando junto a sus homólogos brasileños. Fuentes judiciales apuntan además a que la Fiscalía va a pedir a la Audiencia Nacional que solicite su extradición al considerar que los delitos no han prescrito, pues todavía no han pasado 30 años desde su fuga. En el caso de que García Juliá sea finalmente entregado a España, las fuentes consultadas apuntan a que podría pasar alrededor de diez años más entre rejas.

Un atentado de extrema derecha

La matanza de Atocha fue un atentado de la extrema derecha cometido en los estertores del franquismo por un grupo "activista e ideológico" que rechazaba "el cambio institucional que se estaba produciendo en España", sostiene la correspondiente sentencia. Cuatro de los integrantes del comando de ultraderecha, Francisco Albadalejo, José Fernández Cerrá, Leocadio Jiménez Caravaca y Carlos García Juliá, fueron condenados a penas de entre 73 y 193 años.

[Cronología y juicio por la matanza de Atocha]

De todos modos, el hombre que acompaño a Fernández Cerrá y García Juliá la noche de la matanza, Fernando Lerdo de Tejada, nunca llegó a sentarse en el banquillo. Armado con una pistola, su papel en el crimen fue el de hacer guardia en la puerta del despacho mientras sus dos compañeros asesinaban en el interior a cinco personas, pero en 1979 consiguió huir de España gracias a un permiso concedido cuando estaba en prisión preventiva en el penal de Ciudad Real.

La noche del 24 de enero de 1977, los ultras de extrema derecha Carlos García Juliá y José Fernández Cerrá entraron pistola en mano en el número 55 de la calle de Atocha en busca del dirigente comunista Joaquín Navarro. El sindicalista había salido poco antes del trabajo y no se encontraba ya en el edificio, pero los pistoleros vaciaron igualmente sus cargadores contra todo aquel que se cruzaron a su paso. En cuestión de minutos, ambos asesinaron a sangre fría a tres abogados penalistas, un estudiante de Derecho y un administrativo, dejando así un reguero de sangre que hizo que los cimientos de la Transición se tambalearan.

Audiencia Nacional Brasil