De mansiones a oficinas: los 419 edificios que España alquila en todo el mundo

Cada año, España gasta cerca de 45 millones de euros en alquilar 419 edificios por todo el mundo. Prácticamente lo mismo que costó el Consejo General del Poder Judicial en 2017 o lo que invierte el Servicio de Salud de Baleares en su sanidad. Casi un euro por español dedicado sobre todo al uso de embajadas, pero también a las viviendas de los cancilleres, oficinas económicas o los arrendamientos del Instituto Cervantes para llevar el español hasta Orán (Argelia) o Recife (Brasil).

España cuenta con 378 edificios en propiedad en el extranjero, pero alquila más inmuebles todavía para llevar a cabo la mayor parte de sus actividades diplomáticas. Y en unos países invierte más en expandir su presencia que en otros. La joya de la corona se la lleva Estados Unidos, con 3,4 millones al año repartidos en una treintena de edificios, seguido de Rusia, con cuatro edificios en los que se gastan 2,6 millones al año. En Albania, por el contrario, el Estado solo destina 18.150 euros en la cancillería y la residencia del embajador, esta última de 386 metros cuadrados, por las que paga al año 4.350 euros.

5,8 millones en 55 residencias

La austeridad de vivir en Tirana, la capital albanesa, contrasta con lo que cuesta al erario público la casa del embajador español en Moscú, la más cara de las 55 residencias en alquiler que España paga por el mundo. Casi 33.000 euros al mes por una vivienda de más de 1.000 metros cuadrados. Con ese espacio puede incluso acoger a turistas extraviados, como ocurrió en 1984 cuando el entonces embajador, José Luis Xifra de Ocerín, tuvo que dar techo a 52 españoles que se quedaron colgados en la ciudad en medio de una gira por la URSS y que acabaron durmiendo en sofás o a ras del suelo.

España destina cada año 5,8 millones de euros en pagar el alquiler a los diplomáticos españoles

Moscú posee también el consulado más caro de toda la cartera de Exteriores, por el que se pagan 148.000 euros al mes, casi cuatro veces más que el consulado de Nueva York. Es tan desproporcionado comparado con el resto de embajadas que Ciudadanos pidió explicaciones en 2017 al entonces Gobierno del Partido Popular. Exteriores alegó que el centro daba cabida a 100 trabajadores y que el gasto salía rentable teniendo en cuenta los ingresos que genera el consulado, que emite 4.000 visados diarios. Además, reconocieron que se había llegado a pagar el doble por el mismo edificio.

En total, España destina cada año 5,8 millones de euros en pagar el alquiler a los diplomáticos españoles, a pesar de que en algunos países el Estado tenga edificios en propiedad. En algunos casos, como el de Londres, el alquiler de la residencia incluye también el de la embajada, por lo que se ha omitido en el 'ranking' de viviendas consulares.

Más allá de las cancillerías: el Cervantes

Después del consulado ruso, el segundo edificio más caro del listado que ha facilitado el Gobierno, tras una pregunta del senador Jon Iñarritu (EH Bildu), se encuentra en Japón, concretamente en Tokio, donde está la sede del Instituto Cervantes más grande del mundo. Un edificio de 2.488 metros cuadrados con siete plantas y tres sótanos que le cuesta a España 1,6 millones de euros. Que los japoneses aprendan español y los expatriados españoles tengan un lugar de encuentro sale a 643 euros el metro cuadrado.

Con los recortes, el Gobierno del PP puso en venta una docena de edificios en propiedad

Solo los centros del Instituto Cervantes se llevan una quinta parte de todo el gasto en alquiler, con más de nueve millones al año. La razón es que en 2013, en medio de la crisis, la institución puso en venta muchos de sus edificios, como las sedes en Bruselas, Tel Aviv o algunas partes de las de Varsovia o Sao Paulo, para obtener liquidez. El entonces director del Cervantes, García de la Concha, alegó que “los hombres son mucho más interesantes que las piedras". Así, es la institución que más dinero gasta en rentas, después de la Dirección General del Exterior (que aúna embajadas y residencias).

El caso de la cancillería y residencia del embajador en Kabul (Afganistán) fue más dramático. No se pusieron a la venta, sino que un ataque terrorista derribó el edificio en 2015 y desde entonces el Estado alquila una vivienda para el embajador en la Zona Verde de Kabul que cuesta 180.000 euros al año, mientras que la nueva embajada duplica el coste, hasta los 278.000 euros. Su elevado precio para un país en guerra se debe a que cuenta con muros de hormigón de seis metros, portones blindados y tres cuartos seguros en el interior.

En Yemen, también en guerra, se siguen gastando al año 19.200 euros en el alquiler de un edificio de 250 metros cuadrados en Saná, la capital, a pesar de que la violencia obligó a abandonar la embajada y evacuar a los diplomáticos en 2015. Debido a lo que ocurrió con estas dos sedes, el partido de Albert Rivera presentó en 2017 una iniciativa que proponía optar por el alquiler en lugar de la compraventa en países peligrosos, precisamente para tener más flexibilidad de mudanza o evacuación a zonas más seguras.

Según explicaba Europa Press a principios de este año, el Gobierno popular consiguió vender 14 edificios propiedad del Estado en el exterior desde que empezaron los recortes, con los que consiguió recaudar 15 millones de euros. Otras veces se opta por el alquiler para mejorar la ubicación de las oficinas diplomáticas, como en el caso de la embajada londinense, ubicada en el centro y que tiene el precio por metro cuadrado más caro de la lista: 2.519 euros al año.

Metodología

Este periódico ha analizado la base de datos facilitada por el Gobierno al senador Jon Iñarritu (EH Bildu) en la que figuran el precio, metros cuadrados, ciudad, país y ministerio de cada inmueble alquilado en el exterior.

Esta base de datos se ha cruzado con otra respuesta anterior en la que figuraban los bienes alquilados en el extranjero y la delegación a la que pertenecían, pero no el precio. El objetivo era saber exactamente qué uso se estaba dando a cada alquiler. 

 

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