Casado se apunta el revés de la UE a la política y los planes económicos de Sánchez

El varapalo de la Comisión Europea a la política económica y los planes presupuestarios del Gobierno de Pedro Sánchez (por el aumento del déficit y el freno al crecimiento) han servido a Pablo Casado para entonar un “ya lo decía yo” y responder a la acusación de falta de lealtad lanzada por el actual inquilino de La Moncloa.

“Mis previsiones se han cumplido", "no se han creído unos Presupuestos que no cumplían ni con el requisito de estar en la Cámara” y “cumplía con mi obligación de denunciar unas medidas que son una amenaza para España”. En esos términos se expresó el presidente del PP en el congreso que agrupa a los partidos del centro derecha europeo celebrado en Helsinki.

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Después de participar en el foro del PPE junto con Angela Merkel y apoyar con los votos del PP el relevo de Jean-Claude Juncker por el alemán Manfred Weber para las próximas elecciones europeas, Casado se apuntó a los dos éxitos: el de la elección del aspirante de la CSU frente al finlandés Alexander Sttub y el de la descalificación de Bruselas a las previsiones y propósitos económicos de Sánchez.

El sucesor de Rajoy, después de lucirse en su estreno ante la gran familia de los partidos populares europeos como joven figura en ciernes, destacó la contribución de la delegación española en el éxito de Weber, lanzado desde Helsinki para ser el próximo presidente de la Comisión Europea. La promoción del actual presidente de grupo popular europeo supone el ascenso del vicepresidente primero, Esteban González Pons, a jefe en funciones de todo el grupo. Además, Stubb no contaba precisamente con la simpatía de la delegación española por haber jugado en contra de Luis de Guindos para evitar que hiciera carrera en el Eurogrupo.

Casado presumió de amistad personal, y también de las buenas relaciones de los eurodiputados españoles con Weber, para presentar su elección como un primer paso para aumentar el peso del PP en las instituciones europeas.

Casado insistió en que los avisos de la Bruselas a Sánchez son los mismos que él había defendido por “lealtad a los españoles”. Considera que las principales medidas pactadas por el dirigente socialista con Podemos en materia de gasto y subidas de impuestos pondrían las bases para meter a España en una nueva recesión económica.

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Casado cifró en 80.000 puestos de trabajo el empleo que se podría perder por la subida del salario mínimo que pretende aplicar el Gobierno socialista, por encima del ya pactado por el anterior Ejecutivo con los sindicatos y los empresarios.