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Sánchez se estrena en 12-O como se fue Zapatero: con abucheos y gritos de 'okupa'
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Sánchez se estrena en 12-O como se fue Zapatero: con abucheos y gritos de 'okupa'

El presidente del Gobierno aguantó el chaparrón con un amago de saludo general que tuvo que dejar para otra ocasión, una vez escuchados los gritos

Foto:  El rey Felipe, junto sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, se dispone a saludar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
El rey Felipe, junto sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, se dispone a saludar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)

Pedro Sánchez se estrenó como presidente del Gobierno en el desfile de la Fiesta Nacional de la misma manera que se despidió José Luis Rodríguez Zapatero al final de su mandato: entre abucheos del público y con gritos de "fuera, fuera". Si al anterior presidente socialista el público le pedía la dimisión, a Sánchez le reclamaban elecciones. La novedad principal fue el apelativo que más se escuchó en el acto: "Okupa".

La especial disposición de las tribunas de invitados y autoridades para alejar a estas últimas del público que desbordaba las aceras del Paseo de la Castellana no evitaron los gritos de rechazo al jefe del Ejecutivo, que llegó al poder con los votos de Podemos, los independentistas catalanes y Bildu. En cuanto el coche oficial de Sánchez fue descubierto en la entrada de la plaza de Lima, algunos ciudadanos situados en primera fila empezaron a silbar, a llamarle "okupa" y a pedir "elecciones ya".

Los gritos casi educados en el extremo de la tribuna de invitados se multiplicaron hasta el estruendo al final del acto en la esquina contraria, al percatarse los espectadores de esa zona del movimiento de Sánchez y sus ministros al bajar de la tribuna. No podían casi verlo, pero se dieron cuenta igualmente porque era el final y se movían los coches oficiales. Begoña López, la esposa del presidente del Gobierno, se saltó esta vez el acto oficial.

El dispositivo "antiabucheos" del acto organizado por el Ministerio de Defensa tampoco permitió al Rey estar cerca del público de 'a pie'. Pero en su caso, los pocos asistentes que supieron de su llegada respondieron con aplausos y dieron vivas a Don Felipe y a España.

Sánchez aguantó el chaparrón con un amago de saludo general que tuvo que dejar para otra ocasión, una vez escuchados los gritos. Luego se reunió en un corrillo con los políticos y militares que ya estaban esperando al Rey: la ministra de Defensa, Margarita Robles; el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido; la alcaldesa, Manuela Carmena y el jefe de Estado Mayor de la Defensa, el general de Ejército, Fernando Alejandre.

Algunas ausencias

A la cita del desfile faltaron los dirigentes políticos habituales, en este caso los jefes y máximos representantes institucionales de los partidos que llevaron a Sánchez a La Moncloa: Pablo Iglesias (Podemos) y los presidentes autonómicos de Cataluña, el País Vasco y Navarra (Torra, Urkullu y Barkos, respectivamente).

Los abucheos a Sánchez no deslucieron la solemnidad de acto como llegó a ocurrir en su día con Zapatero, allá por 2010. Ni el momento de la oración por los caídos, ni el himno, ni el homenaje a la bandera que los paracaidistas bajaron en perfecto planeo hasta el asfalto del Paseo de la Castellana. Tampoco la única pasada que pudo efectuar la Patrulla Águila para dibujar en el cielo de Madrid, y a muy baja altura, los colores de la enseña nacional.

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Álbum | Las mejores imágenes de la Fiesta Nacional

Los miles de madrileños y visitantes de la ciudad que aguantaron los aguaceros intermitentes de la mañana se volcaron con los 4.000 militares que desfilaron en la gran avenida. Las nubes bajas impidieron que aviones y helicópteros salieran de sus bases, y la parada se tuvo que limitaran a la participación de las unidades terrestres.

Como suele ocurrir en el acto, la Guardia Civil y la Legión se llevaron los mayores aplausos aunque esta vez, como novedad, la Unidad Militar de Emergencias también estuvo entre las favoritas del público. La inmediata actuación y vigente despliegue de la UME en Mallorca no podía poner de más actualidad su labor frente a las catástrofes naturales.

Pedro Sánchez se estrenó como presidente del Gobierno en el desfile de la Fiesta Nacional de la misma manera que se despidió José Luis Rodríguez Zapatero al final de su mandato: entre abucheos del público y con gritos de "fuera, fuera". Si al anterior presidente socialista el público le pedía la dimisión, a Sánchez le reclamaban elecciones. La novedad principal fue el apelativo que más se escuchó en el acto: "Okupa".

Pedro Sánchez Rey Felipe VI
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