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La ministra Delgado, triple 'víctima': de Villarejo, la "extrema derecha" y el machismo
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no dio explicación del contenido de los audios

La ministra Delgado, triple 'víctima': de Villarejo, la "extrema derecha" y el machismo

Acusa al PP de usar las grabaciones con ánimo extorsionador tras alimentar la cloaca de la que salió "el delincuente" Villarejo

Foto: La ministra de Justicia, Dolores Delgado, comparece en la comisión de Justicia del Congreso. (EFE)
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, comparece en la comisión de Justicia del Congreso. (EFE)

Los cambios de versión sobre su relación con Villarejo. La extorsión del comisario a través de prostitutas. Los jueces y fiscales que "estuvieron con menores en Colombia". La preferencia por tribunales de "tíos". El 'maricón' dedicado a su compañero en el Ejecutivo. La ministra de Justicia, Dolores Delgado, liquidó este miércoles la polémica que arrastraba desde hace dos semanas por sus comentarios en una comida grabada por el policía retirado en 2009, difundidos por 'moncloa.com', de un plumazo y con un único argumento. Sin bajar en ningún momento al barro de las explicaciones, se cerró en banda atrincherada en un único argumento: es la víctima de un chantaje al Estado. Un chantaje triple por ser ministra, por ser mujer y por el uso "extorsionador" que de este almuerzo están haciendo "la derecha, la extrema derecha y la extrema extrema derecha".

Quien esperara de estas tres horas en la comisión de Justicia detalles de algún tipo se quedó con las ganas. No comenta los audios, dijo, porque los grabó un Villarejo acusado de múltiples delitos que es "un delincuente" y pretende obtener un trato de favor y salir de la cárcel. Son, por ello, ilícitos y no merecen ni su atención ni la de nadie. Salió ilesa del encuentro con el resto de partidos, aliados y oponentes, que tampoco abundaron casi en ningún momento en reclamar detalle, dato o aclaración sobre ninguno de estos extremos, con la honrosa excepción de Ignacio Prendes, de Ciudadanos, que se quedó solo con preguntas sobre la última reunión que reconoce con el policía retirado, de hace 15 meses y no nueve años, o sus deseos de dimitir no satisfechos por Pedro Sánchez.

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La ministra se parapetó y recibió pocos proyectiles. El PP, quizás indignado por las acusaciones en su contra —más que defensa, la comparecencia fue un ataque—, no logró sacarla del plan previsto. Tampoco la crítica, generalizada pero tirando a templada, de todos los grupos parlamentarios con la excepción del suyo propio. La 'cloaca' es sucia y nadie quiso mancharse. Se fue del Congreso pasadas las nueve de la noche y la mayor polémica que desató su intervención fue la utilización de la cuenta oficial del Ministerio de Justicia en Twitter para un uso partidista. Sus acusaciones al PP de que alimentó a la fiera ante la que ahora se escandaliza, a través, por ejemplo, del exministro Jorge Fernández Díaz, se vertieron textualmente en la red levantando la indignación de jueces y fiscales.

Uno de los mensajes en que se reflejaban sus palabras textuales ("la derecha trata de aprovechar este chantaje con el único fin de evitar que este Gobierno siga avanzando en una agenda de regeneración democrática, de transparencia y de cohesión social y territorial") provocó comentarios irónicos del tipo "tuit neutral", "hooliganismo' partidista" o "que alguien le quite la cuenta".

Foto: La ministra de Justicia, Dolores Delgado. (EFE)

Sobre Villarejo, en la línea anterior, poco o ningún detalle. Ni mantuvo con él relación profesional ni es su amigo. A diferencia de "la derecha, la extrema derecha y la extrema extrema derecha", que después de haber alimentado esa cloaca "se atreven" a usar contra ella las actividades que ellos mismos "fomentaron y aplaudieron sin rubor alguno", ha dicho. No va a aceptar "amenazas ni de las cloacas ni de aquellos que les hacen el juego sucio sirviéndose de su actuación ilegal y llevándola a la política y al Parlamento", insistió. La frase feliz resonó en la comisión hasta en ocho ocasiones.

Machismo

Cuando ya había quedado claro que la ministra se ve como una víctima, llegó la alusión a comportamientos machistas. Todo esto es "solo un intento más de desacreditar la carrera de una mujer" que lo ha conseguido todo por sí misma "con mucho esfuerzo, trabajo y sin tener a ningún hombre detrás". "He tenido que soportar que se afirme que soy la marioneta de alguien", agregó en clara referencia al juez inhabilitado Baltasar Garzón. "Por cierto, cosas que dudo mucho que se hubieran atrevido a hacer si el titular del ministerio fuera un hombre", ha apostillado.

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Respecto a las acusaciones de que mintió al detallar su relación con Villarejo, ha indicado que no ha mentido. "Acudí a una comida con los máximos responsables policiales de la lucha antiterrorista con los que sí trabajaba cotidianamente, invitada por un compañero de la Audiencia Nacional", agregó, olvidando por el camino que un par de ellos están imputados en la actualidad. Para acabar, dejó claro que las explicaciones que pidió voluntariamente dar ni están ni se las espera: no entrará a concretar nada de lo que dijo en esas grabaciones. Tampoco lo haría "con ninguna grabación ilícita que afectase a cualquier otra persona".

Foto: La ministra de Justicia, Dolores Delgado. (EFE)

Los grupos no lograron sacarla de este abc. La diputada popular María Jesús Moro mostró una profunda indignación por esta "proclama intolerable" y las "palabras sectarias", y pidió incluso el cese del 'community manager' del ministerio. Se oyeron referencias a su mentira "evidente" y a los cambios de versión. Podemos dio la vuelta al argumento del chantaje para avisar de que "el chantajeado no siempre es víctima e inocente", que a veces lo es "porque ha cometido alguna infracción", y pidió al Gobierno garantías de estar en condiciones de plantear que no va a haber consecuencias y que por estas revelaciones se pague algún precio que tenga que ver con la corrupción. Tampoco el PNV, Bildu o ERC se han mostrado muy convencidos con el discurso y han señalado la complicidad que mostraba en ese almuerzo.

En su segundo 'round', la ministra volvió a destacar que esos audios están "manipulados" y habló de informaciones "falsas". Contradijo una primera alusión a comportamientos mafiosos de los "extorsionadores" para decir que en aquella comida "no había ninguna mafia" sino altos cargos policiales. En una útima pirueta, sacó a relucir, justo al final, maniobras del PP para influir a los jueces de Gürtel que no aclaró.

Los cambios de versión sobre su relación con Villarejo. La extorsión del comisario a través de prostitutas. Los jueces y fiscales que "estuvieron con menores en Colombia". La preferencia por tribunales de "tíos". El 'maricón' dedicado a su compañero en el Ejecutivo. La ministra de Justicia, Dolores Delgado, liquidó este miércoles la polémica que arrastraba desde hace dos semanas por sus comentarios en una comida grabada por el policía retirado en 2009, difundidos por 'moncloa.com', de un plumazo y con un único argumento. Sin bajar en ningún momento al barro de las explicaciones, se cerró en banda atrincherada en un único argumento: es la víctima de un chantaje al Estado. Un chantaje triple por ser ministra, por ser mujer y por el uso "extorsionador" que de este almuerzo están haciendo "la derecha, la extrema derecha y la extrema extrema derecha".

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