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Han sido "horas jodidas" y de "rabia": el Gobierno intenta sobrevivir a su peor semana
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con la tesis de sánchez y la dimisIÓN DE MONTÓN

Han sido "horas jodidas" y de "rabia": el Gobierno intenta sobrevivir a su peor semana

En el PSOE admiten que lo han pasado "mal" en estos cuatro días negros para el presidente, y acusan a PP y Cs de bajar "al barro" para desgastarle. "Que se preparen", responden, ahora ya aliviados

Foto: Pedro Sánchez sale a recibir al presidente de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, este 13 de septiembre en La Moncloa. (Reuters)
Pedro Sánchez sale a recibir al presidente de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, este 13 de septiembre en La Moncloa. (Reuters)

"Pues claro que lo hemos pasado mal". Han sido días de "estrés generalizado", "horas jodidas", "duras", de "mucha intensidad", de "mucho trabajo", de "indignación", hasta de "rabia". Términos que se escuchaban en diversas esquinas del PSOE para describir una semana de vértigo. El presidente del Gobierno ha encadenado cuatro jornadas muy difíciles en sus poco más de 100 días en el poder. Desde la dimisión de Carmen Montón, barrida por la polémica de su máster, hasta las acusaciones de "plagio" de su tesis, que leyó en 2012. La semana más áspera y cuesta arriba en La Moncloa para Pedro Sánchez. Un huracán político muy complicado de gestionar —y gestionado, de hecho, de modo discutible, incluso para el PSOE— cuyo corolario, al menos por ahora, ha sido la publicación en la web de su trabajo doctoral. El Ejecutivo espera que ahora amaine la tempestad, que las cosas se estabilicen en los próximos días, aunque sin saber exactamente si de manera inminente tendrá que afrontar otra avería, y seria. En la cúpula del partido, la irritación también es mayúscula, y seguirán al ataque contra PP y Ciudadanos, las "derechas" que han iniciado, a juicio del presidente, una "campaña de desprestigio" contra él. "Que se preparen", dicen en la cúspide del partido.

"Tenemos la sensación de que la situación se ha reconducido. Nunca hay que dar ninguna crisis por superada, y es mejor guiarse por la prudencia, pero sí estamos satisfechos por la forma en que se ha solventado este último episodio", describían desde el Gobierno, con mucha cautela. La sensación de alivio es si cabe mayor en el PSOE, que ha vivido con cierto desgarro la presión de los últimos días, en los que se han visibilizado las diferencias de criterio respecto a cómo conducir la crisis de la ya exministra de Sanidad. El ambiente se ha tornado algo más optimista: se siente que se ha desactivado una bomba que podía erosionar más aún al presidente.

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado. (EFE)

El último capítulo de una semana de terrible impacto para el Ejecutivo se produjo a cuenta de la tesis de Sánchez, la que defendió en 2012 en la Universidad Camilo José Cela (UCJC), titulada 'Innovaciones en la diplomacia económica española. Análisis del sector público (2000-2012)', y a la que un tribunal bastante inexperto otorgó la máxima calificación, sobresaliente 'cum laude'. Albert Rivera, de forma inesperada, porque para nada estaba previsto que en la sesión de control del miércoles en el Congreso preguntara sobre ello, sacó a relucir el trabajo del líder socialista, deslizando la posibilidad de que fuera un "plagio". Todo el debate comenzó a girar en torno a la tesis, que se podía consultar en la biblioteca de la UCJC, pero no fotocopiar ni reproducir. El jueves, dos medios lanzaban esa acusación. "Plagio".

En el Ejecutivo creen que la situación se ha reconducido y están satisfechos con la respuesta, aunque se dejan guiar por la cautela


Sánchez primero desmintió esas informaciones —son "rotundamente falsas"— y advirtió de que, de no rectificarse, emprendería acciones legales. Y después anunció, a través de su vicepresidenta, Carmen Calvo, y con un 'post' en Facebook, que la tesis se publicaría "en su integridad" a través de la web, para que no hubiera duda ninguna y cortar de raíz los ataques contra él. Para entonces, Ciudadanos había adelantado que pedía la comparecencia del presidente en el pleno del Congreso, solicitud a la que se sumó el PP, pese a que su líder, Pablo Casado, puede ser imputado en el caso de su máster por el Tribunal Supremo.

Foto: Pedro Sánchez, con su vicepresidenta, Carmen Calvo, el 12 de septiembre en el Congreso. (EFE)

Indignación en el pleno

El presidente ya respondió con patente malestar a la pregunta de Rivera. No se esperaba el golpe bajo, y así lo delataban sus aspavientos cuando el micro se le apagó, al acabársele el corto tiempo disponible en la sesión de control para replicar al líder de Cs. El dirigente naranja acaparó los titulares, eclipsó a Casado en su debut y enrabietó al PSOE. Indignación que creció en la mañana del jueves, cuando la formación reclamó la comparecencia de Sánchez en el pleno.

En el PSOE dicen que han constatado "con crudeza" la actitud de "las derechas", y sobre todo de Cs. "La sensación es de que no vale todo", de "guerra sucia"

La actitud del partido de Rivera se ha convertido en una especie de vacuna para el PSOE. "Esto ha servido también para constatar con crudeza cómo son las derechas. Cs venía con el halo de la nueva política y demás... y hemos comprobado que son unos barriobajeros y unos mentirosos. Hay una derecha que va a por todas, que no respeta nada y a la que no le importa bajarse al barro. También hemos visto cómo el PP no se siente cómodo en este registro, pero se ve arrastrado por su lucha con Ciudadanos. La sensación generalizada que tenemos es que no vale todo en política", confiesan fuentes socialistas, muy molestas con la "guerra sucia" de populares y naranjas.

Las acusaciones de plagio en la tesis doctoral de Sánchez

Tras el primer envite de Cs, en el Gobierno y en el PSOE se aseguraba que la intención de Sánchez era no entrar al trapo y no hacer pública la tesis doctoral. Pero las acusaciones rotundas de "plagio" por parte de algunos medios, sobre todo 'ABC', desencadenaron la reacción inmediata. El presidente incluso conversó con Pablo Iglesias, que le recomendó divulgar su trabajo para disipar todas las dudas. El cambio de paso de La Moncloa, obligado por informaciones catalogadas como "falsas", lo solemnizó la vicepresidenta, Carmen Calvo, visiblemente indignada, en los pasillos del Congreso. Ella anunció que la tesis estaría disponible para todo el mundo, sin necesidad de acercarse a la biblioteca de la UCJC. Y descartó que Sánchez fuera a acudir a la Cámara para explicarse.

Ciudadanos y PP quieren forzar a Sánchez a dar explicaciones en el Congreso

"¿Es que tiene que comparecer un presidente acerca de su tesis doctoral de tantos años colgada en el sistema Teseo [...] porque las derechas quieran hoy no decirle a España que se han puesto de perfil ante la dictadura?", protestó. Y es que ese es el argumento que maneja el Ejecutivo: que PP y Cs se lanzaron contra Sánchez para que pasara a un segundo plano su abstención en la convalidación del real decreto-ley de exhumación de Francisco Franco. Vaya por delante la precisión: el ensayo será accesible a través del repositorio Teseo. No es cierto que ya estuviera colgada en la plataforma: sí constaba su registro y figuraba un 'abstract' (resumen), pero no el texto completo, que ahora sí estará.

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Palabras de su puño y letra

De manera consecutiva, Sánchez hablaba a través de su perfil de Facebook. Él mismo escribió un 'post' que era, sobre todo, una reivindicación de sí mismo y de una tesis que "tanto esfuerzo" le costó, un desahogo personal y también una descripción de cómo estaba sintiendo en sus carnes ese "intento de descrédito personal". "El problema es que quienes gobernaban hace 100 días no han asumido que hoy son oposición. Ambos", señalaba, aludiendo tanto a Casado como a Rivera. "A falta de un proyecto político sólido y ante la ausencia de propuestas que convoquen a la mayoría social del país, el conservadurismo [el PP] y el neoconservadurismo [Cs] se han unido en una campaña de desprestigio hacia mi persona. No asumen que perdieron la moción de censura".

Sánchez achaca el huracán sobre su tesis a la "campaña de desprestigio" contra él dirigida por PP y Cs, que "no asumen que perdieron la moción"

Los dos partidos, se quejaba, han cruzado "todas las líneas rojas". "Aunque, si lo pienso bien, no sé de qué me sorprendo —confesaba—. Tras haberme llamado 'aliado de ETA' y el 'mejor abogado del independentismo', por citar las acusaciones más 'amables', cualquier otra cosa es posible".

Los que conocen al presidente indicaban este jueves que sus palabras "sentidas", de su puño y letra, eran producto de las "horas jodidas" de los últimos días, del "estrés generalizado" por tener que gestionar dos cuestiones dolorosas. Él mismo reconocía en el pleno del miércoles que le costó digerir la partida de Montón, a la que sostuvo hasta el final, hasta que la demostración de que había plagiado su trabajo de fin de máster derrumbó la línea de defensa. "Para mí, ayer [por el martes], fue un día en lo personal complicado, difícil. He perdido a una amiga como ministra que estaba haciendo una extraordinaria labor como ministra de Sanidad", dijo.

En el partido se había pedido con insistencia la cabeza de Montón y se consideraba, por tanto, que el líder había reaccionado tarde. Con su trabajo doctoral, tuvo que ir también a rebufo de los acontecimientos. No por delante. Porque, como advertían dirigentes próximos, "da igual". "Si cedes, te acabarán pidiendo más, parecerá poco". En el PSOE se ha vivido con desasosiego esta semana infernal. "Pues claro que lo hemos pasado mal. Esperemos que los medios contrapongan bien la realidad sobre la tesis de Pedro frente a las ignominias de algunos", confiaba esperanzada una responsable del organigrama socialista.

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Otoño intenso

La previsión es que los días negros pasen. 'A priori', no habrá comparecencia parlamentaria del presidente porque PP y Ciudadanos, que sí controlan la Mesa, no tienen mayoría en la Junta de Portavoces del Congreso, pues en este órgano político cada grupo tiene voto ponderado, y formaciones como Unidos Podemos o ERC no quieren hacer "el juego" a los naranjas. En la dirección del Grupo Popular, no obstante, reconocen que el recorrido parlamentario de la tesis de Sánchez "está agotado".

PP y Cs quieren que Sánchez comparezca, pero en principio no contarían con mayoría para forzarlo. "No vamos a entrar en su barro", dicen en el PSOE

Entretanto, los socialistas no dejarán de denunciar el comportamiento de "las dos derechas, naranja y azul". En el caso del PP, entienden que su propio líder, Pablo Casado, tiene su flanco más débil en su máster, que le podría llevar a una imputación por el Supremo. Ya han pedido su dimisión. "Pedro es un mal enemigo. Yo desde luego no le cabrearía mucho. Ya demostró en los procesos internos que no le da miedo quitarse de encima a quienes se le cruzan por el camino", indica un alto dirigente de la cúpula.

Sánchez amenaza con acciones legales contra las informaciones que le acusan de plagiar su tesis

"PP y Cs se retratan solos con estas cosas. Nosotros no vamos a caer en el barro, ni de broma. Nosotros, a trabajar y a sostener al Gobierno", abundan en Ferraz. La guerra, no obstante, está declarada. Máxime cuando se acercan elecciones. Primero, en Andalucía. Luego, las autonómicas, municipales y europeas. Con la duda siempre presente de la fecha de las generales.

"Pues claro que lo hemos pasado mal". Han sido días de "estrés generalizado", "horas jodidas", "duras", de "mucha intensidad", de "mucho trabajo", de "indignación", hasta de "rabia". Términos que se escuchaban en diversas esquinas del PSOE para describir una semana de vértigo. El presidente del Gobierno ha encadenado cuatro jornadas muy difíciles en sus poco más de 100 días en el poder. Desde la dimisión de Carmen Montón, barrida por la polémica de su máster, hasta las acusaciones de "plagio" de su tesis, que leyó en 2012. La semana más áspera y cuesta arriba en La Moncloa para Pedro Sánchez. Un huracán político muy complicado de gestionar —y gestionado, de hecho, de modo discutible, incluso para el PSOE— cuyo corolario, al menos por ahora, ha sido la publicación en la web de su trabajo doctoral. El Ejecutivo espera que ahora amaine la tempestad, que las cosas se estabilicen en los próximos días, aunque sin saber exactamente si de manera inminente tendrá que afrontar otra avería, y seria. En la cúpula del partido, la irritación también es mayúscula, y seguirán al ataque contra PP y Ciudadanos, las "derechas" que han iniciado, a juicio del presidente, una "campaña de desprestigio" contra él. "Que se preparen", dicen en la cúspide del partido.

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