Los sorayistas siguen integrándose con Casado a la espera de la decisión de su jefa

A la espera de la nueva conversación que Soraya Sáenz de Santamaría quiere mantener con Pablo Casado para aclarar su futuro en el PP, los partidarios de la exvicepresidenta del Gobierno continuán integrándose en los destinos que les ofrece la nueva dirección del partido. José Luis Ayllón, el último jefe de gabinete que tuvo Mariano Rajoy y mano derecha de Santamaría en el Congreso en los últimos 10 años, será ahora vicepresidente de la comisión mixta para la Unión Europea. Es el puesto que tenía en la Cámara Baja el propio Casado.

La portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Dolors Montserrat, aprovechó el primer pleno de septiembre celebrado en la Cámara para hacer los últimos encajes de cargos y funciones entre sus diputados, consecuencia del último congreso del partido. A los ministros de Rajoy salientes en junio ya se les ofrecieron las presidencias de comisión que corresponden al PP desde el principio de la legislatura y casi todos las aceptaron, con la excepción de la exvicepresidenta y de Fátima Báñez, extitular de Empleo.

A la vuelta de las vacaciones, Santamaría mantiene su silencio ante la oferta permanente de Casado de integrarse en el puesto que desee, tanto en la plaza que tiene reservada en el comité ejecutivo nacional como en cualquier cargo de presidenta de comisión en el Congreso. Báñez tampoco ha dado una respuesta definitiva, pese al empeño del equipo de Casado en su fichaje. En la sede de Génova asumen que hasta que la exvicepresidenta no aclare si se va o se queda, la exministra tampoco se moverá.

Como prueba del 'fin del sorayismo' y del progresivo encaje de los miembros más destacados de la antigua candidatura de su jefa de filas, en el Grupo Popular citan el caso de Ayllón, dispuesto a relevar a Casado en la comisión para la UE. También recuerdan los precedentes de Álvaro Nadal e Íñigo Méndez de Vigo al aceptar también los cargos institucionales mejor remunerados de la Cámara al margen de la Mesa: las presidencias de comisión que conllevan un complemento de 1.470 euros mensuales en concepto de gastos de representación. Lo mismo han hecho María Dolores de Cospedal o Cristóbal Montoro.

La gran incógnita de la integración en el PP sigue siendo Sáenz de Santamaría. Después de decir en julio no a cualquier cargo que pudiera ofrecerle Casado, la exvicepresidenta volvió al Congreso, flanqueada por Báñez y Ayllón, y poco antes de la hora prevista para las votaciones. No asistió a la reunión de primera hora de la mañana convocada por el presidente del partido con los diputados del Grupo Popular, y al entrar en la Cámara insistió en que antes de hablar de su futuro político en público tenía que mantener una conversación con Casado.

El sucesor de Rajoy ya no estaba en el Congreso porque tenía que coger un avión con destino a Viena, donde estaba citado para esa misma tarde con el canciller austriaco, el popular Sebastian Kurz. El presidente del PP asiste hoy a la reunión que el grupo parlamentario del Partido Popular Europeo celebra en Viena y el sábado se desplaza a Barcelona para presidir la Junta Directiva Nacional de su partido, convocada en la capital catalana.

"Me preocupa mucho España y la labor que tenemos que hacer desde el PP, y yo eso es lo primero que voy a tener en cuenta, y entenderán que todas estas cosas las hable con Pablo Casado". Esas palabras, pronunciadas a su llegada al Congreso por Saénz de Santamaría, fomentaron las especulaciones de los diputados de su partido, divididos entre los que dan por hecho que dejará la política y los que creen que se adaptará a la nueva etapa, por lo menos hasta que se despeje algún factor de incertiudumbre de los que se ciernen sobre el propio Casado o la misma legislatura en el aire ante la debilidad del Gobierno de Sánchez.