El único preso etarra que pide alejamiento... para estar en la misma prisión que su mujer

No todos los presos etarras quieren que se les acerque a cárceles del País Vasco. En pleno debate político sobre el plan diseñado por el Gobierno socialista de Pedro Sánchez, que trasladará primero a los mayores de 70 años y a los gravemente enfermos, hay un recluso de la banda terrorista que se quiere salir de la norma. Ser la excepción. Se trata de Jon Igor Solana Matarrán. Miembro en su día del comando Andalucía, pesan sobre él 200 años de condena por iniciar en el año 2000 una espiral de terror asesinando en pocos meses al concejal del PP José María Martín Carpena, al fiscal Luis Portero y al médico militar Antonio Muñoz Cariñanos.

Tras solicitar en 2015 ser trasladado a la misma prisión que su pareja, otra reclusa etarra, con la que tiene un hijo, el juez de vigilancia penitenciaria acaba de autorizar ese traslado tres años después y Solana llegó a principios de agosto al centro penitenciario de Botafuegos (en Algeciras, Cádiz), la cárcel más alejada del País Vasco, para estar más cerca de su chica. Tenía todos los informes favorables y dejó la cárcel de Córdoba para ir a la de Algeciras. De los 820 kilómetros que separaban su Bilbao natal de la prisión cordobesa ha pasado a los 1.100 kilómetros que separan Algeciras del barrio bilbaíno de Atxuri, donde reside su familia. Y es que Solana, que no dudó en romper tres familias pistola en mano, tiene ahora otra familia que le reclama dentro de los barrotes. Se trata de Eider Pérez Aristizabal, condenada a 75 años de cárcel por el asesinato en Girona del 'mosso' Santos Santamaría, primera víctima de la policía catalana en un atentado de ETA.

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EC/Agencias

Eider también cumple condena en Botafuegos. La pareja tiene un hijo en común, Garikoitz, nacido en prisión en septiembre de 2008. Obviamente, el niño, de 10 años, ya no vive con su madre (quienes han nacido de madres reclusas deben dejar los centros penitenciarios a los tres años), pero los tres tienen derecho a un vis a vis de convivencia por trimestre. La pareja, Eider e Igor, tiene además derecho a otros dos vis a vis al mes, uno íntimo y otro familiar. Él empezó su batalla particular cuando en 2015 pidió estar en la misma prisión que su pareja. Para ello, no dudó en acudir a la Comisión de Garantías del Congreso de los Diputados. Pedía estar en la misma cárcel para poder así tener los tres encuentros de convivencia. Aunque para ello la solución fuera alejarse más del País Vasco.

El Ministerio del Interior, después de tres años de deliberación, concedió finalmente el acercamiento de la pareja, que también ha avalado el juez de vigilancia penitenciaria. Igor Solana, que en octubre cumplirá 44 años, no es un etarra cualquiera. En su día fue considerado uno de los duros de la banda, aunque su comportamiento en prisión en los últimos años ha sido bueno. Asesinó a tres personas cuando formaba parte del comando Andalucía de ETA. En su macabro historial también figuran los intentos de asesinar al dirigente socialista de Málaga José Asenjo, a dos suboficiales del Ejército y a un empleado civil del Ministerio de Defensa mediante la colocación de bombas-lapa en sus automóviles que no llegaron a estallar.

Solana fue detenido el 16 de octubre de 2000 en Sevilla después de cometer su último crimen, el del coronel Antonio Muñoz Cariñanos, piloto de aviones y médico militar. Después de conseguir una cita con él, Igor Solana y su compañero de comando, Harriet Iragi, se presentaron en su consulta y le dispararon varios tiros a bocajarro. Tras el atentado, los dos etarras salieron corriendo por las calles sevillanas, aunque gracias a la colaboración ciudadana fueron localizados y detenidos. Solana se rindió tras un tiroteo con las Fuerzas de Seguridad.

Ese año 2000, Solana se había convertido en uno de los principales pistoleros de ETA. El 15 de julio de 2000 le tocó el turno a José María Martín Carpena, concejal del PP en el Ayuntamiento de Málaga. Cuando el edil iba a entrar en su coche oficial para ir a una fiesta, el etarra le disparó seis tiros. Luego huyó en coche, conducido por Harriet Iragi Gurrutxaga. El 9 de octubre, la víctima fue Luis Portero, fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia andaluz, que fue asesinado en el portal de su casa de Granada.

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Juanma Romero

Solana está recluido ahora en el módulo 6 de Botafuegos, aunque de momento no tiene ningún destino, es decir, ni se le ha dado ningún trabajo dentro de prisión ni forma parte de ningún taller. Ha conseguido lo que quería. Ya ha disfrutado de varios encuentros con su mujer y su hijo Garikoitz, que acude a prisión a visitarlos. El primer vis a vis con su pareja lo tuvo el 18 de agosto. El segundo está previsto que lo tenga este viernes 31. La pareja ha tenido también este mes cuatro comunicaciones a través del locutorio, la última ayer martes. Los tres, los dos padres y el hijo, también han disfrutado ya de su primera comunicación de convivencia.

Eider Pérez, por su parte, está en el modulo de mujeres de Botafuegos. Detenida en marzo de 2001, se encargó junto a su comando de trasladar desde Francia el coche cargado con 90 kilos de dinamita que mató al 'mosso' Santos Santamaría Avendaño. También formó parte de un comando itinerante que recabó información sobre políticos gallegos, entre ellos Manuel Fraga. En 2005 fue condenada a 75 años de prisión. La pareja ha sufrido una quincena de traslados penitenciarios desde que Solana fue encarcelado en 2000 y Eider en 2001. Ambos coincidieron por primera vez en 2007 en la prisión de Albolote, donde se hicieron pareja y tuvieron a su hijo en 2008.

Ella acabó alumbrando al pequeño en el Hospital Materno Infantil de Granada. El nacimiento del niño provocó cierta polémica, porque la familia de Luis Portero denunció cierto trato de favor hacia los dos internos, ya que Instituciones Penitenciarias hizo con un preso "lo que nunca suele hacerse, es decir, que si se tiene un hijo de una relación en la cárcel, lo habitual es que algún oficial del Registro Civil se dirija a la cárcel para hacer los trámites oportunos de la partida de nacimiento y su inscripción en el registro". En cambio, la madre y el pequeño fueron escoltados hasta el registro para poder inscribirle.

Luego ella fue trasladada a Cádiz, donde ahora ha podido volver a reunirse con Igor Solana. La pareja forma parte de los 10 miembros de ETA recluidos en Botafuegos. Lo que está claro es que la pareja está muy unida. Los servicios antiterroristas ya detectaron hace años que Solana no quiso formar parte de un descabellado plan de fuga porque acababa de enterarse de que iba a ser padre. Solana había informado en el último momento de que no quería unirse a García Sertutxa en el plan de fuga por "motivos personales". Interior le había trasladado de Granada (donde había estado con Eider) a Huelva, donde renunció a sumarse al plan.

Ese plan consistía en secuestrar a la familia de un piloto de helicóptero para obligarle a volar hasta la prisión de Huelva, aterrizar en el patio y lograr que Igor Solana y otro preso etarra (Jorge García Sertutxa, condenado por intentar matar al Rey) pudieran fugarse a través de un arnés de 20 metros. Posteriormente, la aeronave los conduciría hasta Portugal. Para desviar la atención, un comando etarra iba a colocar ese mismo día un coche bomba, seguramente en Sevilla. La Guardia Civil encontró documentación al jefe etarra Francisco Javier López Peña 'Thierry' que mostraba que la cúpula etarra había ideado el plan, y que intentó ejecutarlo en dos ocasiones, en el verano de 2007 y en el de 2008.