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España sigue en la diana del yihadismo en el primer aniversario del 17-A
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LA AMENAZA TERRORISTA QUE NO CESA

España sigue en la diana del yihadismo en el primer aniversario del 17-A

Los atentados de Cataluña en agosto de 2017 no pusieron punto y final al riesgo. A los jefes policiales les inquietan los retornados de Siria e Irak y, sobre todo, los radicales residentes en España

Foto: Imagen: EC.
Imagen: EC.

Pasado un año desde los atentados de Cataluña, la amenaza sigue muy viva, según reconocen a este diario los máximos responsables policiales especializados en yihadismo. El Ministerio del Interior mantiene el nivel 4 de alerta antiterrorista sobre un máximo de 5. Es decir, el riesgo es alto. “Ese nivel de alerta está justificado porque vemos elementos suficientes de inquietud como para mantenerlo”, afirma Francisco José Vázquez, oficial al mando de la Unidad UCE 2 de la Guardia Civil, dedicada a la lucha contra el terrorismo internacional.

El trabajo policial es intenso y constante. “Podemos asegurar que la actividad yihadista está muy latente en España. En los últimos tiempos, hemos desarticulado células que estaban planeando ejecutar ataques como el de Berlín de 2016, cuando un camión arrolló a decenas de viandantes en un mercado navideño, o el de Londres de 2017, cuando un grupo atropelló con un coche a peatones en el London Bridge”, explica el teniente coronel Vázquez.

Foto: El imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty. (EFE)

El oficial del Instituto Armado asegura que en los últimos cuatro años han logrado frustrar hasta una docena de complots para atentar con subfusiles y pistolas, envenenar el agua de grandes ciudades o usar grandes camiones para arrollar indiscriminadamente a ciudadanos.

Mayo de 2016 es una fecha señalada para los servicios policiales y de inteligencia de medio mundo. El ya fallecido jefe de la propaganda del Estado Islámico, Abu Mohamed al Adnani, pedía entonces a los simpatizantes del yihadismo que atacaran allá donde residieran. Desde finales de 2015, esa organización paraestatal había comenzado a perder territorio en Siria e Irak. Ya no era necesario viajar al escenario bélico, los 'guerreros del islam' podían actuar en cualquier país.

placeholder Manifestación en las calles de Barcelona para condenar los atentados del 17-A. (EFE)
Manifestación en las calles de Barcelona para condenar los atentados del 17-A. (EFE)

Varios son los países europeos que han sufrido el azote del islamismo radical desde entonces en más de 20 atentados con víctimas mortales: Francia, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Rusia o Finlandia, entre otros. En España, la célula de Ripoll deseaba dar un salto cuantitativo: planificaba megaatentados contra monumentos, lugares turísticos y locales de ocio mediante furgonetas cargadas con centenares de kilos de explosivos.

Solo la impericia del grupo en la fabricación del explosivo triperóxido de triacetona (TATP) frustró sus planes de asesinatos masivos. La casa de Alcanar (Tarragona) donde estaban preparando la 'madre de Satán', como se conoce en ámbitos yihadistas, voló por los aires el 16 de agosto, segando la vida de dos integrantes de la célula.

Aun así, los ataques improvisados en la Rambla de Barcelona y Cambrils (Tarragona) provocaron la muerte de 16 personas y heridas a más de 100.

La amenaza está viva

Un dato que resulta elocuente es que a finales de 2017 había en España 150 personas encarceladas por delito yihadista, casi cuatro veces más que en 2012, cuando solo había 41 reclusos por esa razón. A 9 de agosto de 2018, según Instituciones Penitenciarias, el número era un poco más reducido: 132.

El vigor de esa amenaza no es exclusivo de España en Europa. Varios países también se muestran vigilantes, principalmente Francia, Bélgica, Reino Unido y Alemania. De acuerdo con un informe de Europol fechado en junio pasado, en 2017 se detuvo a 705 sospechosos por delito de yihadismo. Reino Unido no está incluido en el cómputo porque no desglosa a los arrestados por ideología terrorista. El récord en Europa se alcanzó en 2016, con 718 detenidos, pero los 705 de 2017 no dejan de marcar una clara tendencia al alza: en 2013 solo fueron 216.

Francia encabezó el listado con la detención de 373 presuntos yihadistas; le siguieron España, con 78, Alemania, con 52, y Bélgica, con 50.

No es casualidad que España sea el segundo país con mayor número de detenciones en 2017. “Antes o después, esta amenaza intentará manifestarse de nuevo en nuestro país, y si no lo ha logrado es en buena medida por el trabajo de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y el Centro Nacional de Inteligencia”, comenta Chema Gil, director del Observatorio Internacional de Seguridad. Agrega este experto en terrorismo: “España está situada en el centro del punto de mira del terrorismo yihadista, es un objetivo especialmente simbólico, tanto por el imaginario de la recuperación de Al Andalus como por el hecho de ser un país implicado en las diferentes alianzas forjadas para combatir este peligro constante”.

Máxima inquietud: el yihadismo autóctono

La preocupación de los máximos responsables policiales se centra en dos categorías de yihadistas: los retornados de conflictos bélicos y los individuos autóctonos que se han radicalizado tras educarse en España o llevar varios años como residentes en el país.

La mayoría de los 233 yihadistas que fueron a Siria e Irak desde España son de nacionalidad marroquí o inmigrantes de familias originarias de Marruecos

Sobre los primeros, inquieta que sean gente acostumbrada a deshumanizar a sus 'enemigos', que cuenten con la pericia técnica y operativa suficiente para infligir dolor y que sean capaces de trasladar un discurso radical a sus correligionarios musulmanes más próximos. El teniente coronel Vázquez sostiene que son 233 individuos residentes en España los que se alistaron en las filas del Estado Islámico o Daesh.

De ellos, 26 han regresado a Europa: 12 están encarcelados en nuestro país, siete están en prisiones del continente y otros siete están libres, pero controlados. Son datos ofrecidos por la Benemérita. “La abrumadora mayoría de los 233 yihadistas que fueron a Siria e Irak desde España son de nacionalidad marroquí o inmigrantes de familias originarias de Marruecos”, asegura el jefe de la Guardia Civil en la lucha contra el terrorismo yihadista, el teniente coronel Vázquez.

Pero el yihadista que más quebraderos de cabeza da es el que vive en España y está dispuesto a atacar en territorio nacional. La célula de Ripoll no fue detectada por ningún cuerpo policial ni de inteligencia, a pesar de que sus miembros llevaban meses preparándose a lo grande para regar de sangre las calles de Cataluña. Así lo reconocen altos mandos policiales a El Confidencial.

“La actuación de la célula de Ripoll fue un punto de inflexión por los planes tan ambiciosos que tenían los terroristas”, asegura Vázquez. Añade este oficial versado en la materia: “El médico se inquieta cuando no puede identificar el cáncer; pues igual nos pasa a nosotros, porque no hay una ecuación matemática para detectar las señales de radicalización. Como les pasa a nuestros colegas europeos, tenemos el problema de que no hay un perfil de yihadista homogéneo ni unos indicios siempre claros para descubrirlos a tiempo en muchas ocasiones”.

placeholder Los Mossos retiraron más de una centenar de bombonas de gas butano de la casa de Alcanar. (EFE)
Los Mossos retiraron más de una centenar de bombonas de gas butano de la casa de Alcanar. (EFE)

En ese sentido, el prestigioso politólogo e islamólogo francés François Burgat explica a este medio que “en nuestras sociedades occidentales hemos incrementado considerablemente nuestra capacidad de observación, de vigilancia y de encarcelamiento de actores susceptibles de recurrir a la acción violenta en nombre de la solidaridad con sus correligionarios orientales, pero aún no hemos progresado en comprender realmente cómo se desarrollan los procesos de la radicalización”.

¿Cuál es la razón de esta afirmación? “Somos expertos en condenar las ideologías radicales al mismo tiempo que somos incapaces de preguntarnos sobre los motivos por los que esas ideologías son atractivas para los musulmanes que viven entre nosotros. Los gobiernos occidentales optan por apoyar a los regímenes más represivos para sus ciudadanos (Egipto, Arabia Saudí o Libia), de modo que Occidente alimenta la radicalización de los musulmanes que viven en su propio territorio”, cree Burgat, quien se muestra pesimista sobre que el fenómeno yihadista se erradique pronto.

Antiterrorismo preventivo

La lucha antiterrorista preventiva es una realidad en muchos países de Europa. Consiste en que la acción policial y judicial se anticipa a la acción de los yihadistas. Un modelo que ha triunfado por el aliento de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos tras los atentados del 11-S.

“Practicamos un perfil policial anticipatorio para no correr riesgos, de tal forma que hemos realizado la apertura de muchas investigaciones, pero afortunadamente muchas de ellas no se han concretado en nada”, cuenta el máximo responsable de la lucha antiyihadista de la Guardia Civil. Agrega Vázquez que “las reformas legales habidas en los últimos años y la estructura policial renovada están muy bien para actuar en labores preventivas”.

Mientras no manejemos la comunicación con la misma eficacia que los terroristas, podremos matar a un millar de terroristas que surgirá otro millar

El analista Chema Gil alaba la actuación policial en España, pero observa que no es suficiente: “El terrorismo yihadista es una ideología que no deja de expandirse. Así pues, hemos de ser conscientes de que este terrorismo utiliza el mundo de las ideas y de la palabra; podemos decir que militar y policialmente estamos haciendo un buen trabajo, pero mientras no manejemos la comunicación con la misma eficacia que los terroristas, podremos matar a un millar de terroristas que surgirá otro millar”.

Un lucha policial mejorada

La cara positiva de los atentados del 17-A es que la lucha antiterrorista y la colaboración entre las diferentes policías del Estado han mejorado, según cuentan diversos oficiales de esos cuerpos. Algunos no quieren revelar su identidad, otros no tienen problema.

En concreto, el jefe de la unidad de terrorismo de la Benemérita, Francisco José Vázquez, recalca: “El estado de la lucha contra la amenaza es muy saludable y somos mucho más fuertes que hace un año. Por ejemplo, al margen de la coyuntura política que todos conocemos, hay que subrayar que los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil hemos trabajado con una sintonía extraordinaria en el último año”.

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Imagen de uno de los yihadistas abatidos en Cambrils (Tarragona).

Al margen de la actuación policial estricta, Vázquez afirma que la colaboración ciudadana y la participación de las empresas en la vigilancia de los radicales han mejorado bastante desde el 17-A.

¿En qué sentido está colaborando el sector privado con los cuerpos policiales? El oficial del Instituto Armado indica que “por fin se está cumpliendo la ley sobre precursores de explosivos”. Antes del verano de 2017, ya se había traspuesto la ley de la Unión Europea de 2013 en España para que entrara en vigor en septiembre de 2014, pero no se cumplía. Si los vendedores la hubieran cumplido, se hubiese evitado que la célula de Ripoll acumulara en la casa de Alcanar cerca de 700 litros de peróxido de hidrógeno y acetona para fabricar el explosivo TATP.

Así, en noviembre de 2017, como reacción a los atentados de Cataluña, se volvió a redactar una ley de obligado cumplimiento para los vendedores de sustancias susceptibles de ser usadas para la fabricación de explosivos. La normativa les obliga hoy a comunicar las transacciones sospechosas, y la sustracción o desaparición de elementos precursores.

Entretanto, el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) se reúne semanalmente. Creado en 2014, el Citco es el organismo de inteligencia que se responsabiliza del análisis de la información antiterrorista de todo el Estado. El nivel de alerta 4 obliga. Por si acaso.

Pasado un año desde los atentados de Cataluña, la amenaza sigue muy viva, según reconocen a este diario los máximos responsables policiales especializados en yihadismo. El Ministerio del Interior mantiene el nivel 4 de alerta antiterrorista sobre un máximo de 5. Es decir, el riesgo es alto. “Ese nivel de alerta está justificado porque vemos elementos suficientes de inquietud como para mantenerlo”, afirma Francisco José Vázquez, oficial al mando de la Unidad UCE 2 de la Guardia Civil, dedicada a la lucha contra el terrorismo internacional.

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