Así influye el efecto invernadero en las muertes causadas por las olas de calor

El cambio climático que arrasará con parte de los casquetes polares provocará también una subida de las temperaturas, lo que conllevará el aumento de las olas de calor y su intensidad. De hecho, los días de altas temperaturas provocarán en el periodo comprendido entre 2031 y 2080 hasta un 292% más de muertes en España que en las que se produjeron entre 1971 y 2010.

Así se desprende de un estudio científico publicado por la revista ‘Plos Medicine’, que recoge las investigaciones de un equipo internacional en el que ha colaborado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas español (CSIC) donde se han recopilado datos sobre la temperatura alcanzada históricamente en 412 ciudades de 20 países.

El análisis esclarece que si no se toman medidas para paliar los efectos de la emisión de gases de efecto invernadero y la población no logra adaptarse al incremento de las temperaturas derivado del cambio climático, dentro de 50 años el número de muertos provocados por las temperaturas aumentará de manera drástica en regiones tropicales y subtropicales, y aunque en menor medida, esto también afectará a Australia, Europa y Estados Unidos.

Dentro de 50 años, las temperaturas aumentarán drásticamente en las zonas cercanas al ecuador

“Los estudios más recientes demuestran que las olas de calor futuras serán más frecuentes, más intensas y durarán mucho más por los efectos del cambio climático”, indica el investigador del CSIC Aurelio Tobías.

El experto sostiene que si “no podemos encontrar una manera de mitigar el cambio climático, de reducir los días de ola de calor y ayudar a las personas a adaptarse a ellas, en el futuro habrá un incremento sustancial de fallecimientos relacionados con estos fenómenos, particularmente en los países más pobres, ubicados alrededor del ecuador”.

Cómo evitarlo

Para evitar el avance del cambio climático y sus futuras consecuencias, los autores del estudio recomiendan tomar una serie de medidas que pasan por, a nivel individual, detectar la situación e informarse de las opciones que existen para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

En cuanto a la comunidad como grupo, los expertos recomiendan fortalecer las estructuras comunitarias, animar a los individuos a integrarse en ella, crear grupos de población de riesgo y vigilar por barrios, así como crear medios de subsistencia.

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Además, los investigadores instan a las instituciones a tomar partido. Aconsejan la creación de políticas específicas, regulaciones y procedimientos oficiales, y ponen el foco en la importancia de la planificación urbanística, en la plantación de árboles en las ciudades, en la accesibilidad de las fuentes públicas de agua potable y en la importancia de la adecuación de las viviendas a las altas temperaturas.

Por último, advierten de la necesidad de mejorar los servicios de atención sanitaria y de reducir la pobreza, así como de la importancia de la redistribución de recursos y la creación de un sistema de alertas de olas de calor que propicie la preparación de la sociedad ante el ascenso repentino de las temperaturas.