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De marroquinería a empoderamiento: los millones injustificados de la Aecid
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38 millones de euros se dan por perdidos

De marroquinería a empoderamiento: los millones injustificados de la Aecid

Cualquier organización o Gobierno que reciba subvenciones de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo está obligado a justificar hasta el último céntimo desembolsado

Foto: Avión con ayuda humanitaria que se envió a Filipinas en 2013. (EFE)
Avión con ayuda humanitaria que se envió a Filipinas en 2013. (EFE)

Facturas, tiques, albaranes, justificantes, billetes que confirmen un viaje o reservas de hoteles. Cualquier organización o Gobierno que reciba subvenciones de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) está obligado a justificar hasta el último céntimo desembolsado. La tarea es más difícil de lo que parece y decenas de instituciones en todo el mundo no son capaces de acreditar de manera convincente cómo gastaron su dinero. Según una base de datos a la que ha tenido acceso El Confidencial, la Aecid se ha visto obligada a reclamar —a menudo en los tribunales— más de 55 millones de euros. Y de ese montante, solo ha conseguido recuperar una cuarta parte. El resto, en torno a 38 millones de euros, se da por perdido.

La base de datos recoge, en su mayoría, proyectos concedidos entre 2000 y 2013, bajo gobiernos del PP y del PSOE. En ese periodo, la Aecid ha exigido que más de 12.000 proyectos devolvieran al menos una parte de lo entregado, en total unos 280 millones de euros. Se trata de un 5% del dinero de los más de 5.000 millones dedicados a la cooperación. En muchos casos, las auditorías acaban resultando favorables, el dinero se justifica y solo queda gestionar el reintegro. Pero no es el caso de los 38 millones de euros ‘injustificables’, los que fueron a proyectos u organizaciones que no han conseguido pasar ningún proceso de auditoría de la agencia y en los que el procedimiento para intentar el reintegro se ha dado ya por cerrado.

Por ejemplo, la Aecid lleva años reclamando en los tribunales los 1,6 millones enviados a la fundación argentina Ernesto Sábato para crear un sistema de saneamiento y agua potable en una de las regiones más pobres de América Latina, la ocupada por las comunidades indígenas mbayá guaraní en la frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil. Unas 84.000 personas se iban a beneficiar de un proyecto en el que también estaba implicado el Fondo del Agua y que nunca se realizó a causa de la mala gestión de los promotores. Además de los fondos españoles, se han esfumado otros 1,6 millones.

Un trámite complejo

Según fuentes de la Aecid, en este tipo de trámites los reintegros son de vital importancia para cuadrar los presupuestos. A menudo, además, lo que se recupera se reinvierte en nuevos proyectos. Solo entre 2008 y 2014, por ejemplo, las cantidades reintegradas de uno de los mayores fondos de cooperación españoles sirvieron para redistribuir un millón de euros.

Cuando cambia un Gobierno local, cambia la gente que trabajaba en el país y se hace imposible identificar la trazabilidad de lo que se gastó

El proceso de control tiene lugar una vez finalizado el proyecto. Las instituciones beneficiadas pasan por dos auditorías: una de tipo técnico, centrada en cómo se ha llevado a cabo lo prometido, y otra de tipo económico, en la que hay que justificar hasta el último euro. Por cómo funciona el sistema de ayuda español, todo el dinero de la ayuda se entrega de golpe una vez adjudicado el proyecto, y en muchos casos el personal de la Aecid se encuentra reclamando a países que no están acostumbrados o ni siquiera tienen los medios para ello. Otras instituciones, como por ejemplo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), prefieren entregar los pagos por tramos, una vez cumplidos determinados plazos.

“Imagínate que has entregado equis millones a un departamento público de Nicaragua o de Honduras. Mientras se desarrolla el proyecto, se produce un cambio de Gobierno, quizás incluso violento. Lo más probable es que cambie la gente que trabajaba allí y que se haga imposible identificar la trazabilidad de lo que se ejecutó y de lo que se gastó durante el Ejecutivo anterior”, comenta una fuente que ha trabajado durante años para la Aecid.

En otras ocasiones, el problema lo presentan pequeñas organizaciones locales que no tienen la capacidad logística de remitir todas las facturas a la Aecid. Los estados con niveles de pobreza extremos, como Haití, Marruecos, Cabo Verde, Palestina o Mozambique, destacan como los que más dificultades encuentran para justificar la ejecución de sus proyectos.

placeholder Inauguración de una planta de tratamiento de agua en Haiti, financiada por la Aecid en 2012. (EFE)
Inauguración de una planta de tratamiento de agua en Haiti, financiada por la Aecid en 2012. (EFE)

La Aecid también reclama un millón de euros entregados en 2007 al Gobierno filipino durante la gestión de Leire Pajín para empoderar a las poblaciones marginadas, "fortaleciendo los grupos de base de barrios y comunidades para la toma de decisiones y participación activa en las estructuras de gobierno de los barangays [autoridades locales] y en la construcción de infraestructuras comunitarias". La cooperación española ofreció varias prórrogas a Manila para justificar la utilización del dinero, firmadas por la entonces presidenta —Carmen Moreno Raymundo—, pero no se logró superar la auditoría ni recuperar el dinero.

Otro proyecto sin justificar que supera el millón de euros es el concedido en 2003 a la Agencia para la Promoción y el Desarrollo Económico y Social de las provincias del Norte de Marruecos (APDN), dentro del plan global para mejorar las condiciones de vida del país vecino y frenar la emigración. Se enviaron 1,2 millones de euros para la implementación de un "plan de fomento del sector artesano en la región de Tánger/Tetúan y de Taza-Al Hoceima Taounate". El dinero se debería haber utilizado para trabajos de asistencia técnica, formación, viajes y estancias, así como para obras y equipamiento.

La agencia, por su parte, ha declinado contestar a las preguntas de este medio sobre el estado de estos procesos de reintregro.

Dinero perdido... en España

El dinero de la cooperación no siempre se aleja de casa. Hay 68 casos en los que la Aecid está esperando recibir el reintegro de fondos de organismos españoles. Por ejemplo, la Fundación Sistema, en la órbita del PSOE y presidida por Alfonso Guerra, tiene pendiente reintegrar 65.000 euros que recibió por organizar un acto en Salamanca en verano de 2011, titulado 'Alternativas económicas y sociales frente a la crisis'.

placeholder El entonces secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente de la Fundación Sistema, Alfonso Guerra, durante un encuentro en Zaragoza en 2012. (EFE)
El entonces secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente de la Fundación Sistema, Alfonso Guerra, durante un encuentro en Zaragoza en 2012. (EFE)

En Canarias, la organización Canarias Zona Internacional para la Cultura de Paz y los Derechos Humanos, respaldada por senadores socialistas de las islas, debe 55.000 euros de una subvención recibida por la agencia (publicada en el BOE). Hasta la Organización del Festival de Cine de Donostia (36.000) o la Fundación Alternativas (13.000) todavía no han saldado sus cuentas con la agencia.

Pero en España la palma se la lleva la Asociación Cuba: Análisis y Reflexión. El centro, que edita un revista sobre la realidad cubana, recibió 200.000 euros en 2011 para un proyecto de “impulso a la cohesión social en la comunidad transnacional cubana”. El centro todavía debía, en abril de este año, 87.000 euros a la Aecid.

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Facturas, tiques, albaranes, justificantes, billetes que confirmen un viaje o reservas de hoteles. Cualquier organización o Gobierno que reciba subvenciones de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) está obligado a justificar hasta el último céntimo desembolsado. La tarea es más difícil de lo que parece y decenas de instituciones en todo el mundo no son capaces de acreditar de manera convincente cómo gastaron su dinero. Según una base de datos a la que ha tenido acceso El Confidencial, la Aecid se ha visto obligada a reclamar —a menudo en los tribunales— más de 55 millones de euros. Y de ese montante, solo ha conseguido recuperar una cuarta parte. El resto, en torno a 38 millones de euros, se da por perdido.

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