Religión y su alternativa: así han cambiado las asignaturas al son de los gobiernos
Isabel Celaá se ha estrenado en el Congreso como ministra de Educación y Formación Profesional con un anuncio: la asignatura de Religión dejará de ser computable
Isabel Celaá se ha estrenado en el Congreso como ministra de Educación y Formación Profesional con un anuncio: la asignatura de Religión dejará de ser computable y no tendrá una alternativa. Así, el Gobierno de Pedro Sánchez afronta el que había sido hasta el momento el principal caballo de batalla de la oposición al Ejecutivo del PP y ataca la conocida como ley Wert, de la que pretende derogar de manera urgente varios artículos para, entre otras cosas, incluir la creación de una nueva asignatura obligatoria de Valores Cívicos y Éticos.
El plan del nuevo Ejecutivo es sacar adelante esta reforma de la ley de manera rápida, para que los cambios puedan entrar en vigor durante el curso 2019-2020, algo que de suceder supondría el primer cambio sobre la Lomce, que apenas cuenta con cinco años de antiguedad. De hecho, la ley aprobada por el Gobierno de Rajoy en 2013 sustituyó a la implantada por José Luis Rodríguez Zapatero siete años antes, en 2006, bautizada como Ley Orgánica de Educación (LOE).
En España, los cambios en las normativas educativas han sido constantes y en varias ocasiones los agentes del sector han solicitado a los gobernantes un pacto de Estado que evite que la educación se convierta en un arma electoral y que se reduzcan el número de cambios que experimenta esta ley cada poco tiempo. De hecho, hace pocos meses el PP impidió que se llegase a un acuerdo en este sentido, al negarse a dotar de más fondos la educación, pero aunque el Gobierno ya está en sus manos, por el momento no se reanimará la negociación para llegar a un pacto educativo.
Asignatura veleta desde 1970
Una de las medidas más llamativas del nuevo Gobierno en materia educativa será quitar el valor computable a la asignatura y eliminar su alternativa. Esto significará que dejará de contar para elaborar la nota media de los alumnos así como de tenerse en cuenta a la hora de solicitar u otorgar becas, y que los alumnos que no escojan estudiar esta materia en los colegios e institutos no tendrán que cursar otra para compensar las horas escolares.
De materializarse, sería la primera vez que el Gobierno suprime la asignatura alternativa a Religión, una herencia de la Transición, tipificada en la ley de 1970, que no fue modificada con la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de España (Logse) de 1990, que sí reconocía el carácter voluntario de la materia de Religión (aunque de oferta obligada por los centros) pero no la eximía de alternativa educativa, un papel que hasta el momento había jugado la asignatura de Ética.
No fue hasta 1994 cuando el Gobierno de Felipe González reguló la asignatura alternativa que debía ofrecerse en los colegios, ya que desde la aprobación de la nueva normativa y hasta el momento, la mayoría de centros habían optado por clases de refuerzo. González estableció mediante el Real Decreto 2438/1994 que aquellos alumnos que no optasen por enseñanzas religiosas debían participar en las actividades de estudio alternativas que el centro organzase de manera simultánea a las clases de Religión.
Este real decreto estableció que los contenidos de la materia no podían versar sobre el currículo de los distintos niveles educativos y que en ella debía impartirse conocimiento que facilitase la apreciación de determinados aspectos de la vida social y cultural a través del análisis y comentario de diferentes manifestaciones literarias, plásticas y musicales.
Aznar intentó crear una asignatura 'dura' como alternativa a Religión llamada Hecho Religioso
Además, el texto epecificó también que aunque en la enseñanza obligatoria la nota de Religión sí computaría para elaborar la calificación media del alumno, en las enseñanzas de Bachillerato las calificaciones de Religión no lo harían, evitando así que hubiese discriminación entre los alumnos que cursaban esta asignatura y los que no, para quienes la alternativa no computaba.
En 2002, con José María Aznar como presidente, el Ejecutivo intentó un nuevo cambio sobre la asignatura alternativa a Religión, planteando fortalecer el contenido de la materia convirtiéndola en una asignatura llamada Hecho Religioso, que según la por entonces ministra de Educación, Pilar del Castillo, computaría para repetir curso y para hacer la media para acceder a la universidad. Pero su plan no fructificó, ya que José Luis Rodríguez Zapatero llegó al Gobierno antes de que entrase en vigor esta ley.
Educación para la Ciudadanía
El presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero aprobó, no sin polémica, una nueva ley de educación en 2006: la Ley Orgánica de Educación, también conocida como LOE, que no hacía cambios en Religión y en su alternativa pero establecía la creación de una nueva asignatura llamada Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. La nueva materia se implantó para cursarse en uno de los cursos del tercer ciclo de la Educación Primaria y en uno de los tres primeros cursos de Educación Secundaria, y según lo establecido en la ley, debía prestar especial atención a la igualdad entre hombres y mujeres.
Esta asignatura fue revocada por la siguente ley de educación española, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), también conocida como ley Wert, en referencia a José Ignacio Wert, el ministro del Gobierno de Mariano Rajoy que se encargó de sacarla adelante. En 2013, con la aprobación de la nueva legislación, desapareció Educación para la Ciudadanía y se estableció como alternativa a Religión la signatura Valores Sociales y Cívicos para Educación Primaria y Valores Éticos en Secundaria.
La ley Wert estableció también que Religión volviera a ser una asignatura computable, es decir, a tener el mismo valor sobre la nota final del alumno que asignaturas troncales como Matemáticas o Lengua.
El último cambio fue en 2015
El último cambio llegó en 2015, cuando el Ejecutivo de Mariano Rajoy aprobó un nuevo currículo para la asignatura de Religión en los colegios desarrollado por la Comisión Episcopal de Enseñanzas y Catequesis y no por el Gobierno, como ya se venía haciendo en las últimas reformas educativas.
En esta reforma se incluyeron en el currículo de la asignatura los rezos. En concreto, en el primer curso de Primaria, donde uno de los puntos evaluables es que el alumno memorice y reproduzca "fórmulas sencillas de petición y agradecimiento". Eso sí, Religión se mantuvo como optativa en los seis cursos de Primaria y en los cuatro de Sencundaria, y su contenido seguía siendo evaluable pese a no entrar en las pruebas externas de Secundaria.
Isabel Celaá se ha estrenado en el Congreso como ministra de Educación y Formación Profesional con un anuncio: la asignatura de Religión dejará de ser computable y no tendrá una alternativa. Así, el Gobierno de Pedro Sánchez afronta el que había sido hasta el momento el principal caballo de batalla de la oposición al Ejecutivo del PP y ataca la conocida como ley Wert, de la que pretende derogar de manera urgente varios artículos para, entre otras cosas, incluir la creación de una nueva asignatura obligatoria de Valores Cívicos y Éticos.
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