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Coincidencias y diferencias entre Iglesias y Errejón sobre el nuevo Gobierno del PSOE
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PODEMOS EN LA ERA 'POSTRAJOY'

Coincidencias y diferencias entre Iglesias y Errejón sobre el nuevo Gobierno del PSOE

Las distintas visiones del pablismo y el errejonismo se manifiestan en la lectura que hacen sobre los retos, oportunidades y, sobre todo, los posibles efectos que tendrá en Podemos el nuevo escenario

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (d), junto al diputado Íñigo Errejón (i) y el secretario general de la formación en Madrid, Ramón Espinar (c). (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (d), junto al diputado Íñigo Errejón (i) y el secretario general de la formación en Madrid, Ramón Espinar (c). (EFE)

Podemos ha diseñado una estrategia de vigilancia y marcaje al nuevo Ejecutivo socialista, basada en una mano tendida de cara a empujar a Pedro Sánchez hacia una agenda social. La máxima pasa por mantener una posición que aleje a la formación tanto de convertirse en muleta de los socialistas como en una oposición de izquierda gruñona, que le lleve a caer en una pinza con la derecha y navegar contra la corriente del electorado con ilusiones depositadas en el cambio. El término fetiche es "aprovechar" la ventana de oportunidad. Pablo Iglesias conminaba en la última reunión del máximo órgano de dirección a "aprovechar la oportunidad de convertir nuestras propuestas en leyes de verdad. Ahora toca aprovechar lo que queda de legislatura para que salgan adelante".

En lo esencial hay un alto consenso sobre la estrategia en la dirección del partido, al margen de los matices del sector anticapitalista que defiende en minoría la necesidad de "presionar" desde el minuto uno y profundizar el "conflicto". A pesar de ello, existen diferencias tácticas entre el errejonismo y el pablismo, que se manifiestan también en distintas lecturas sobre los retos, las oportunidades y, sobre todo, los posibles efectos que tendrá en su organización política. Unos efectos que no solo se circunscriben a lo electoral, sino también a su propia identidad. De lo que no hay duda es de que la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno ha generado un punto de inflexión en Podemos que cada sector se afana en teorizar para anticipar escenarios. ¿Ir a la ofensiva o a la defensiva? ¿Impugnación o construcción?

La esencia populista de Podemos queda tocada en la nueva coyuntura política. El mejor ejemplo es que la formación está transitando del eje ideológico de "los de abajo contra los de arriba" al de "izquierda contra derecha". El líder de Podemos lo asumía ante los suyos en el Consejo Ciudadano Estatal al reclamar a Pedro Sánchez que "mire a su izquierda". Durante el último programa de 'Fort Apache', que presenta Iglesias, profundizaba esta lectura al reconocer el cambio en la política de bloques: "En las próximas elecciones habrá una realidad de gobierno en la que o bien manda PP con Ciudadanos o mandamos nosotros con el PSOE".

La formación está transitando del eje populista de "los de abajo contra los de arriba" al clásico de "izquierda contra derecha"

Íñigo Errejón, por su parte, aseguraba esta semana en unas jornadas universitarias en las que participaron varios de los teóricos populistas de renombre internacional que "con el nuevo gobierno corremos el riesgo de que la disputa central vuelva a ser la contraposición parlamentaria de izquierda-derecha en lugar de algún tipo de oposición arriba-abajo". Asimismo reconocía que "hoy España vive un momento menos populista que en 2014 o 2015", cuando Podemos irrumpió en el panorama político español transformando el sistema de partidos.

El secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político de Podemos señala la vuelta al eje izquierda-derecha como un "riesgo", mientras que Iglesias lo asume ya como una realidad. Con todo, Errejón asumía en una reciente entrevista la transformación del sistema de partidos en dos bloques, al igual que Iglesias: "Nosotros necesitamos un clima de optimismo, y luego que la gente decida en cada sitio quién conduce y quién acompaña. Construyamos un bloque progresista sólido y luego que los ciudadanos decidan a quién ponen al mando y a quién detrás".

Iglesias: "En las próximas elecciones habrá una realidad de gobierno en la que o bien manda el PP con Cs o bien mandamos nosotros con el PSOE"

La dirección proyecta hacia fuera ese mismo "clima de optimismo" que mencionaba Errejón, pero en los debates internos se señala una serie de riesgos evidentes menos esperanzadores, y de ahí el latente "no nos falles" que acompañó la llegada al poder del anterior presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero. Interpretan así dirigentes muy cercanos a Iglesias que la "oportunidad" tras la salida de Mariano Rajoy del Gobierno, pueda girar en aplazar el cambio social que propugna Podemos o, directamente, que Pedro Sánchez "venga a cerrar el cambio". La lectura de una lógica 'gatopardiana' está muy presente.

Otro de los principales riesgos que se ponen sobre la mesa es que el PSOE siga pensando que tiene el "monopolio de la izquierda". Esto es, no asumir el campo progresista ha cambiado en los últimos años, y que los socialistas apuesten por mantener una relación con Podemos que no sea de alianza, sino de "tratarnos como una fuerza más en un arco parlamentario de geometría variable", advertía el diputado Manolo Monereo, padre político de Iglesias, en la tertulia antes mencionada de 'Fort Apache' sobre los escenarios abiertos tras la moción de censura. "Es lo que me preocupa de este Gobierno, que al final todo pueda ser gobernar un ciclo electoral para que Unidos Podemos sea IU, que sea una parte significativa pero que no cuente. Nosotros no hemos venido para ser la izquierda del PSOE, sino para gobernar, y me preocupa que nos traten como a los demás", añadía el diputado por Córdoba.

Dirigentes cercanos a Iglesias temen que se aplace el cambio social que propugna Podemos o que Sánchez, directamente, "venga a cerrar el cambio"

Al Gobierno de Pedro Sánchez "no se le puede pedir la Luna", explicaba Errejón en su última entrevista. Al mismo tiempo remarcaba que "el rumbo de la navegación y la velocidad que alcancemos depende de nuestra capacidad para llegar a acuerdos". Con todo, en un seminario celebrado esta semana señalaba que el nuevo Ejecutivo, "sin duda, se mostrará más cómodo avanzando en materia de derechos civiles y memoria histórica que discutiendo sobre la redistribución de la riqueza o la plurinacionalidad".

El cambio de paradigma, con la vuelta a los bloques y al eje izquierda-derecha, también se visualiza en el hecho de que en el actual contexto político "no se valora tanto la oposición radical a los que mandan como la capacidad de hacerse cargo de las diferencias, gestionarlas y ponerlas de acuerdo", según explicaba Errejón en su conferencia "Diálogos sobre el futuro del populismo", que impartió en el citado seminario universitario junto a la reconocida politóloga Chantal Mouffe. A ello añadía que "tal vez por eso se valoran tanto los liderazgos que representan el diálogo, la escucha, la capacidad de negociar y llegar a acuerdos.

Errejón: "No siempre es fácil casar la tradición populista con la republicana, hoy la segunda tiene más recorrido"

Un tipo de liderazgo que Pablo Iglesias decidió afrontar con todas las consecuencias, ya desde hace varios meses. La asamblea de parlamentarios y alcaldes que se materializó en la denominada Declaración de Zaragoza es uno de los principales ejemplos. "En este último año, hemos sabido también trabajar nuestras relaciones con otras formaciones políticas sin renunciar nunca a nuestra coherencia y a nuestros principios como formación; aun en los momentos más duros y difíciles fuimos capaces de ser coherentes con lo que siempre hemos planteado y, con ello, hemos logrado convertirnos en interlocutores válidos, serios y respetados con quienes era necesario hablar para impulsar una moción", explicaba ante el máximo órgano de dirección del partido, mencionando expresamente la Declaración de Zaragoza.

Sini esta labor de mediación no se entendería el encuentro que Iglesias mantendrá este lunes con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, previamente a su encuentro con Pedro Sánchez, para ir asfaltando el camino al presidente del Gobierno. "Mi voluntad es ayudar a que haya un clima de entendimiento entre el Gobierno español y las fuerzas políticas catalanas. Que el diálogo y las vías democráticas sean los que guíen las políticas que gestionan el conflicto en Cataluña", explicaba el líder de Podemos respecto a los objetivos de este encuentro.

El propio Errejón, que dentro del populismo se inscribe en la escuela teórica del peronista Ernesto Laclau (como Mouffe, con quien firmó sus principales ensayos), reconocía un contexto político difícil de casar con los elementos más definitorios de Podemos: "No siempre es fácil casar la tradición populista con la republicana, hoy la segunda tiene más recorrido". Entendida ésta como compromiso cívico con la comunidad y el fortalecimiento de la ley frente al sálvese quien pueda. Todo cambia, más aún en un momento de hiperaceleración política, y Podemos renueva su armazón teórico y práctico para adaptarse a las nuevas coyunturas. El resultado se verá en las urnas.

Podemos ha diseñado una estrategia de vigilancia y marcaje al nuevo Ejecutivo socialista, basada en una mano tendida de cara a empujar a Pedro Sánchez hacia una agenda social. La máxima pasa por mantener una posición que aleje a la formación tanto de convertirse en muleta de los socialistas como en una oposición de izquierda gruñona, que le lleve a caer en una pinza con la derecha y navegar contra la corriente del electorado con ilusiones depositadas en el cambio. El término fetiche es "aprovechar" la ventana de oportunidad. Pablo Iglesias conminaba en la última reunión del máximo órgano de dirección a "aprovechar la oportunidad de convertir nuestras propuestas en leyes de verdad. Ahora toca aprovechar lo que queda de legislatura para que salgan adelante".

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