Los ministros diputados dejan sus escaños para centrarse en su labor de Gobierno

Por primera vez en democracia, ningún miembro del Gobierno tendrá escaño de diputado en el Congreso. No lo tiene Pedro Sánchez, pero tampoco lo tendrá desde este viernes ninguno de sus compañeros de Gabinete, porque los tres ministros que aún se sentaban en la Cámara Baja renunciarán a su acta.

En un Ejecutivo montado con la legislatura en marcha y cimentado sobre una minoría parlamentaria muy débil, el paso que darán en las próximas horas Margarita Robles (Defensa), Meritxell Batet (Política Territorial y Función Pública) y José Luis Ábalos (Fomento) era bastante lógico. La justificación oficial es que así los tres podrán centrarse en sus respectivas labores de gestión, pero también influye que el Grupo Socialista, con solo 84 diputados de un Congreso de 350, no puede permitirse el lujo de perder votaciones por poco. Los ministros, al liberarse de sus escaños, no estarán obligados a acudir a la Cámara Baja más que para las sesiones de control de los miércoles o cuando les toque defender algún proyecto legislativo. Podrán faltar, por tanto, a las votaciones de los martes —cuando se discuten proposiciones de ley, no de ley y mociones— o de los jueves —cuando se votan los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo, las enmiendas de totalidad o las enmiendas de textos que regresan del Senado—.

Fuentes del Gobierno apuntan que fue el propio Sánchez quien reclamó a sus tres ministros diputados que abandonaran sus actas

Según confirmaron fuentes del Grupo Socialista a este diario, Robles, Batet y Ábalos renunciarán a sus actas "en las próximas horas", con toda seguridad este viernes. "Es el sentido de responsabilidad y la agenda del ministro. La labor de un diputado implica un trabajo al cien por cien en el Congreso y Ábalos, por ejemplo, tiene la responsabilidad no solo de la cartera de Fomento, sino también de la Secretaría de Organización del PSOE. Y esto no es un Gobierno de tres días, sino un Gobierno que viene a trabajar, y va a tener una actividad intensa, por lo que su renuncia se enmarca en esta línea", explicaban en el círculo del titular de Fomento después de que la noticia fuera adelantada por 'El Independiente'. Fue el propio presidente, no obstante, quien pidió a sus tres ministros dar ese paso, según admitieron fuentes gubernamentales a este periódico.

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Sesión de control la semana próxima

El gesto de los ministros obligará a correr la lista en tres circunscripciones. Por Madrid, en sustitución de Robles, que ocupó el segundo puesto en la candidatura en las generales de 2016, entrará la número diez, Gema López Somoza. Por Valencia, para relevar a José Luis Ábalos, se incorporaría Alicia Piquer, la cuatro. Y por Barcelona, para sustituir a Batet, ingresará Mohammed Chaib, que en los comicios del 26-J ocupaba el quinto lugar en la plancha electoral. Ninguno de los tres son pesos pesados ni rostros conocidos ni del PSOE ni del PSC.

Fuentes cercanas a Ábalos recuerdan que el Ejecutivo tendrá una actividad intensa, no es "para tres días" y él además es número tres del PSOE

El pasado martes, en el primer pleno de esta nueva era, los tres ministros aún con escaño fueron llegando escalonadamente al Congreso. La primera, Robles. Había votación programada sobre las siete de la tarde. El resto de la bancada azul del Ejecutivo estaba desierta. Hasta la próxima semana no retornan las sesiones de control. El martes 19, en el Senado, a las 16 horas, y el miércoles 20, a las 9, en la Cámara Baja.

El Grupo Socialista afronta a partir de ahora una etapa muy complicada y no puede permitirse perder votaciones porque tres de sus diputados estén ausentes por su agenda de ministros. La portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, deberá tejer alianzas para sacar adelante algunas de las reformas del Ejecutivo, articulando mayorías complicadas. Y en ocasiones los números estarán muy justos. El PSOE está muy lejos de los 176 parlamentarios que dan el control del Congreso, y el PP dispone de una cómoda mayoría absoluta en el Senado. Tampoco controla ninguna de las Mesas de las dos Cámaras. Muchos obstáculos por el camino, así que el partido y el presidente optan por despejar el camino, apartando aquellos que dependen de su voluntad.

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Sánchez dejó su escaño en octubre de 2016, para no tener que abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. Desde mañana, no lo tendrán ninguno de sus 17 ministros. No lo tenían Carmen Calvo (vicepresidenta y titular de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad), Josep Borrell (Exteriores), Dolores Delgado (Justicia), María Jesús Montero (Hacienda), Fernando Grande-Marlaska (Interior), Isabel Celaá (Educación y portavoz del Ejecutivo), Magdalena Valerio (Trabajo), Reyes Maroto (Industria), Luis Planas (Agricultura), Transición Ecológica (Teresa Ribera), Nadia Calviño (Economía), Carmen Montón (Sanidad) y Pedro Duque (Ciencia). Tampoco lo tiene el nuevo responsable de Cultura y Deporte, José Guirao, sustituto del fugaz Màxim Huerta. Y fuera quedarán del Congreso, por tanto, Robles, Batet y Ábalos. Será algo anómalo. Otros Ejecutivos socialistas solían pedir a los secretarios de Estado que abandonaran sus escaños, pero no a los ministros. Y todos los presidentes de la democracia han tenido asiento en la Cámara Baja. Todos menos Sánchez.