Juicio a Junqueras en noviembre: la prueba de fuego de Sánchez con PDeCAT y ERC

Que el recién estrenado Gobierno socialista tiene por delante un camino complicado en que el equilibrio con aquellos partidos que han dado apoyo a la moción de censura pasará factura, no es una novedad. Que el PP ha comenzado a afilar sus armas frente a cualquier guiño que el Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez lance hacia los sectores independentistas, tampoco. Entre aliados y oponentes, el próximo juicio a Oriol Junqueras será uno de los primeros escollos que atravesará el nuevo presidente, y pondrá a prueba, de una manera especialmente visual, la confianza ofrecida por ERC y el PDeCAT.

El calendario que maneja el Tribunal Supremo sitúa esta prueba de fuego para el próximo mes de noviembre. Las previsiones que hasta ahora barajaba el juez Pablo Llarena ya hacían prever una celebración de la vista oral el próximo otoño. No obstante, el transcurso de la instrucción y, sobre todo, los trámites derivados del tipo de procedimiento, colocan el juicio más cerca del invierno. Noviembre o incluso el último mes del año, informan a El Confidencial fuentes jurídicas.

Según explican, la primera causa de este cambio en las previsiones es que las partes personadas continúan reclamando pruebas en este punto. Por ejemplo, la Fiscalía acaba de promover nuevas diligencias para averiguar el gasto de uso de cada uno de los más de 2.000 colegios electorales que abrieron durante la jornada del 1-O. También la defensa ha solicitado prueba.

Otro de los motivos es la revisión, en apelación, del procesamiento que dictó el propio Llarena el pasado 23 de marzo. Ayer mismo, la vista que debía celebrarse quedó aplazada y aún no tiene nueva fecha. Una vez se lleve a cabo, los magistrados deliberarán unos días antes de decidir si avalan la decisión del instructor que dictó auto contra 25 personas por delitos de rebelión, malversación y desobediencia, entre ellos el exvicepresidente.

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A partir de ahí comienza la fase dos del procedimiento, que, recordemos, es ordinario. Esto significa que deben seguirse los trámites del llamado sumario, menos ágiles que los de las diligencias previas. Cuando el juez instructor estime que sus actuaciones están completas, dictará auto de conclusión y tendrá que elevar la causa al tribunal competente, en este caso, la Sala de lo Penal del Supremo. Esta resolución se notifica a la Fiscalía, a la acusación popular que ejerce VOX y a los 25 procesados en una audiencia a celebrar en un plazo máximo de 10 días.

Ida y vuelta de los autos

Desde ese punto, el trámite adquiere un plus de complejidad. Arranca la fase intermedia, en la que se llevan a cabo diligencias dirigidas a confirmar o 'tumbar' el último escrito del juez, ese en el que Llarena vertirá todas sus conclusiones definitivas. Toma las riendas el magistrado ponente, en la causa sobre el 'procés', este será el presidente de la Sala de lo Penal del TS, Manuel Marchena, que debe abrir nuevo plazo de alegaciones a las partes. Estas incluso pueden en este punto reclamar nuevas diligencias. También expresar lo que consideren sobre la apertura de juicio oral. Quizá sea este el momento más delicado, cuando la Fiscalía tendrá que poner negro sobre blanco su acusación definitiva. Se desvelará entonces si el Ministerio Público, bajo la jefatura que decida Pedro Sánchez, toma el camino de la rebelión u otros como la sedición.

De nuevo en manos del ponente y a la vista del criterio de todos, en tres días se dicta nuevo auto en el que se avale o se matice el de conclusión del sumario y que ya da pie a la fase de juicio oral. Será un tribunal de siete magistrados el que les juzgue. Los huidos, también Carles Puigdemont, se sentarán en el banquillo de forma separada, siempre que sean entregados.

Tanto ir y venir hace dudar al Tribunal Supremo sobre si, dado que se trata de una causa en la que hay nueve personas en prisión provisional, conviene acelerar las cosas al máximo habilitando agosto como mes hábil. La decisión sobre este punto no está tomada pero, por mucho que se trate de agilizar el sumario lo más posible, no hay encaje para que el juicio se celebre antes, informan las fuentes consultadas.