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Aznar se ofrece desde su "posición actual" a reconstruir el "centroderecha" en España
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HORAS DESPUÉS DE LA DIMISIÓN DE RAJOY

Aznar se ofrece desde su "posición actual" a reconstruir el "centroderecha" en España

El expresidente ha insistido en que la situación "delicada" que atraviesa España pasa necesariamente por recuperar un proyecto de centroderecha al que querría contribuir

Foto: José María Aznar, a su llegada a la presentación del libro 'No hay ala oeste en la Moncloa', de Javier Zarzalejos. (EFE)
José María Aznar, a su llegada a la presentación del libro 'No hay ala oeste en la Moncloa', de Javier Zarzalejos. (EFE)

Apenas unas horas después de que Mariano Rajoy anunciara que dejará la presidencia del PP este verano tras 14 años, el expresidente del Gobierno José María Aznar advirtió de la “crisis de partidos y de liderazgo” que España vive en estos momentos y apeló a la necesidad de reflexionar sobre “la delicada situación política” del país. Entre sus principales diagnósticos, según explicó, se encuentra “la indispensable y necesaria reconstrucción de un centroderecha nacional” que recupere sus señas de identidad, su conexión con el electorado y un sólido proyecto de confianza para los españoles. Aznar aseguró también que, desde su posición actual “y no desde ninguna otra”, contribuiría “con mucho gusto” a ese cometido “para que los españoles puedan tener garantías de un proyecto de futuro”.

Aznar insistió en que en estos momentos el espacio del centroderecha ha sido desarticulado porque “lo que estaba unido hoy está dividido” y, añadió, “desgraciadamente está incluso enfrentado”. Se refirió, sin nombrarla, a la situación en que se encuentra hoy por hoy la relación entre PP y Ciudadanos, tras la moción de censura que terminó sacando a Rajoy de La Moncloa y, antes, por la ruptura del pacto de investidura anunciado por Albert Rivera. El expresidente también recordó algunos apuntes que hizo “hace tres años”, entre ellos, la necesidad de que el PP configurara políticas en ese sentido si quería sobrevivir a crisis más graves. Aquello, dijo, solo cosechó “descalificaciones e improperios”.

Aznar se compromete con los españoles a reconstruir el ''centroderecha''

Así lo afirmó el que fuera jefe del Ejecutivo entre 1996 y 2004, que este martes participó en la presentación del libro ‘No hay ala oeste en la Moncloa’, de Javier Zarzalejos (Editorial Península), celebrado en la escuela de negocios Next, a la que también asistió Esperanza Aguirre. Y no dudó en insistir en que le gustaría “contribuir” a ese nuevo proyecto, desde su posición actual “de total independencia política”, teniendo “solo un compromiso” con España, los españoles y muy especialmente, dijo, con aquellos que defienden “las ideas de libertad, que quieren una sociedad civil abierta y en progreso, y que quieren verse representados en el centroderecha”.

placeholder José María Aznar, junto a Esperanza Aguirre. (EFE)
José María Aznar, junto a Esperanza Aguirre. (EFE)

La definición se acercaba más al partido de Albert Rivera que al propio PP, al que se refirió en alguna ocasión para agradecer los años políticos en los que estuvo al frente del Gobierno. Años que, dijo, le hacen sentirse “muy orgulloso” por haber liderado una fuerza política que fue “básica para la fortaleza de España”. Insistió en manifestar su orgullo por los apoyos recibidos entonces, en unas frases similares a las pronunciadas por Rajoy este martes en la calle Génova para despedirse de su partido.

"Desarticular el movimiento secesionista"

Aznar también se refirió a la situación catalana, “un intento de golpe de Estado que no ha sido desmantelado” y que a su juicio el Gobierno de Rajoy no ha sabido gestionar. No es que lo dijera con esas palabras, pero el expresidente insistió en unas declaraciones que hizo también hace unos meses, cuando afirmó que si tras las elecciones catalanas la mayoría continuaba siendo de partidos separatistas, “estaríamos peor que antes”.

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El exdirigente popular entiende que la aplicación del 155 solo sirvió para convocar unos comicios que nada han hecho por “la restauración del orden constitucional” y la “normalidad institucional”. Advirtió además de que estas cuestiones no llegarán “por milagro de conversión ni por concesiones”, sino que solo se producirán si realmente “se desarticula el movimiento secesionista con todos los apoyos, mediáticos, sociales, políticos y económicos”. Criticó, por tanto, la laxitud con la que a su juicio se ha aplicado el 155, que ya no está en vigor tras el nombramiento del nuevo Govern.

"Del liberalismo antipático a la nada simpática"

Tal y como explicó él mismo, no dudó en aprovechar su intervención para “satisfacer posibles inquietudes” en unos días “tan animados” como los actuales. Además de la crisis de partidos y la necesidad de que el centroderecha se una para fortalecerse, el expresidente puso el acento en "la crisis de liderazgo" que sufre la política española. En ese sentido, recalcó que, a su juicio, no son los ciudadanos los que han dado la espalda a los partidos ni los que han cambiado su posición, sino que han sido las formaciones políticas las que han hecho ambas cosas, “sembrando el desconcierto en muchos electores”.

Pistoletazo de salida a la sucesión de Rajoy

El 'expopular' —insistió en que no se considera “militante de nada” ni se siente “representado” por nadie— se refirió también al "desmantelamiento que el centroizquierda" sufre desde 2004 y también apeló a la necesidad de una reconstrucción de "la izquierda nacional". Para esa cuestión no se ofreció, pero sí recalcó que los apoyos logrados por Sánchez para llegar a La Moncloa en la moción “pueden ser su responsabilidad y oportunidad” para devolver a la izquierda la fortaleza lejos del “populismo radical”. En el eje del PP, sin mencionarlo expresamente, insistió en que “el victimismo en política es exactamente lo contrario al liderazgo” y aseguró que “quien lo ejerce no es sino víctima de sí mismo”. Precisamente en los últimos turnos para la intervención, lanzó otra frase para poner en valor su legado dentro del PP, al mismo tiempo uno de los dardos más directos para los actuales dirigentes de la formación conservadora. “Pasar del liberalismo antipático a la nada simpática”, zanjó.

placeholder El líder del PP, Mariano Rajoy, durante la reunión del comité nacional del partido. (EFE)
El líder del PP, Mariano Rajoy, durante la reunión del comité nacional del partido. (EFE)

El expresidente no quiso dejarse ni un tema en el tintero y cerró su turno de palabra hablando sobre la corrupción, “el cáncer que no podemos tolerar”, aseguró, insistiendo en que “cada uno debe responder de sus actos con la ley, sus garantías y sus exigencias”. Aznar afirmó que él responde de los suyos “desde el primero hasta el último” y, sin referencias expresas, dijo que en estos últimos días “se han dicho cosas muy graves” para manchar su trayectoria personal y política. El expresidente, que no quiso referirse a nadie en concreto, sí manifestó que es partidario de dedicarle “el tiempo justo” a la mentira, pero que, “dado que está profesionalizada”, también hay que empezar a “tomársela en serio”.

Su objetivo, insistió, es “que no salga gratis”. Y por eso aseguró que tomará las medidas necesarias para que se conozcan “los nombres y apellidos” de quienes las digan. “Yo seguiré diciendo y haciendo lo que creo que mi país necesita de mí. El silencio es una irresponsabilidad y actuaré en consecuencia”, zanjó, despertando verdaderas inquietudes en una sala llena y expectante el mismo martes en que Rajoy anunció su dimisión como presidente del PP y sin hablar de los casos de corrupción que comenzaron bajo su mandato en las filas conservadoras.

Apenas unas horas después de que Mariano Rajoy anunciara que dejará la presidencia del PP este verano tras 14 años, el expresidente del Gobierno José María Aznar advirtió de la “crisis de partidos y de liderazgo” que España vive en estos momentos y apeló a la necesidad de reflexionar sobre “la delicada situación política” del país. Entre sus principales diagnósticos, según explicó, se encuentra “la indispensable y necesaria reconstrucción de un centroderecha nacional” que recupere sus señas de identidad, su conexión con el electorado y un sólido proyecto de confianza para los españoles. Aznar aseguró también que, desde su posición actual “y no desde ninguna otra”, contribuiría “con mucho gusto” a ese cometido “para que los españoles puedan tener garantías de un proyecto de futuro”.

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