Rivera reprocha ya las "venganzas" entre partidos en los PGE y evita fijar su postura

Pedro Sánchez ya está en el Palacio de la Moncloa. La votación de la moción de censura el pasado viernes lo confirmó como presidente del Gobierno cuando todavía quedan más de dos años de legislatura. Sin duda, se trata de un escenario inédito lleno de cuestiones sin precedentes. El primero de ellos: unos Presupuestos aprobados por el PP que Sánchez se comprometió a mantener tras haberlos criticado su partido duramente porque, entre otras cosas, fue una condición impuesta por el PNV. Las cuentas, que los 32 diputados de Ciudadanos apoyaron, “son unos buenos Presupuestos”, como recordó el secretario general naranja, José Manuel Villegas, este lunes. Sin embargo, el proceso en el que entrarán a partir de ahora (en el Senado) y después, en el Congreso, puede cambiarlo todo una vez más.

Como publicó este diario, el PP avanza estar dispuesto a “mejorar” el proyecto en el trámite de enmiendas de la Cámara Alta, dispuesto a dejar solo al nuevo Gobierno de Sánchez en su primer reto serio: aprobar el techo de gasto para el próximo año. De hecho, el Grupo Popular pedirá este lunes en el Senado una prórroga para el periodo de enmiendas parciales. La mayoría absoluta del PP permitiría variar el calendario, esperar a que Sánchez nombre a sus ministros y estudiar la reasignación de partidas en los distintos ministerios. La cuestión es que una vez queden introducidas las enmiendas en el Senado, los Presupuestos volverán al Congreso. Y ahí Sánchez y su nuevo Gobierno deberán retratarse sí o sí: o vota con el PP admitirlas o trata de apoyarse en todos los grupos parlamentarios que le respaldaron en la moción y las tumba (dejando tal cual está el proyecto de Montoro). En otras palabras: las cuentas del PP no corren ningún riesgo, pero el nuevo presidente del Gobierno deberá retratarse.

Ciudadanos, por su parte, no adelanta la posición que mantendrá. Está por ver si sus senadores respaldan las “mejoras” que los populares dicen que presentarán y que pueden poner en peligro algunas de las inversiones pactadas con el PNV. Villegas aseguró que los Presupuestos no pueden depender de “guerras” ni “venganzas” entre partidos, y que ese no será el criterio a seguir. Con todo, y aunque ellos nieguen ese criterio, podrían posicionarse de un lado u otro si consideran que las cuentas públicas podrían mejorar todavía más. No hace falta señalar que el grupo de Rivera rechaza de plano muchas cuestiones pactadas entre el Gobierno y los peneuvistas, pero las aceptó porque las cuentas también incluían un paquete de medidas acordado con Ciudadanos.

“Un Gobierno débil con demasiadas hipotecas”

Más allá del asunto presupuestario, Villegas no dudó en insistir en la “preocupación” que tiene su partido ante el nuevo escenario. “Es un Gobierno débil con demasiadas hipotecas con aquellos que auparon la moción”, zanjó, en clara referencia a los partidos independentistas catalanes. “Estaremos vigilantes para que esas hipotecas no hagan que este Gobierno ejerza sus intereses en contra de los españoles”, concluyó.

El número dos de Rivera insistió también en que lo que debe hacer el nuevo jefe del Ejecutivo es sentarse a hablar con los constitucionalistas para ver cómo se puede instaurar un nuevo artículo 155, después de que decayera el pasado sábado con la constitución del nuevo Govern de Quim Torra. En ese sentido, Ciudadanos considera clave que la herramienta constitucional siga en vigor —sobre cuatro aspectos al menos— en Cataluña: el control sobre el dinero público, los medios de comunicación que dependen de la Generalitat, los Mossos y la política exterior del Gobierno autonómico, conocida como las embajadas catalanas. Villegas considera que Sánchez ha mandado “mensajes contradictorios” en ese sentido, prometiendo que el Gobierno seguirá “controlando las cuentas” catalanas y, al mismo tiempo, diciendo que “flexibilizará” ese control.

Una vez más, el número dos de Rivera y secretario general de la formación remachó su posición en el actual escenario: la salida tendría que haber pasado por convocar elecciones generales, reiteró, porque “la legislatura se acabó y ahora la agonía se alarga”.