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Pensiones, 540 M y sin urnas a corto plazo: lo que el PNV salva con la moción de censura
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Pensiones, 540 M y sin urnas a corto plazo: lo que el PNV salva con la moción de censura

La amenaza de unas cercanas elecciones que proyectaran a La Moncloa a Rivera y el acuerdo presupuestario con Rajoy eran los dos grandes escollos que los 'jeltzales' han logrado superar

Foto: Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar, durante un encuentro. (EFE)
Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar, durante un encuentro. (EFE)

Hace escasos días, el PNV respiraba tranquilo al considerar que las bases habían entendido la decisión de dar vida a Mariano Rajoy con su aval a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Los argumentos de las inversiones millonarias en el zurrón vasco y la subida generalizada de las pensiones fueron más fáciles de vender que el hecho de haber incumplido su compromiso de no respaldar las cuentas con la aplicación del artículo 155 de la Constitución vigente en Cataluña. Razones que se pusieron sobre la mesa para justificar que se diera un salvavidas a quien la formación ‘jeltzale’ ha reprochado por activa y por pasiva su “desprecio” al autogobierno vasco.

Pero la tranquilidad apenas duró, ya que la sentencia del caso Gürtel, la posterior moción de censura del PSOE y la anunciada postura de los demás grupos del Congreso, en especial de las fuerzas nacionalistas, habían puesto de nuevo la presión sobre el PNV, que se enfrentaba a la tesitura de salvar por segunda vez al presidente del Gobierno en apenas una semana. La decisión estaba otra vez en sus manos y, en esta ocasión, ya no estaba el ‘escudo’ de los meros argumentos económicos.

El PNV no quería quedarse solo con Ciudadanos en su apoyo a Rajoy por la factura política que esta fotografía podría conllevar con las elecciones municipales y forales en el horizonte

El PNV no quería quedarse solo con Ciudadanos en su apoyo a Rajoy por la factura política que esta fotografía podría conllevar con las elecciones municipales y forales del próximo año en el horizonte, y en las que la formación ‘jeltzale’ aspira a permanecer al frente de las principales instituciones vascas, donde ahora gobierna con los socialistas en coalición. Pero, por otro lado, pesaba mucho la posibilidad de unas elecciones a corto plazo de las que se beneficiara Ciudadanos, el peor enemigo del nacionalismo vasco ante las reiteradas amenazas de Albert Rivera de acabar con lo que considera “beneficios vascos”.

De hecho, la amenaza de unas cercanas elecciones que proyectaran a La Moncloa a un crecido Rivera era uno de los dos grandes hándicaps para dar el aval a la moción de censura. El otro era su acuerdo presupuestario con el Gobierno de Rajoy, que conlleva 540 millones de euros de inversiones para el País Vasco. Y el PNV ha logrado, 'a priori', salvar ambos escollos, ya que ha conseguido el compromiso de Sánchez de retrasar al máximo la convocatoria de elecciones para que el ‘efecto Ciudadanos’ se pueda desinflar hasta la cita con las urnas (el líder del PSOE rehusa concretar una fecha para los comicios, si bien no serán a corto plazo) y de preservar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2018, a expensas de lo que pueda ocurrir durante su tramitación en el Senado.

El PNV ha sacrificado el fundamental apoyo en el Parlamento vasco del PP, que había amenazado con retirar su respaldo a los Presupuestos de Urkullu

Había mucho en juego para el PNV con el sí a la moción de censura que de momento ha conseguido salvar. En todo caso, lo que sí parece seguro es que va a perder el hasta ahora fundamental apoyo del PP en el Parlamento vasco, donde la formación nacionalista y el PSE no cuentan con mayoría, a tenor de la advertencia que lanzó el presidente de los populares vascos, Alfonso Alonso, que amenazó al partido ‘jeltzale’ con retirarle su respaldo en la Cámara de Vitoria si se aliaba con Pedro Sánchez para expulsar a Rajoy de La Moncloa. La moción de censura, según aseguró en los prolegómenos del debate en el Congreso, “pone en riesgo la estabilidad política” que existe en el País Vasco con el “compromiso” del PP.

Los populares vascos han posibilitado que los dos últimos Presupuestos del lendakari, Iñigo Urkullu, hayan visto la luz en elParlamento vasco y ahora, en el actual escenario, la posibilidad de que las cuentas de 2019 salgan adelante está muy en el aire. El PP deberá decidir si retira su apoyo presupuestario y se une al bloque que conforman EH Bildu y Podemos en la Cámara de Vitoria. La sintonía que han evidenciado hasta ahora populares y 'jeltzales' se ve amenazada también por la decisión del PNV de abrazarse a la antigua Batasuna de cara a la reforma del actual Estatuto de Gernika, donde ambas formaciones proponen el reconocimiento de la “nacionalidad vasca”, el derecho a decidir del pueblo vasco o la celebración de un referéndum independentista en un planteamiento de marcado acento soberanista.

Foto: El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban. (Reuters)

Pero en esta balanza de pros y contras, el PNV ha decidido sacrificar la continuidad del apoyo de los populares vascos para no quedar como el único sostén junto a Ciudadanos de un Rajoy acorralado por la corrupción tras la sentencia del caso Gürtel. El argumento económico, según apuntan fuentes ‘jeltzales’, ya “no sería suficiente” en esta ocasión para justificar la segunda vida dada al presidente del Gobierno. Además, el PNV apunta como otro factor que Sánchez se ha comprometido a abordar la cuestión territorial tan demandada por los nacionalistas vascos y catalanes y, en particular, a tratar de llegar a una solución al ‘conflicto catalán’ desde el diálogo. No es una cuestión baladí, a la vista de que los ‘hermanos’ nacionalistas catalanes recelaban del PNV tras su decisión de mantener con vida a Rajoy con su apoyo a los Presupuestos aún con el 155 vigente, cuando esta era una línea roja que, según había asegurado, nunca iba a traspasar. "Esperamos que el diálogo prometido sea cierto y no abuse de la prerrogativa que le estamos dando", aseguró de forma elocuente este jueves en su intervención en el Congreso el portavoz del PNV, Aitor Esteban.

El PNV da por salvado su acuerdo presupuestario con el Gobierno al que acaba de mandar a la tumba. Así, a la espera de ver cómo reacciona el PP durante la tramitación de las cuentas en el Senado —los populares han dejado constancia de que van a respetar el proyecto presupuestario pactado por “responsabilidad”—, la formación de Ortuzar considera que está garantizada la subida generalizada de las pensiones hasta el 1,6% en 2018 y 2019 —a lo que hay que sumar el aumento de la base reguladora de las pensiones de viudedad de cuatro puntos, hasta el 56%, en 2018 y otros tantos en 2019, hasta el 60%— y las inversiones para el País Vasco por valor de 540 millones. El pacto con el PP que no va a tocar Sánchez implica destinar más de 330 millones a infraestructuras "clave", en su inmensa mayoría (306) para el desarrollo de la alta velocidad con vistas a que sea una realidad en 2023 —el impulso económico fundamental al tren de alta velocidad se acordó en los Presupuestos de 2017—. Las cuentas también contemplan inversiones relevantes para el aeropuerto de Foronda (3,5 millones), el puerto de Pasajes (12 millones hasta 2021) y las plataformas intermodales de Jundiz y Lezo (un millón), así como para la supresión de 17 pasos a nivel (15 millones).

El acuerdo presupuestario con el PP contempla 306 millones para la alta velocidad, 40 para la rebaja de la tarifa eléctrica y 25 para la cárcel de Zubieta

Otra cuestión clave son los 40 millones de euros destinados para la rebaja de la tarifa eléctrica a la industria vasca, que dan continuidad a los 50 millones que se acordaron en el acuerdo presupuestario de 2017. Esta partida va destinada a sufragar el sobrecoste que unas 1.250 empresas, no solo vascas sino también de otras comunidades, venían pagando por el tipo de línea. Los Presupuestos consignan, igualmente, 50 millones de euros al apoyo al vehículo eléctrico, 25 millones para la demandada futura cárcel de Zubieta, que permitirá liberar los terrenos de la actual prisión de Martutene para posibilitar la expansión urbanística de San Sebastián, o 6,6 millones para proyectos medioambientales.

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias, interviene en el debate de la moción de censura presentada por el PSOE. (EFE)

Con Rajoy negándose a dimitir, no le seduce mucho al PNV la existencia un Gobierno inestable como el que se presta a liderar Sánchez. Pero la losa de la fotografía conjunta con Ciudadanos como salvadores de Rajoy ha pesado mucho. Ahora, más allá de preservar los Presupuestos Generales de 2018, está por ver si Sánchez podría atender a las históricas reivindicaciones nacionalistas de más competencias para el País Vasco en el Gobierno interino que conforme hasta la celebración de unas elecciones. Son dos las materias que el Gobierno vasco demanda de forma prioritaria, la gestión del régimen económico de la Seguridad Social y Prisiones.

De momento, el PNV defiende la “decisión legítima” que ha adoptado y que ha posibilitado la llegada del líder del PSOE a La Moncloa. “No aceptamos que se nos responsabilice ni demonice por nuestra acción política ni por las legítimas decisiones que tomamos. El PNV, en la nueva etapa política que se abre, seguirá siendo fiel a sus objetivos y a su manera de hacer política: la consecución de lo mejor para el País Vasco y su ciudadanía y la búsqueda del acuerdo entre diferentes en favor del bien común”, sostiene la formación ‘jeltzale’ en su comunicado para justificar la postura adoptada.

Hace escasos días, el PNV respiraba tranquilo al considerar que las bases habían entendido la decisión de dar vida a Mariano Rajoy con su aval a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Los argumentos de las inversiones millonarias en el zurrón vasco y la subida generalizada de las pensiones fueron más fáciles de vender que el hecho de haber incumplido su compromiso de no respaldar las cuentas con la aplicación del artículo 155 de la Constitución vigente en Cataluña. Razones que se pusieron sobre la mesa para justificar que se diera un salvavidas a quien la formación ‘jeltzale’ ha reprochado por activa y por pasiva su “desprecio” al autogobierno vasco.

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