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El PSOE abrirá una ronda de contactos para exponer su moción, no para "negociar nada"
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EL CAMINO SE HACE IMPRACTICABLE POR LAS EXIGENCIAS DE CS Y LOS INDEPENDENTISTAS

El PSOE abrirá una ronda de contactos para exponer su moción, no para "negociar nada"

Sánchez quiere explicar su iniciativa a todos los grupos, pero rechaza entrar a discutir su programa de gobierno, y menos con los separatistas. La base serán las leyes vetadas por Rajoy

Foto: Pedro Sánchez, el pasado 25 de mayo en la reunión de la ejecutiva del PSOE en Ferraz. (EFE)
Pedro Sánchez, el pasado 25 de mayo en la reunión de la ejecutiva del PSOE en Ferraz. (EFE)

Pedro Sánchez seguirá con su hoja de ruta. No retirará la moción de censura, como le pide Ciudadanos, ni negociará "nada", como le requieren los demás grupos. El candidato presentará en el Congreso un "programa de gobierno" de mínimos, pero propio, con sello socialista, y pedirá a los demás que se adhieran, sin más, si lo que persiguen es, simplemente, desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa para "limpiar" las instituciones y regenerar el país, aplicar un corto catálogo de medidas sociales —tomando como base las leyes vetadas por el Gobierno— y disolver las Cortes para convocar nuevas generales en "unos meses", quizá antes de las municipales y autonómicas de 2019. Lo cierto es que ahora, apenas unas horas después del registro de la iniciativa, el camino se presenta más cuesta arriba, por el precio que los partidos de la oposición ponen a su apoyo a Sánchez.

El paso siguiente lo dará el aspirante en las próximas horas, y muy probablemente alguna pista deje en la reunión del comité federal de este próximo lunes. Pero desde Ferraz sí adelantan que Sánchez abrirá una ronda de contactos con todos los grupos parlamentarios de manera inminente. Aún no está decidido quiénes serán los interlocutores ni qué orden se seguirá. Pero, salvo cambio de última hora, la dirección sí comenzará esos contactos, "más con la intención de exponer la moción", "casi más por cortesía parlamentaria", pero "no para negociar nada". Los interpelados, precisan, serán "los 350 diputados", como ya subrayó Sánchez en su comparecencia del viernes, de forma que no se excluirá a ninguna formación.

Varias son las razones que explican por qué el PSOE no quiere tender pactos con otras fuerzas. Primero, por el propio carácter de la iniciativa, porque es una moción de censura y no una investidura, en la que media "un encargo del Rey y un programa de gobierno pensado para cuatro años". "Aquí se trata de un horizonte de meses". Dos, porque los socialistas son conscientes de la dificultad de encajar intereses dispares, como se vio este sábado con el chorreo de condiciones que ponían los diferentes partidos para respaldar a Sánchez. Y tres, porque tampoco la cúpula quiere quemarse más de la cuenta. "No nos vamos a hipotecar ni hacer nada que nos pueda perjudicar en el futuro. Por eso no negociamos. Y por eso no hablamos antes con Ciudadanos y Podemos y la registramos directamente. Lo que les fastidia es que nosotros tomamos la iniciativa, y ahora se habla de ella, de la nuestra, y no del mareo. No cabía una postura distinta", explica un dirigente del máximo nivel.

La pregunta que quiere hacer el PSOE a todos los grupos es si de verdad quieren echar a Rajoy o condicionan derribar al Ejecutivo a sus intereses


La aseveración de que Sánchez "no negociará nada" cobra mayor relevancia si se enmarca en una cuestión delicada, tanto a nivel externo como interno. Garantizado el apoyo de Podemos y sus confluencias (67 escaños), Compromís (4) y Nueva Canarias (1), el PSOE solo puede alcanzar la mayoría absoluta requerida (176 diputados) bien atrayéndose a Cs (32) o bien sumando a ERC (9), PDeCAT (8) y PNV (5). Los socialistas remarcan que sus hechos les acreditan, y que en estos meses de crisis con Cataluña han probado su "lealtad" al Gobierno, ayudándole a desplegar el 155 y manteniendo su posición "firmísima" contra los separatistas. Ni siquiera están dispuestos a rectificar sus durísimas palabras contra el 'president' Quim Torra.

La moción de censura sacude el panorama político

Dicho de otro modo, los socialistas piden el apoyo a cambio de nada. Ferraz no quiere pagar nada por esos respaldos, porque la pregunta que quiere hacer a todos los grupos, alegan fuentes del núcleo duro, es si de verdad "quieren echar a Rajoy" porque consideran que la situación es insostenible o bien condicionan el derribo del Ejecutivo a sus propios intereses.

Foto: Carmen Calvo, secretaria de Igualdad del PSOE, este 26 de mayo en Ferraz. (EFE)

Gobernar "de forma radicalmente distinta"

El secretario general pretende subirse a la tribuna del Congreso a exponer su programa y que las demás fuerzas, las que quieran tumbar al Gobierno, "se adhieran a él". Sin más. La dirección aún no ha cerrado "ni contenidos ni plazos", porque no ha habido tiempo material desde que el jueves salió la sentencia de Gürtel, para acordar los siguientes escenarios. La número cuatro, Carmen Calvo, sí adelantaba en declaraciones a los medios este sábado, que esas medidas que Sánchez incluirá en su oferta estarán ligadas a la subida de salarios, a la garantía de una "pensión digna" que no sea "mercancía de una negociación" presupuestaria —como ha hecho el Gobierno con el PNV—, a la igualdad de hombres y mujeres o a una mayor inversión en educación.

Aún no están concretados ni plazos ni contenidos de la moción. Ferraz cree que no vale acercarse a Cs porque realmente no quiere la moción

El punto de partida, indican en Ferraz, serán las leyes sociales impulsadas por el PSOE, vetadas por el Ejecutivo de Rajoy y que pueden concitar consensos amplios. Entre esas proposiciones frenadas por la Moncloa se encuentran la de revalorización de las pensiones según IPC, la supresión de tasas judiciales, la reforma de la Ley de Memoria Histórica, la derogación de la 'ley mordaza' o la universalización del derecho a la asistencia sanitaria pública. El PSOE quiere dejar su impronta desde el poder, demostrar que puede gobernar "de forma radicalmente distinta", recuperar la "estabilidad", "tranquilidad" y "normalidad" institucional, "limpiar" las instituciones. Todo eso antes de convocar elecciones.

El PSOE ensayó este sábado un acercamiento a Cs y lo que se encontró es que los naranjas respondieron, como resumía un alto mando de Ferraz, "mordiendo la mano tendida". "Convocar elecciones es un proceso razonable que no va a ser un obstáculo para llegar a un acuerdo con Ciudadanos", "no vamos a tener ningún problema en esa cuestión", aseguraba José Luis Ábalos, el número tres de la ejecutiva, en una entrevista en la COPE. Más tarde, Carmen Calvo, la responsable de Igualdad, eludía hablar de "acuerdos" con ninguna fuerza, pero sí incidía en que la idea de la dirección es que, una vez desplegado un mínimo "programa de gobierno", ir hacia nuevas generales en solo "unos meses".

Cs ofrece al PSOE pactar "una moción instrumental" para convocar elecciones

Sin embargo, este sábado los naranjas modificaron su guion: en respuesta a Ábalos, ofrecieron pactar una moción "con un candidato instrumental", que no sería ni Pedro Sánchez ni Albert Rivera, pero para ello deberían retirar su "precipitada" iniciativa, "irresponsable y perjudicial para España" para formar "un 'Gobierno Frankenstein' en manos de quienes quieren romper España", señaló el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, en alusión al eventual apoyo de las formaciones separatistas al candidato del PSOE.

Foto: Sesión en el Congreso de los Diputados. (EFE)

"Baño de realidad" para Cs

Ábalos, según indicaban fuentes de su entorno, pretendía decirle a Cs que no buscase "argumentos", porque no habría problema. "Y nos salen ahora con que quieren un candidato instrumental. Lo que no quieren es que sea Pedro. Si dijéramos que habrá elecciones en seis meses, pues pedirían tres huevos duros más", protestaban las mismas fuentes.

Sánchez no tiene voluntad de agotar la legislatura ni de aprobar unos PGE. No ha concretado cuántos meses necesitará porque no ha tenido tiempo

La cuestión de los plazos es la gran incógnita. No la despejó Sánchez en su rueda de prensa —solo autorizó dos preguntas— ni la concretaron Ábalos ni Calvo un día después. Y es que, según fuentes del primer anillo de poder, nada hay decidido. Quizá a finales de este año, quizá antes de las municipales y autonómicas de mayo de 2019, pero "no hay nada zanjado", porque se irá valorando en los próximos días, conforme vaya evolucionando el escenario y los apoyos que se recaben. Lo que sí está claro es que "no hay voluntad de agotar la legislatura", de llegar a la primavera de 2020, ni de aprobar unos Presupuestos.

El PSOE dice que su idea es conovocar elecciones "en unos meses" si gana la moción

"Cs lo que quiere es un Rajoy muerto, pero no una alternativa. Su estrategia es que el PP se desangre, y nuestra moción les ha destrozado. Como son tacticistas, piden elecciones, porque no tienen por dónde salir". En la dirección recuerdan que ni siquiera los naranjas podrán presentar una moción alternativa, porque el reglamento exige que la presente una décima parte de los diputados (35) y ellos tienen 32, y "si hay un grupo que no genera ninguna complicidad en el Parlamento es Cs". "Esto les pone en su sitio, como cuarta fuerza. Lo que pasa es que se han creído las encuestas y esto es un baño de realidad", indican en el estado mayor socialista.

El PDeCAT avisa de que sus votos serán "incompatibles" con los de Ciudadanos

Pero la suerte de la moción no solo se tuerce por el lado de Cs. También el camino por el lado nacionalista empieza a ensombrecerse, al menos en estos primeros compases, y eso que en las primeras horas, tras el órdago de Sánchez, la disposición era más clara.

Mayor frialdad de los nacionalistas

Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT, recordaba que los votos de sus ocho diputados en Madrid son "incompatibles" con los de Albert Rivera, aunque reconoció que "el primer planteamiento" de su partido en la campaña de las generales era echar a Rajoy de la Moncloa. Pero un precio más alto puso el 'president' de la Generalitat, Quim Torra, y su formación, Junts per Catalunya, que ha jibarizado por completo al PDeCAT: el respaldo a Sánchez pasará por que este apoye "a los presos políticos y exiliados y también a todo aquello que signifique republicanizar el Estado español".

Torra pide que Sánchez apoye a los "presos políticos y los exiliados" y ERC, que si quiere los votos, se los demande a Junqueras en Estremera

ERC también ha prestado su aval inicial al PSOE, aunque este sábado su portavoz adjunto en el Congreso, Gabriel Rufián, indicaba al secretario general que si quería sus nueve votos tendría que acudir a la cárcel de Estremera para pedírselos directamente al presidente del partido, Oriol Junqueras.

Y el PNV sigue dispuesto a hablar con los socialistas, pero con esta condición: que aprueben discutir sobre "un cambio en el modelo territorial del Estado, en la aceptación de los autogobiernos de Euskadi y Cataluña". La decisión de los 'jeltzales' dependerá, dijo su presidente, Andoni Ortuzar, de si el planteamiento del PSOE es "serio y viable o solo obedece a intereses cortoplacistas y electoralistas", informa EFE.

El camino, al menos a la luz de las declaraciones públicas, se plantea lleno de obstáculos. La dirección de Sánchez no piensa "caer" en dar respuesta a cada uno de esos requerimientos. "Ahora ellos se dedican a enredar porque no tienen la iniciativa. Pero no vamos a negociar nada, ni a pactar nada, que hagan lo que tengan que hacer. No podemos ir a remolque de lo que cada uno vaya planteando, porque si te entrampas pierdes el perfil. La pregunta a la que todos los grupos han de responder es si creen que este Gobierno tiene autoridad moral para seguir o no la tiene, punto. Todo el mundo al final tendrá que responder por lo que haya hecho frente a su electorado y su discurso", expresa un alto dirigente. En definitiva, lo que quiere el PSOE es que cada grupo se "retrate".

El PNV estudiará la moción de Sánchez para saber si es seria y viable

"Mantener a Rajoy es aceptar la corrupción en este país", ese es su mensaje. Y eso también va para nacionalistas e independentistas. El PSOE cree que "su decisión también tiene un precio", y el coste de no apoyar la moción "es mucho más alto" que el de rechazarla.

"Si no se negocia, es postureo"

La dirección federal se halla muy dolida con el PP, con sus durísimos ataques contra su jefe, con su acusación de que quiere "gobernar a toda costa", cuando "el único" que hace eso, a su juicio, es Rajoy. Este sábado, el número tres de los conservadores, Fernando Martínez-Maíllo, aseguró que si Sánchez no retira la moción pasará a la historia por ser "el Judas de la política". Agitó el espantajo del miedo, al decir que puede ser presidente con el sí de "los independentistas, los que pretenden romper España y los herederos del terrorismo [EH Bildu]". "Si triunfa esta moción, vamos a tener a España como rehén de los independentistas", añadió.

En la cúpula del PSOE han dolido los ataques durísimos del PP, acusándole de ser "Judas de la política". "Nada puede ser igual que antes", dicen

"Eso que dijo Maíllo es un ejercicio de debilidad, son presas del pánico. Pero decir eso es pura deslealtad", valoran en Ferraz. En el cuartel general remarcan que Sánchez estuvo siempre al lado del Gobierno "para hacer frente al desafío secesionista y a los vaivenes de Cs. "¿No son conscientes de que con estas palabras rompen las posibilidades de entendimiento con nosotros? Porque si Rajoy supera la moción de censura, el problema en Cataluña seguirá estando, y también la deslealtad de Rivera en este tema", subraya un alto cargo, que advierte: "Después de lo de Maíllo, nada puede ser igual que antes".

Maíllo afirma que si Sánchez no retira la moción será "el Judas" de España

En la cúpula socialista recalcan que los planes seguirán hasta el final. Que tienen el apoyo de las bases y el de los barones, a los que el PP "ha neutralizado" al apelar a su complicidad para detener a Sánchez, pues ya "no se pueden permitir ni un mínimo gesto de distanciamiento" sin que la militancia les señale. ¿Y prosperará, vista la puja al alza de los teóricos socios? "Vemos la moción igual que el viernes: no se presentó con la idea de ganar o perder, sino porque no quedaba otra. Del 'no es no' no podíamos pasar a tragar lo intragable. Volvemos a poner en el tablero el duelo Pedro-Rajoy, y eso desquicia a Cs". Para Ferraz, "el mayor éxito sería acabar con Rajoy, no habría más que vender".

Sánchez propone, los partidos se posicionan

En el grupo parlamentario y en el partido se oyen voces de preocupación por un eventual éxito de la moción, apoyado en el voto afirmativo de formaciones nacionalistas y separatistas. Un escenario que podría llevar a parte de los diputados a dejar su acta como gesto de desacuerdo. Algunos creen que Sánchez no logrará la investidura, porque "si no se negocia, es postureo", es lo que el propio PSOE "afeó a Pablo Iglesias en su moción del año pasado". Pero si reúne según qué respaldos, puede que algunas alarmas internas se enciendan. Este sábado volvió a ser elocuente Javier Lambán. El presidente aragonés volvió a insistir en la necesidad de convocar elecciones y aunque elogió la "valiente" iniciativa de Sánchez, sí advirtió que piensa y desea que sea el líder político visto por los ciudadanos como aquel capaz de garantizar la unidad de España y la Constitución y de anteponer los intereses del país a los suyos. Ese mensaje no era inocente.

Pedro Sánchez seguirá con su hoja de ruta. No retirará la moción de censura, como le pide Ciudadanos, ni negociará "nada", como le requieren los demás grupos. El candidato presentará en el Congreso un "programa de gobierno" de mínimos, pero propio, con sello socialista, y pedirá a los demás que se adhieran, sin más, si lo que persiguen es, simplemente, desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa para "limpiar" las instituciones y regenerar el país, aplicar un corto catálogo de medidas sociales —tomando como base las leyes vetadas por el Gobierno— y disolver las Cortes para convocar nuevas generales en "unos meses", quizá antes de las municipales y autonómicas de 2019. Lo cierto es que ahora, apenas unas horas después del registro de la iniciativa, el camino se presenta más cuesta arriba, por el precio que los partidos de la oposición ponen a su apoyo a Sánchez.

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