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El veto de Torra dinamita el plan de ERC para volver a controlar el dinero de la Generalitat
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El veto de Torra dinamita el plan de ERC para volver a controlar el dinero de la Generalitat

Tras el veto a la toma de posesión, el nuevo Govern duda si participar en la negociación de la financiación autonómica, pero se inclina por no intervenir en las conversaciones

Foto: Quim Torra toma posesión como 'president' de la Generalitat. (EFE)
Quim Torra toma posesión como 'president' de la Generalitat. (EFE)

Los responsables del nuevo Govern de la Generalitat pretenden recuperar la interlocución con el Gobierno de Mariano Rajoy para intentar aliviar la intervención de las cuentas de Cataluña, según fuentes de los partidos independentistas. De momento, el arranque de la nueva etapa no ha sido positivo, tras el veto al Gobierno central en la toma de posesión de Quim Torra. Y fuentes del Ejecutivo central aseguran que la idea es, incluso, aumentar más ese control, tras escuchar la intención del nuevo 'president' de avanzar en un proyecto constituyente y mantener una estructura paralela alrededor de Carles Puigdemont.

En este momento, las cuentas de Cataluña están sometidas a dos controles por el Gobierno de Rajoy: uno para recibir información detallada una vez al mes de los gastos en que incurre la Generalitat y otro para que sea el Estado el que pague directamente las facturas. Este último fue incluido en octubre dentro de la aplicación del artículo 155 y por eso termina automáticamente en estos días cuando se constituya el nuevo Govern, tras la toma de posesión de Quim Torra como presidente de la Generalitat.

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El primero se mantendrá después del 155 y tiene como objetivo controlar que no desvíe dinero público a ninguna actividad relacionada con la independencia. Por ejemplo, fue aprobado en su momento para controlar que no fuera ni un euro a financiar la consulta ilegal del 1 de octubre de 2017. Tuvo una eficacia limitada, porque el ministro Cristóbal Montero admitió al juez Pablo Llarena la incapacidad para detectar dinero para adquirir las urnas.

El Gobierno asegura que estudia la posibilidad de extender el control y hacer que las facturas de gastos sean visadas no una vez al mes, sino cada semana, para evitar que se destinen a actividades relacionadas con un nuevo proceso independentista o para la manutención de los exmiembros del Govern huidos, especialmente Carles Puigdemont. Los próximos miembros del Govern de la Generalitat pretenden evitar ese aumento del control y restablecer la interlocución con La Moncloa para aliviar o eliminar en lo posible el resto de controles.

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En esa relación bilateral que se restablecerá, se sitúa la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica. Aunque no hay una decisión formal, fuentes de los partidos independentistas aseguran que se inclinan por no participar en esa negociación con el Estado y con el resto de comunidades o, al menos, dar un paso a un lado en ese diálogo multilateral. El Gobierno sí pretende integrar a las nuevas autoridades catalanas en las reuniones para buscar un acuerdo.

Hasta ahora, todos los sistemas de financiación autonómica han culminado su complejo proceso de aplicación entre las comunidades y luego en las Cortes tras ser impulsados primero en acuerdos entre los gobiernos central y de Cataluña. En esa relación ha estado siempre el origen de todos, y luego se ha sumado el resto de comunidades. Por ejemplo, el que está en vigor y que debía ser modificado hace cuatro años fue pactado entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y ERC.

El Gobierno de Rajoy explica que tiene previsto reactivar ese proceso para buscar un nuevo modelo de financiación autonómica una vez que el Congreso apruebe el 24 de mayo los Presupuestos en el pleno del Congreso. A finales de mayo, el Ejecutivo asegura que convocará el Consejo de Política Fiscal y Financiera en el que están representadas todas las comunidades, y a esa reunión será citado el responsable de Economía de la Generalitat. Fuentes independentistas dudan si participar en esa reunión, en la que solo tiene voto el 'conseller' responsable. Cualquier otro miembro del Govern puede participar, pero no votar.

Foto: La portavoz de JxCAT, Elsa Artadi. (EFE)

En las anteriores reuniones participaba Oriol Junqueras, como vicepresidente de la Generalitat. Previsiblemente, le sustituirá ahora en el cargo Pere Aragonès, adjunto a la Presidencia de ERC.

Aragonès es el secretario de Economía del Govern de Cataluña y ha mantenido el cargo durante la aplicación del 155, actuando como máximo responsable de la estructura administrativa de la Generalitat. Desde ese cargo ha mantenido relaciones directas con el Gobierno de Rajoy, que, a su vez, le reconoce como interlocutor para el futuro.

El veto lo complica

Aragonès, según fuentes de ERC, tiene previsto restablecer relaciones con el Gobierno central en cuanto tome posesión de su cargo de vicepresidente del Govern. Junqueras mantuvo interlocución con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, y con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Ahora, será Aragonès quien lo haga, con la prioridad de negociar el control de las cuentas catalanas. Será previsiblemente el primer asunto de contacto institucional, aunque el primer paso de Torra tras la investidura haya sido excluir al Gobierno de su toma de posesión. En este asunto, es evidente la discrepancia entre los miembros de la candidatura de Junts per Catalunya, con Puigdemont a la cabeza, y los dirigentes de ERC, partidarios de iniciar una nueva etapa de relación institucional.

También hay discrepancias respecto al nuevo Govern, porque Torra quiere nombrar 'consellers' a presos o fugados y ERC prefiere que no haya procesados en la nueva Generalitat. En todo caso, los nombrados deberán ser sustituidos en breve cuando sean suspendidos.

Los responsables del nuevo Govern de la Generalitat pretenden recuperar la interlocución con el Gobierno de Mariano Rajoy para intentar aliviar la intervención de las cuentas de Cataluña, según fuentes de los partidos independentistas. De momento, el arranque de la nueva etapa no ha sido positivo, tras el veto al Gobierno central en la toma de posesión de Quim Torra. Y fuentes del Ejecutivo central aseguran que la idea es, incluso, aumentar más ese control, tras escuchar la intención del nuevo 'president' de avanzar en un proyecto constituyente y mantener una estructura paralela alrededor de Carles Puigdemont.

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