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El almirante Cervera, de héroe para Castro a facha para Colau: “Era un liberal”
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SUS DESCENDIENTES LE DEFIENDEN

El almirante Cervera, de héroe para Castro a facha para Colau: “Era un liberal”

Los familiares del almirante se muestran indignados con las palabras de la alcaldesa y no comparten la explicación del cambio de nombre a la calle que tenía en Barcelona

Foto: El almirante Cervera.
El almirante Cervera.

La historia de la nomenclatura de la mayoría de las calles pasa desapercibida para el grueso de los viandantes. Así ocurría hasta hace unos días con la del almirante Cervera, en plena Barceloneta, pero la decisión del ayuntamiento de cambiarle el nombre por el del artista Pepe Rubianes la ha situado en el mapa, y en los titulares.

No habría sido para tanto si la alcaldesa Ada Colau no hubiese defendido la decisión alegando que el almirante que perdió la placa “era un facha”, a pesar de haber fallecido en 1909, una década antes de que el fascismo surgiese en Europa. Además, la descripción hecha por la alcaldesa no coincide con la imagen ni las evidencias que guardan de él sus descendientes. “Cuando escuchamos en televisión a la alcaldesa llamarle facha me quedé perplejo, sobre todo por la ignorancia. Alguien de su puesto debería saber quién era”, defiende Pascual Cervera, su bisnieto.

Foto: Calle de Pepe Rubianes | Foto: Ayuntamiento de Barcelona

El almirante Cervera es recordado por dirigir la escuadra española en la Guerra de Cuba de 1898, en que España perdió la última colonia americana en un desastre histórico. Sin embargo, el almirante avisó al Gobierno de entonces de que aquella decisión acabaría tal y como los libros de historia ahora recogen, debido a la inferioridad de la flota española respecto a la estadounidense. Aunque sus advertencias no fueron escuchadas, Cervera siguió adelante con la campaña, pero planificando una estrategia que provocase el menor número posible de bajas: manteniéndose cerca de la costa y resguardando a la flota en la bahía de Santiago en lugar de plantar batalla en mar abierto. “Seré paciente y cumpliré con mi obligación, pero con la amargura de saber que mi sacrificio es en vano...”, reconoció en una carta a un primo suyo. Gracias a su estrategia, de los 2.000 marinos que surcaron el océano solo 323 murieron, a pesar la estrepitosa derrota. En el bando estadounidense solo hubo una baja.

Ahora es fácil decir que podría haberse negado, pero entonces habría sido juzgado por cobarde

“Entre esos 2.000 marinos seguro que había muchísimos catalanes, y gallegos como Pepe Rubianes [que ahora ocupa la placa de Cervera]”, justifica su bisnieto. “Le ordenaron salir, y él era fiel a las órdenes de sus superiores. Ahora es fácil decir que podría haberse negado, pero entonces habría sido juzgado por cobarde y no estaríamos aquí hablando”. Los marinos que consiguieron sobrevivir a los embates estadounidenses llegaron a las costas cubanas nadando, donde se rindieron a sus vencedores y se convirtieron en sus rehenes, aunque por poco tiempo. Lo cierto es que la prensa estadounidense reconoció la labor del almirante y su popularidad se extendió entre la opinión pública, hasta el punto de que acudían a visitarle a la base donde estaba recluido y fue invitado a dar charlas en universidades norteamericanas.

placeholder Los marinos llegaron a las costas cubanas nadando tras ser derrotados por EEUU.
Los marinos llegaron a las costas cubanas nadando tras ser derrotados por EEUU.

De hecho, Cuba lleva décadas reconociendo la labor “heroica” del capitán salvando a sus oficiales, que como él acabaron siendo rehenes del Gobierno estadounidense. En 1998, Fidel Castro reconoció sentir “un gran respeto por los marinos españoles recordando la hazaña de Cervera, algo inolvidable”. Unos años después, fue su hermano Raúl Castro el que dedicó unas palabras al almirante durante la inauguración de un busto que le rinde homenaje: "Le ordenaron un suicidio, quizá por eso el almirante y sus hombres se vistieron de gala aquella mañana".

No es el único recuerdo que el almirante tiene en Cuba, también el Museo de la Real Fuerza de La Habana tiene una insignia con su nombre. “Resulta tan paradójico como incomprensible que quienes fueron históricamente sus enemigos, los mambises cubanos, honren reiteradamente como héroe al almirante Cervera y la ciudad de Barcelona le retire una calle”, se queja Pascual Cervera al consistorio en una carta, con la que quiere que se reconsidere la decisión de la Ciudad Condal y de la que aún no ha recibido respuesta. Además, Pascual es presidente de la asociación formada por 700 descendientes del almirante y sus hermanos, que han denunciado públicamente la decisión.

placeholder Raúl Castro, junto al busto a Cervera. (EFE)
Raúl Castro, junto al busto a Cervera. (EFE)

Otros también han utilizado las redes sociales para mostrar su disconformidad. Cristina Cervera, tataranieta, hacía pública esta semana una carta que el almirante escribió a su hijo —su bisabuelo—. En ella, como si fuera un pronóstico, le avisaba de lo siguiente: “Seguramente alguna vez has de oír juzgar mis actos y muy pocas serán las que en esos juicios sean desapasionados; para uno seré un héroe legendario; para otros, un cobarde vil y miserable”.

“El comentario de Ada Colau me pareció desafortunado y por eso decidí publicar un fragmento de la carta como gesto a mi antepasado”, explica Cristina. “La verdad es que elegí ese porque siempre me había gustado y es verdad que luego le he encontrado la relación. Me gusta sobre todo la parte en la que dice que cualquier acto público es susceptible de opinión y en eso estoy de acuerdo, pero sin faltar al respeto”.

La calle se solicitó tras su muerte, pero no se concedió hasta años después: no se puede confundir cuándo se pone y quién la pone

Sus descendientes dicen de él que la única política que quería conocer era la de la Marina y no se pronunció nunca ni de un bando ni de otro, aunque le definen más bien como “progre”. De hecho, aceptó el ofrecimiento de Mateo Sagasta de ser ministro de Marina del Gobierno liberal, después de haber rechazado lo mismo del conservador Cánovas del Castillo. Solo duró tres meses en el cargo, porque el único requisito que había puesto, el de mantener el presupuesto de la Marina española, no se cumplió. “Era una persona austera, se dedicaba a lo suyo y dedicó su vida a defender a España en la Marina, no quería ser político pero si aceptó a uno y no a otro, era porque sí se sentía más liberal”, explica su bisnieto.

La calle al almirante Cervera fue otorgada en 1942, cuando el entonces alcalde de la Ciudad Condal, Miquel Mateu, se la arrebató al periodista y escritor republicano Alfonso Calderón y Arana. Otra circunstancia que los familiares tampoco creen que justifique su definición de 'facha'. “La calle se solicitó tras su muerte, pero no se concedió hasta años después: no se puede confundir cuándo se pone y quién la pone”, explica su bisnieto.

La historia de la nomenclatura de la mayoría de las calles pasa desapercibida para el grueso de los viandantes. Así ocurría hasta hace unos días con la del almirante Cervera, en plena Barceloneta, pero la decisión del ayuntamiento de cambiarle el nombre por el del artista Pepe Rubianes la ha situado en el mapa, y en los titulares.

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