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Un Supremo noqueado se enfrenta al peor panorama: un banquillo A y uno B
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PUigdemont, muy cerca de salvarse de la rebelión

Un Supremo noqueado se enfrenta al peor panorama: un banquillo A y uno B

La Fiscalía alemana estudia si puede recurrir, pero las opciones parecen escasas y el 'expresident' puede ser juzgado solo por malversación

Foto: Vista del exterior de la prisión de Neumünster. (Reuters)
Vista del exterior de la prisión de Neumünster. (Reuters)

Conmoción. La noticia de la decisión del Tribunal Regional Superior del estado federado Schleswig-Holstein sobre Carles Puigdemont cayó en la tarde del jueves como una bomba en el Tribunal Supremo. Pocos esperaban este resultado, que supone un evidente derechazo a la causa por el desarrollo del 'procés' que conduce el juez Pablo Llarena. Durante las primeras horas, el alto tribunal permaneció noqueado. Se enfrenta ahora al peor panorama: un juicio contra el Govern cesado con un banquillo A, en el que el grueso de los acusados, entre ellos Oriol Junqueras, se enfrenten a penas por rebelión y malversación, superiores a 30 años, y otro B, con nada menos que el 'expresident' frente al riesgo menor de una condena por el segundo de los ilícitos, mucho menos gravoso.

Tras superar el desconcierto inicial, los primeros planes del alto tribunal se dirigen a admitir la entrega solo por los hechos que afectan al uso ilícito de dinero de la Generalitat, los vinculados con el delito de malversación, Puigdemont no quedaría así a salvo de una acusación en la vista oral aparejada a una pena elevada. Las fuentes consultadas apuntan que la utilización de fondos que superan los 250.000 euros y las agravantes de daño a las arcas públicas acreditadas en instrucción pueden suponer penas de hasta 12 años de cárcel.

Las fuentes jurídicas consultadas reconocen que son pocas las posibilidades de superar de otro modo este tremendo bache. La Fiscalía alemana estudia recurrir, pero solo puede hacerlo si aprecia que la decisión de los tres magistrados regionales —que no solo han considerado que la imputación por rebelión por que fue procesado Puigdemont en España es "inadmisible" sino que también le han dejado libre previo pago de 75.000 euros— provoca al Ministerio Público germano un perjuicio directo.

Euforia independentista a las puertas de la prisión

Los fiscales alemanes deben ponderar, además, si les conviene enfrentarse a un posible nuevo rechazo de sus argumentos en casación y, por tanto, ante un tribunal superior a este regional. Ha sido una noche de teléfonos 'calientes', en la que las conversaciones con la Fiscalía española para empujar un último intento han sido intensas. Fiscalía de Alemania puede alegar, para aferrarse a este recurso, daño al interés público o a la legalidad, pero recordemos que el varapalo también ha ido para ellos, que defendieron la entrega por hechos que revestían amenaza de violencia.

Si la opción del recurso fracasa, queda otra salida para el Supremo si quiere sortear la posibilidad de un juicio desigual. El juez Llarena puede declinar la extradición solo por los hechos de la malversación y condenar así a Puigdemont a permanecer anclado en Alemania, en una reproducción de lo que ya sucedió en Bélgica, el primer 'exilio' del 'expresident'. Sea como fuere, el hecho es que el 'expresident' saldrá hoy mismo de Neumünster, 12 días después de ingresar por riesgo de fuga. La ANC ha vuelto a tirar de su caja de resistencia para facilitar la excarcelación en el menor tiempo posible. Debe esperar en territorio alemán la tramitación del proceso de entrega, según los plazos establecidos de 60 días ampliables a 90.

La defensa augura nuevas sorpresas

Su defensa augura, en declaraciones a El Confidencial, nuevas sorpresas y dice que peleará para que decaiga también la entrega a España por el uso de dinero público para financiar el 'procés'. "Esto acaba de empezar", asegura uno de los abogados consultados. El tribunal, compuesto por tres jueces, ya ha indicado que necesita "aclarar algunas circunstancias fácticas y recabar más información" antes de su fallo definitivo.

La violencia, tan discutida desde el inicio del procedimiento, ya desde que el fallecido José Manuel Maza presentara la doble denuncia que dio origen a todo, ha jugado al final una mala pasada al instructor y a la propia Fiscalía que ahora dirige Julián Sánchez Melgar. El tribunal de Schleswig-Holstein ha sido clarísimo en este punto. Si bien los magistrados alemanes rechazan que Puigdemont pueda ser víctima de persecución política en España, tal y como ha esgrimido su defensa, aseguran que su comportamiento no es penalmente punible en Alemania porque el delito alemán de alta traición —al que habría que asimilar los hechos en aplicación de la doble incriminación— requiere que haya una "violencia" tal sobre terceros que presione al "órgano constitucional" hasta el punto de doblegar su voluntad. "Este no es el caso aquí", sostiene.

placeholder Clara Ponsatí y Carles Puigdemont. (Reuters)
Clara Ponsatí y Carles Puigdemont. (Reuters)

"Es cierto que el señor Puigdemont, como impulsor y defensor de la implementación [del resultado] del referéndum debe ser hecho responsable de los actos de violencia cometidos el día del referéndum. Sin embargo, esos actos de violencia, conforme a su naturaleza, alcance y efectos, no ejercieron tal presión sobre el Gobierno [español] como para que el Gobierno considerara rendirse a las demandas de los perpetradores de esta violencia", esgrime.

La decisión se ha producido, además, coincidiendo con el avance del procedimiento también en Bélgica, donde los 'exconsellers' Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig han sido puestos en libertad sin fianza mientras se resuelven las órdenes europeas de detención y entrega. La Fiscalía española esperaba, como contó este periódico, un 'efecto dominó' tras la decisión alemana. Es previsible que este se produzca, aunque en un sentido ahora totalmente opuesto al esperado.

Conmoción. La noticia de la decisión del Tribunal Regional Superior del estado federado Schleswig-Holstein sobre Carles Puigdemont cayó en la tarde del jueves como una bomba en el Tribunal Supremo. Pocos esperaban este resultado, que supone un evidente derechazo a la causa por el desarrollo del 'procés' que conduce el juez Pablo Llarena. Durante las primeras horas, el alto tribunal permaneció noqueado. Se enfrenta ahora al peor panorama: un juicio contra el Govern cesado con un banquillo A, en el que el grueso de los acusados, entre ellos Oriol Junqueras, se enfrenten a penas por rebelión y malversación, superiores a 30 años, y otro B, con nada menos que el 'expresident' frente al riesgo menor de una condena por el segundo de los ilícitos, mucho menos gravoso.

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