Fiscalía espera un 'efecto dominó' en Bélgica y Escocia tras la estela de Alemania

La Fiscalía espera que la decisión del Ministerio Público alemán de apoyar la extradición de Carles Puigdemont por todos los delitos por los que le reclama el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, también la rebelión, provoque un 'efecto dominó' que arrastre a los otros dos países de la UE a los que se reclaman entregas de procesados en la causa por el 'procés'. Las justicias de Bélgica y Reino Unido deben pronunciarse en las próximas semanas sobre las euroórdenes cursadas contra Clara Ponsatí, Toni Comín y Lluís Puig, y lo harán después de que se haya hecho público el criterio alemán, que no solo aprecia encaje en su ordenamiento del principal delito que se les atribuye sino que se pronuncia respecto al componente de la 'violencia' o su amenaza, con mal resultado para el 'expresident'.

Si bien es cierto que la iniciativa de la Fiscalía germana no determina si se producirá de forma definitiva la entrega y que la responsabilidad recae en primera instancia en la Audiencia Territorial del 'land' de Schleswig-Holstein, la actuación de Alemania se considera básica, ya que extrapola el criterio del juez más allá de la decisión unipersonal de un magistrado español que ahora comparte una institución de uno de los países más potentes de Europa.

Fuentes fiscales informan a El Confidencial que confían en que los pasos dados en el caso de Puigdemont sirvan de guía al resto de jurisdicciones. Recuerdan, además, que la Fiscalía belga ya se pronunció a favor de la extradición por los dos delitos, rebelión y malversación, en la vista celebrada antes de que el instructor dejara sin efecto la orden de busca y captura.

En cuanto a Reino Unido, y pese las dudas que pueda suscitar la posición de Escocia, las fuentes consultadas confían también en una resolución favorable. Caso aparte es Suiza, país donde se ubica a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que no forma parte de la UE y que levanta más interrogantes. El país fue también el elegido por la dirigente de la CUP Anna Gabriel para esquivar la citación, aunque finalmente ha sido procesada por desobediencia, delito que no lleva aparejada prisión y por el que el alto tribunal no va a reclamarla.

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EC

La Fiscalía alemana ha dejado muy clara su postura, considera que "la acusación de rebelión contempla, esencialmente, la celebración de un referéndum inconstitucional a pesar de que eran de esperar enfrentamientos violentos". Es decir, da especial importancia a los avisos que los Cuerpos de Seguridad dieron al Govern y al propio Puigdemont. Advirtieron de forma expresa que esperaban una escalada de violencia durante la jornada del 1 de octubre de 2017 e incluso pidieron al expresidente que desconvocara la consulta. Sin éxito alguno.

Durante las horas previas a la decisión, y especialmente durante el fin de semana, la Fiscalía española ha permanecido en contacto continuo con sus colegas alemanes, a los que ha aportado las puntualizaciones que se le han reclamado. La base de la decisión, el auto de procesamiento de 69 páginas que redactó el juez Llarena antes de Semana Santa.

También ha pesado en la balanza, reconocen las fuentes consultadas, la escalada de disturbios de los últimos días bajo la batuta de los comités de defensa de la república. Pese a no estar vinculados directamente con los hechos por los que el Supremo reclama a Puigdemont, evidencian de una manera muy gráfica la "amenaza" que recoge también el Código Penal alemán en sus artículo 81 y 82 bajo la denominación de "alta traición".