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Gabriel Colomé: "Tenemos la generación de políticos más mediocre, y es un drama"
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PRESENTACIÓN EN MADRID DE 'LA CATALUÑA INSURGENTE'

Gabriel Colomé: "Tenemos la generación de políticos más mediocre, y es un drama"

El politólogo, creador del CIS catalán, sostiene que la única salida al conflicto reside en la reforma constitucional, pero requiere dirigentes con "altura de miras", un Gordon Brown, y no lo hay

Foto: El politólogo Gabriel Colomé (2i), con Meritxell Batet y los periodistas Nacho Cardero y Josep Cuní (d), este 3 de abril en Blanquerna (Madrid). (Eli Guardino | PSC)
El politólogo Gabriel Colomé (2i), con Meritxell Batet y los periodistas Nacho Cardero y Josep Cuní (d), este 3 de abril en Blanquerna (Madrid). (Eli Guardino | PSC)

"Aquí no hay un Gordon Brown". No hay un dirigente político capaz de hilar un discurso emotivo, pasional, convincente, arrollador en un momento de crisis, en una coyuntura determinante, como era la de aquel 2014, en vísperas del referéndum en el que al final ganó la permanencia de Escocia dentro del Reino Unido. En España hay "políticos mediocres", "y eso es un drama" justo ahora, cuando el Estado atraviesa su mayor quiebra desde la Transición, con la amenaza de secesión de Cataluña todavía candente y una ruptura emocional imparable.

Gabriel Colomé es quien firma la reflexión. Él es profesor titular de Ciencia Política de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y columnista de El Confidencial, exedil y expresidente del Grupo Socialista en el ayuntamiento de la capital catalana (2011-2015) y jefe de campaña de Meritxell Batet, cabeza de lista del PSC en las generales de 2016 y hoy diputada en el Congreso. Colomé presentaba este martes su último libro, 'La Cataluña insurgente' (Carena, 2017), en el centro cultural Blanquerna de Madrid, junto a Batet, el periodista Josep Cuní y el director de este periódico, Nacho Cardero. Los cuatro conversaron durante casi dos horas sobre la situación en Cataluña, la relación entre periodismo y medios de comunicación y la crisis de la socialdemocracia y del PSC, partido al que Colomé dedica varias páginas de su obra.

El autor, director y creador del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) —el CIS catalán— considera que la salida, la única salida, al conflicto soberanista es una reforma de la Constitución, el texto que tres de los cuatro líderes de los principales partidos —Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera— no votaron, representando a una generación que se merece una Carta Magna "del siglo XXI, un nuevo pacto de convivencia", no solo para desatascar la crisis en Cataluña, sino para dibujar un nuevo encaje en el que todos se sientan a gusto. Pero, a su juicio, el problema es que en España, y en Cataluña, "no hay un Gordon Brown". "Hemos pillado la generación más mediocre de políticos de cualquier línea de la historia, y eso es un drama. La Constitución de 1978, con estos mediocres políticos, no habría podido hacerse", argumentó. Y hoy más que nunca se necesita una reforma constitucional, para la que hace falta "sentido de Estado", "altura de miras".

"La Constitución de 1978, con estos mediocres políticos, no habría podido hacerse", apunta Colomé, exconcejal del PSC en Barcelona


Colomé arrancó su disertación con la pregunta, sugerente y ya clásica en él, de qué tienen en común Donald Trump, Pablo Iglesias y el 'procés'. La crisis económica, el populismo y la posverdad, con la nota distintiva de que el 'procés' es anterior al presidente de Estados Unidos y al líder de Podemos, y que se ha convertido en un "gran laboratorio de populismo y posverdad". Para empezar, los independentistas han sabido generar, inventar, nuevas palabras capaces de pintar mejor su realidad, señaló. Expresiones como 'derecho a decidir', 'elecciones plebiscitarias', 'mandato democrático', 'hoja de ruta', 'procés', 'votar es democracia', 'urnas'... Han sabido "retorcer las palabras y los conceptos políticos a su favor".

Foto: El politólogo y exconcejal del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona Gabi Colomé, durante un foro de El Confidencial. (Jorge González)

La cesión al "chantaje" de la CUP

Otra nota característica para el politólogo: el independentismo funciona como una religión. "Es una iglesia, ellos tienen fe, son creyentes, y por eso no vas a convencer a un creyente. Te dirán: '¿Tú no crees?". Colomé subrayó que ellos, los soberanistas, disponen de una idea, un mensaje "blindado, sólido y hermético". Y enfrente, en el flanco constitucionalista, tienen "cuatro partidos y mucho ruido". "Es muy difícil contraponer discurso a ruido. La Moncloa podría tener un discurso, pero conociendo a Mariano Rajoy, eso sería una noticia. Lo suyo es más el silencio".

Es muy difícil contraponer discurso a ruido. La Moncloa podría tener un discurso, pero conociendo a Rajoy, esto sería una noticia

Para el politólogo, el "gran error" para los secesionistas se produjo en 2015, cuando el entonces 'president', Artur Mas, "el gran responsable del desastre", opta por no repetir las elecciones y ceder al "chantaje" de la CUP, que pidió su cabeza e impuso su hoja de ruta a Junts pel Sí, la coalición de la antigua Convergència y Esquerra. "Si hubiéramos sido un país que hubiera sufrido la II Guerra Mundial, no habría habido ninguna equivocación. Habríamos marcado una línea roja: aquí los demócratas y ahí los no demócratas, y con ellos no se pacta, aunque los necesite". Pero CDC y ERC "jugaron" y pactaron con la CUP, una formación "antisistema y no democrática", que los ha acabado llevando "a la ruina". Y los efectos colaterales "fueron los CDR [los comités de defensa de la república, que han excitado la tensión en las calles] y lo que vendrá". "Compraron una cosa al pactar con la CUP: unilateralidad, desobediencia y república". Aunque neoconvergentes y republicanos "iban de farol". Pero ya era tarde.

placeholder Vista de la manifestación convocada en Barcelona por Societat Civil Catalana por la unidad de España, el pasado 8 de octubre. (EFE)
Vista de la manifestación convocada en Barcelona por Societat Civil Catalana por la unidad de España, el pasado 8 de octubre. (EFE)

Y encima se encontraron con que el peso del Estado cayó sobre ellos. "Los independentistas confundieron el Gobierno del PP con el Estado. Un Gobierno puede ser débil, pero no lo es el Estado". Y menos España, arguyó, que no es la nación más antigua, como suele decir Rajoy, pero sí el Estado moderno con más solera. Otro de esos "efectos colaterales" es que animó a los constitucionalistas, a "la mayoría de catalanes", a salir a las calles a manifestarse en defensa de la unidad con el resto del país, algo que nunca había pasado, subrayó, desde 1977. "Y por primera vez se ven dos banderas juntas, la española y la catalana, y la española no es la franquista, es la constitucional". La última gran derivada es la victoria de Ciudadanos en las elecciones del 21 de diciembre, posible porque "la gente los entiende, es sujeto-verbo-predicado", y "otros partidos son muy complejos". "Cuanto más a la izquierda, más complejos". La lógica haría prever, cree Colomé, que conforme se vaya consolidando la recuperación económica, se retraigan el populismo y el independentismo, porque el malestar democrático es consecuencia de la situación de crisis.

¿Injerencia rusa?

El profesor esbozó durante la presentación —a la que también acudió la portavoz parlamentaria del PSOE, Margarita Robles— una reflexión provocadora: "¿Quién viraliza las imágenes del 1-O?", las de las cargas policiales. "Los mismos que hicieron ganar las elecciones a Trump. Los rusos. Este partido se juega también en otros países", que intentan desestabilizar la UE. Y, 'sensu contrario', "¿quién va a salvar a Cataluña y a la UE de este desastre? EEUU y la OTAN", porque no pueden permitirse un "flanco sur" débil y vulnerable.

Para Cardero, el libro de Colomé es un "manual de instrucciones" para saber qué ha pasado, pero también "sirve de puente de dos realidades"

Colomé ve luz al final del túnel. Y esa es, para Nacho Cardero, una de las virtudes de 'La Cataluña insurgente', un libro que es al tiempo un "manual de instrucciones de lo que ha pasado", que es también "autocrítico" y que a la vez es "esperanzador", porque es un "punto de encuentro", "sirve de puente de dos realidades".

Pero no solo eso. Según señaló el director de El Confidencial, el libro de Colomé aporta algo muy importante, el contexto. Porque vivimos una época de "simplificación de los mensajes", con "exceso de información", con "muchos datos y poca interpretación". Y en la crisis catalana "hay exceso de información, quizá demasiado ruido, y ha faltado contexto". 'La Cataluña insurgente', recordó Cardero, "habla del pasado, presente y futuro de Cataluña", echa la vista atrás para analizar la trayectoria de un partido clave como el PSC, vuelve sobre los pasos de la sentencia del Tribunal Constitucional que desmontó parte del Estatut, se retrotrae a la masiva manifestación de la Diada de 2012 y las elecciones que a continuación convocó Mas. "De aquellos barros estos lodos. Y ahora vemos los CDR, cómo sigue vigente el artículo 155 de la Constitución, cómo las formaciones independentistas no se ponen de acuerdo para nombrar un nuevo candidato a la investidura", cómo la cúpula soberanista está en prisión o huida. Frente al "Matrix trufado de mentiras", el libro de Colomé, subrayó, "ofrece respuestas desde una perspectiva federalista" y hace propuestas como la reforma constitucional.

Las tres paradojas

Batet prefirió desgranar otros aspectos de la obra (no solo Cataluña) y también retomó el hilo de la simplificación de los mensajes. La "excusa" de los "mensajes sencillos", la servidumbre de "hablar claro y corto" para que entre mejor en los informativos de radio y televisión, que requieren de cortes de voz de 20 segundos, "no puede llevarnos al simplismo, a hacer frases huecas". Por la misma razón, defendió la diputada, no se puede pasar del "político educador" —"política es pedagogía", decía el histórico socialista Rafael Campalans, que dio nombre a la fundación del PSC—​ al político "seductor", "de plató". "No digo que los políticos no tengan que cubrir ese flanco, pero es importante no perder de vista todo lo demás", avisó.

Batet carga contra la simplificación de los mensajes y pone en duda que la apertura de las primarias al final aporte votos a los partidos que las hacen

La parlamentaria se detuvo en algunas de las paradojas que describe la monografía de Colomé. La primera es que aunque la sociedad conecte con las demandas reivindicadas por la socialdemocracia (ahora pensionistas, mujeres, jóvenes...), es evidente que esta no se encuentra "en sus mejores momentos" ni en Cataluña, ni en España, ni en el mundo.

placeholder Portada de 'La Cataluña insurgente', último libro de Gabriel Colomé.
Portada de 'La Cataluña insurgente', último libro de Gabriel Colomé.

Más aún, precisó: "Lo mismo pasaba con el 15-M", movimiento que surgió durante un Gobierno socialista que desembocó no en una victoria de la izquierda, sino en una mayoría absoluta del PP de Rajoy.

Segunda paradoja: los ciudadanos demandan "transparencia" y democracia interna a los partidos, pero luego castigan a quienes profundizan en ella. "No sé si hacer primarias da un solo voto, creo que no", remachó. Un mensaje que se podía leer como una reflexión de lo que pasa en el patio socialista: especialistas en librar luchas intestinas democráticamente, tanto como en no ganar elecciones (al menos, últimamente). Y tercera contradicción: los independentistas han conseguido que el PP, vía 155, gobierne en Cataluña, que Ciudadanos sea el primer partido del Parlament y que las instituciones de autogobierno que tanto costó reconquistar, recalcó Batet, "estén en 'stand by".

Batet expuso un último "encargo", la revisión de las relaciones de prensa y política. Una ligazón "necesaria, imprescindible", pero que también "tiene sus perversidades, sus patologías", que hay que tener claras para "combatirlas". "La relación entre estos dos mundos es fundamental para tener una democracia de calidad y devolver el prestigio a las instituciones democráticas, y devolver la confianza de los ciudadanos en la política. Y es fundamental si queremos que esas crisis no nos arrastren a una implosión del sistema democrático que potencialmente está en peligro", concluyó.

"Aquí no hay un Gordon Brown". No hay un dirigente político capaz de hilar un discurso emotivo, pasional, convincente, arrollador en un momento de crisis, en una coyuntura determinante, como era la de aquel 2014, en vísperas del referéndum en el que al final ganó la permanencia de Escocia dentro del Reino Unido. En España hay "políticos mediocres", "y eso es un drama" justo ahora, cuando el Estado atraviesa su mayor quiebra desde la Transición, con la amenaza de secesión de Cataluña todavía candente y una ruptura emocional imparable.

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