Gibraltar y Kosovo, los delicados platos del almuerzo de Rajoy con Tusk

Gibraltar, Kosovo, Trump. Estos son los temas 'ligeros' con los que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el del Consejo Europeo, Donald Tusk, han acompañado el almuerzo que han mantenido hoy en La Moncloa. El polaco se ha desplazado hasta Madrid para repasar cara a cara con Rajoy varios temas candentes en la agenda comunitaria, como parte de la ronda de consultas que está llevando a cabo antes de la cumbre europea que se celebra la semana que viene Bruselas.

La cita será clave, tanto para España como para la Unión Europea. A nuestro país le interesa ver a Luis de Guindos finalmente confirmado como vicepresidente del BCE. También se evaluará la amenaza de una guerra comercial con EEUU, a la espera de que Donald Trump aclare si piensa imponer aranceles al acero y el aluminio europeo. Además, Rajoy estará muy atento de cómo se desarrollan las conversaciones sobre el Brexit, que atraviesan un periodo complicado. Todo aderezado por la última salida de tono protagonizada por Gibraltar.

El órdago de Gibraltar

Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana, y España es consciente de ello. Todo apunta a que el Brexit complicará, y mucho, el tránsito entre el Campo de Gibraltar y el Peñón, pero el Gobierno español decidió sacarle algún partido a la situación. España ya consiguió tener la última palabra sobre si el futuro acuerdo que selle la UE y el Reino Unido -y el periodo de transición al que aspira Londres- se aplicará o no a Gibraltar.

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Desde esta posición, negocia con el Gobierno británico cómo actuar en torno al Peñón tras el Brexit (con peticiones como gestionar de manera conjunta el aeropuerto). Esto ha creado una gran inquietud en Gibraltar, un territorio que votó en más de un 90 % por quedarse en la UE conscientes del oscuro panorama que le abre el Brexit.

Sus responsables apenas ocultan el nerviosismo, que se han plasmado en las últimas declaraciones del viceprimer ministro de Gibraltar, Joseph Garcia, amenazando con rescindir los derechos de los españoles que, cada día, cruzan la frontera con el Peñón para trabajar allí. Unos 13.000 residente de unas de las zonas con mayor paro de España sufrirían las consecuencias, pero un cerrajón también supondría un gran golpe para la economía llanita.

Kosovo, otro quebradero de cabeza

Tusk ha aprovechado su visita para abordar otro asunto espinoso con Rajoy: Kosovo. El presidente del Gobierno español ya ha hecho saber a sus socios que no está dispuesto a sentarse en una mesa en la que se les dé a los kosovares -cuya independencia España no reconoce- trato de Estado. Rajoy no suele marcar líneas rojas a sus socios, pero con la crisis catalana aún en caliente, el horno no está para bollos.

Rajoy no está dispuesto a sentarse en una mesa en la que se les dé a los kosovares -cuya independencia España no reconoce- trato de Estado

Esto supone que, si los europeos no encuentran una solución de compromiso, Rajoy no irá a la cumbre UE-Balcanes Occidentales que se celebra en mayo en Sofía. La cita está siendo preparada con mimo por Bulgaria y cuenta con el respaldo de Bruselas, deseosa de mostrar un renovado compromiso con una zona fácilmente desestabilizable que preocupa y mucho en la UE.

El formato “Balcanes Occidentales”, que incluye a Albania, Bosnia y Herzegovina, la Antigua República Yugoslava de Macedonia y Kosovo, incomoda a España y a los otro cuatro Estados miembros que no reconocen la independencia de éste último: Grecia, Rumanía, Chipre y Eslovaquia. “El presidente no va a participar en una cumbre en la que se reconozca de manera implícita”, afirman a El Confidencial fuentes diplomáticas.